Capítulo veinticuatro: Un funeral para ti.

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"Si así fueran las balas, la sangre sería de mentira y estarías viva".
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Lenore alias "Venus".
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Despierto en la misma habitación que creí dejar atrás hace años, las mismas paredes, el mismo color de las sábanas, el mismo olor a cítricos, pero nunca podemos escapar de nuestro pasado y mucho menos de nuestros demonios. El hombre del sombrero negro sigue sentado en la misma posición que hace dos días en los que llegue aquí, no dice nada, no me habla, sólo se dedica a cuidar mi vendaje y darme de comer cuando la situación lo amerita.

La herida en mi abdomen estaba sanando conforme pasaban los días, al principio fue un suplicio mantener mi mente cuerda con el dolor tan intenso, las vendes se mancharon con sangre con cada movimiento que ejecutaba, hasta el día de hoy en el que los puntos ayudaron a cerrar la herida.

-Ya es hora de que me digas la verdad- le exijo que me diga lo que tiene a todos los empleados de la mansión tan ocupados.

Mi preocupación aumentaba con cada hora que pasaba en esa habitación sin saber absolutamente nada de lo que había sucedido la noche anterior.

No me decían nada de Rosa, nada de la familia Greco y mucho menos del mal nacido que nos secuestró.

-No hay forma de decirlo sin que te vuelvas una completa fiera, tienes que escuchar antes de...

-¡Dime de una buena vez!- le grito interrumpiendo su pequeño discurso. Esta alargando mucho la charla, casi puedo oler su miedo.

-Yo...No existe una forma de suavizar la noticia, así que te lo diré...Cuando llegamos por ti, pude escuchar tres disparos antes de agarrar a Richard, te trajimos aquí junto a Rosa, pero el disparo le lleno justo al corazón y falleció en el...

El sonido se fue de repente, el cuarto se oscureció y una tenue luz roja llenó la habitación completa... Ella estaba muerta... Ella ya no estaba conmigo.

-¡No...maldición...no, esto no es verdad... Maldición claro que no!- la voz se me quiebra, doy golpe tras golpe a la pared del cuarto calmando las voces de mi mente.

Ya no me importaba nada, ya no quería nada, ahora sólo queria morir.

-¡Dime! ¡Dime que es una puta broma!- le grito con desesperación, mis nudillos están llenos de sangre y mi mente no puede pensar en otra cosa que no sea matar al inservible de Richard.

Doy golpe tras golpe hasta ver la sangre correr y al sentir el puto dolor sobre ellos.

El hombre de sombrero negro me sostiene entre sus brazos, tomando de prisioneros los míos para no seguir golpeando la pared, no puedo dejar de golpearlo con mis piernas para tratar de soltarme, sólo es hasta que un hombre mayor entra a la habitación que dejo de pelear.

-Querida Venus, no es un comportamiento útil en este preciso momento... Lamento tu pérdida pero tenemos un funeral al cual asistir- el frío beso que deja sobre mi frente desencadena miles de recuerdos de aquel pasado en el que vivía bajo sus reglas.

Aquellas reglas que me recordaban el daño y el infierno por el que pasé.

-No quiero...- susurro con debilidad frente a los dos hombres. Los dos tienen una apariencia imperturbable, de aquellas que cuando los ves puedes llegar a correr lejos de ellos, pero que también te pueden hacer caer de rodillas ante sus pies.

-Sí quieres y sí puedes, ahora arreglate que te estaremos esperando al pie de las escaleras- se aleja de mí y se lleva consigo al otro hombre que antes me sostenía.

Juego de malditos (+21)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora