Capítulo catorce: Traidores

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Diablo estaba raro desde que salimos de Hill Maine, no habló en todo el camino y mucho menos soltó amigo de sus estúpidos comentarios.

—Entonces. ¿Qué era eso tan importante que querías decir?— le digo apresurandolo.

Hace media hora llegamos a nuestro destino pero yo solo estaba pensando en regresar a la cama con Lars.

—Han robado parte de la mercancía dirigida a mi casa. Necesito la ayuda de ustedes dos para encontrar al culpable— Diablo está equivocado sí cree qué le ayudaremos en un asunto de drogas. Suficiente tengo en mi sistema cómo para andar jugando con polvo blanco.

—Estás equivocado querido Diablo. Ninguna de las dos te ayudaremos a conseguir de regreso ese preciado polvo blanco— escupo con molestia.

Rosa me queda viendo, no dice nada y respeta lo que yo diga.

—Me ayudarán, porque todavía no saben lo que esas personas hicieron— dice a punto de saltar sobre mí y no de linda forma.

Capta mi atención de una sola vez. Ya no pienso en volver con Lars, ya no pienso en su hermano, ya no veo todo claro, ahora todo lo veo en rojo.

—¡Dilo de una vez!— dice Rosa exaltada. Diablo piensa jugar con nosotras, hasta qué la poca cordura que tenemos ya no esté.

—El hombre responsable ha regado la noticia del hermano de tú preciado esposo— mira con molestia el anillo en mi mano y yo la escondo dentro del bolsillo de la chaqueta.

Diablo y yo tenemos historia. Historia que nadie además de nosotros sabe. El pasado puede regresar con fuerza en ocasiones y él ya no está conmigo...

—Te ayudaremos. Dinos que hacer— susurra Rosa más calmada.

Diablo me mira y sé que no tengo elección.

—Lo haré. Me vas a deber un gran favor y sabes como me las cobro— el hombre asiente sin importarle mí precio y sigue explicando todo lo que se llevaron y quienes fueron.

El plan comenzó a ser trazado en el mapa, la adrenalina subió y el deseo de encontrar al desgraciado que nos traicionó.

—"Señor G" se encuentra en el hotel de Hill Maine, hotel que te pertenece— por supuesto qué tenía que ser en mi hotel— aquí están todas las posibles entradas y salidas del lugar, las posiciones de sus hombres y los horarios de rotaciones. Cada ciertos días deja entrar a tres chicas diferentes para su diversión. Nunca salen con vida—maldito infeliz tenía que ser— el plan es hacerse pasar por dos de ellas, jugar a lo qué sea que juega y luego dormirlo. Mis hombres y yo entraremos y lo sacaremos, luego lo dejaré en tus celdas y procederemos con su tortura. No saldrá con vida, pero tampoco morirá sin sentir dolor— es un buen plan, pero todo plan tiene fallas.

—Bien. Cuenta con nosotras y con todo lo que necesites para encontrar a esa escoria, pero ten en cuenta qué yo seré la responsable de su muerte— nadie además de mí. Ninguno verá en sus ojos la muerte, solo yo.

—Las dejaré de regreso en tus celdas y me iré a arreglar todo— nos subimos al auto pero antes de salir le dejé una cosa en claro.

"Esto será divertido."
"Nos veremos en el infierno."

— Buscaremos a Joshua en la ciudad a una hora de Hill Maine, él te ayudará a reunir todo lo que necesites y trabajará contigo mientras arreglamos las cosas— Diablo no pone objeciones y así cómo se lo dije sucede.

Horas después, Joshua entra en la parte trasera del auto con su perfecto traje arreglado. Su cara denota el cansancio pero también tiene un brillo que identifico como agradecimiento.

Juego de malditos (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora