Juego de malditos (+21)

Capítulo ocho: Fiesta de sangre

Es aquí en donde nos conocemos a fondo y nos hacemos amigos, pero es lamentable que mis palabras suelan ser utilizadas para matar. También les puedo decir que es curioso como funciona el Karma, puedes obrar bien o mal y siempre el Karma llegará a ti.

Está noche estaba creada para matar, el ambiente perfecto planeado para derramar la más exquisita sangre, solo necesitaba una cosa más. Necesitaba al rey de todo esto, necesitaba a mi gánster sádico para estar en la cima de todos estos malditos.

—No creías que te dejaría esto para ti sola— tragué fuerte, no esperaba que llegara justo a tiempo y menos que sus manos estuvieran sobre mis caderas antes de comenzar la noche, mucho menos que pecho fornido estuviera pegado a mí espalda.

Respiro un poco irregular cuando una de sus manos se adentra por la parte trasera de mi vestido donde un considerable escote dejaba a la vista mí espalda, bajó su mano entre el medio de mis nalgas y rozó con sus dedos mi entrada húmeda.

—Tan lista para mí— apresó el manojo de nervios entre mis piernas y comenzó a mover su pulgar de forma circular, su otra mano tomó mi cuello apresando mi cuerpo contra su pecho mientras sus dedos entran y salen, mientras escucho mis propios gemidos.

Esta noche sería divertida pero todavía no lo pida dejar entrar por completo.

Lo aparto y lo empujo hasta que queda sentado sobre el borde de la cama, saco el arma de entre mis pechos y me acerco a él quedando sobre sus piernas.

—Dígame señor Lars... ¿mataría por mí?— sostengo el arma sobre su frente esperando la respuesta.

—Sí. No le ha quedado claro ya señorita Venus— muerte su labio inferior y sonríe malicioso.

Por supuesto que me ha quedado claro, el hombre frente a mí mataría a cualquiera con tal de tenerme junto a él.

—Espero que me lo demuestre esta noche, tal vez sí ganamos le muestre todo lo que se ha perdido en estos años—sonrío de medio lado y lo beso despacio, moviendo mis labios sobre los suyos saboreando su boca, muerdo su labio inferior y me alejo de él.

Le tiendo mi mano y bajamos las escaleras de aquella mansión, llegando a la fiesta en la parte inferior, donde el lugar está en su máximo apogeo.

—Veo que no nos esperaron— las balas ruedan sobre nuestras cabezas a penas tocamos el final de la escalera, puedo contar al rededor de diez cuerpos sobre charcos de sangre bajo nuestros pies.

La...espesa sangre... La realidad me golpea a tal grado que tengo que sacar rápidamente mi propia arma para no ser yo la que muera esta noche.

—Si mueres esta noche solo quiero decir que, te odio por haberme dejado hace cuatro años— su confesión me deja asombrada por una facción de segundo. Lo miro molesta, el no me puede hacer esto, no esta noche, no en este preciso momento.

—Y yo me odio por no poder odiarte, infeliz— lo beso antes de tomar caminos separados, lo mejor es descargar nuestra ira sin que ninguno de los dos estemos juntos.

"MATA".
"VAMOS, ¿QUÉ ESPERAS?".
"¡Dispara!".

Como si fuera automático, volteo y descargó el arma a quien sea que encuentre frente a mí, cierro mis ojos y no paro hasta descargar el cartucho.

Cuento hasta tres y vuelvo abrir mis ojos, encontrando frente a mí la mayor obra de arte que haya hecho... Solo seis cuerpos frente a mí, vestidos de seda y trajes costosos, ninguno lo esperaba pero ya sabían que algo así podía pasar.

No por nada mis fiestas se llaman así, no por nada se le llama fiesta de sangre, no por nada me llaman la reina demente.

No por nada Diablo me llama Diosa...

"Pensando en Diablo de nuevo... A nuestro odiado y querido Lars no le gustará eso".

¡Silencio, silencio!

Sostengo mis manos sobre mi cabeza tratando de callar esa maldita voz pero no lo hace, saco otro cartucho para mi beretta y lo cambio volviendo al juego. Camino entre los cuerpo tirados en el piso, con la mayor calma que me puedo permitir... De nada sirvió tener calma, un cuerpo se lanza sobre mi, mirándonos al suelo lleno de sangre, mis manos resbalan sobre la sangre escarlata pero en ningún momento suelto el arma... nos volteó y quedó sobre aquel cuerpo, la mujer se sorprende pero no es más rápido que yo y en menos de un segundo ya tiene una hermosa bala de oro sobre su frente.

El impacto de la bala sobre el cráneo de la chica es tan fuerte que una parte de su sangre cae sobre mi rostro, manchando mi cara y mi pecho. Me levanto limpiando un poco mis ojos para poder ver y sigo con mí trabajo hasta que el tiempo limite llegue a su fin.

—¡Maldita!— no soy capaz de ver quien gritó o a quien se lo dijeron pero si soy capaz de clavar una bala sobre el pecho de un hombre antes de que llegue a matar a Lars, tan solo separado de mí  por algunos metros de distancia.

—Gracias amor— me guiña uno de sus hermosos ojos del color del plomo y sigue matando a quien se cruce por su camino.

"Te lo recompensa más tarde".
"Busca a quien matar".

Sacudo mi cabeza apenas vuelvo a escuchar las voces y sonrío maliciosa. No es que me guste la muerte, pero si alguien tiene que morir, esa no seré yo y mucho menos uno de los míos.

Dicen que ser un psicópata tiene sus ventajas pero yo no le veo ninguna ventaja a estar hasta el cuello lleno de mierda, no le veo ventaja al ser un bicho raro con deseos de muerte, no le veo lo bueno al escuchar voces en tu cabeza que te dicen que mates por placer, voces que te digan que mates al amor de tu vida.

No le veo el lado bueno... no puedo ver la luz al final del túnel... no puedo...

Un gran estruendo se escucha en la mansión y antes de que el sonido estridente que anuncia el final del tiempo, puedo sentir algo espeso resbalando por mi brazo. Giro mi rostro y veo mi hombro derecho, respiro con tranquilidad al ver que no tengo ni un rasguño pero, al ver del otro lado puedo ver la sangre corriendo por mi hombro izquierdo y ahora si respiro intranquila como si estuviera a punto de tener un ataque.

No estoy asustada, no tengo miedo pero si temo por lo que Lars puedo llegar hacer, temo por la vida de las personas que quedaron con vida por que, se que Lara puede ser un ser despiadado y sin corazón cuando se lo propone, puede ser el mismísimo Diablo cuando se trata de mí y de mi seguridad, y eso, eso nadie lo va a poder cambiar.

Dejo de respirar un segundo viendo como la sangre sigue descendiendo por mi mano hasta formar un pequeño charco sobre el piso, al lado del cuerpo de un hombre que logró reconocer, un hombre que pensé nunca volvería a ver y menos muerto.

—¿Quién mierda fue?— veo a Lars llegar frente a mi en menos de lo esperado, junto a él se encuentra Rosa con una herida poco profunda sobre su cuello y uno que otro moretón en su rostro. Ninguno de los dos a sufrido una herida de bala.

Es que...¿Quién ha querido cortar mi cabeza desde hace un tiempo? Y ¿por qué solo yo?

—No lo sé— miento descaradamente.

—Si lo sabes— maldición, odio que me conozca demasiado bien.

—No importa, ya está muerto— suspiro sintiendo menos fuerza.

—Pero su familia sigue viva— eso es lo último que logro escuchar antes de caer en sus brazos sin fuerza alguna que logre mantenerme despierta, cierro mis ojos y me dejo llevar a la inconsciencia por lo menos hasta que logre resolver el dilema en mi mente.

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Aquí mi actualización de la semana mis pecadores. 🔥❤