El enemigo estaba demasiado cerca de Dazai para que Serena, Odasaku o incluso sus subordinados pudieran disparar.
Su mano derecha agarró el arma mientras su brazo izquierdo colgaba a su lado como si no pudiera moverla. Aparentemente sin fuerzas para mantenerse solo, el enemigo apoyó la mitad de su peso contra la pared.—Oh, Dios mío —Dazai miró la pistola como si fuera algo único e interesante —. ¿Puedes mantenerte de pie después de unos cuántos disparos? Tu fortaleza es extraordinaria.
Uno de los atacantes estaba inconsciente en el suelo mientras el otro estaba usando sus últimas fuerzas para llevarse a Dazai a la tumba con él.
—Dazai, aléjate, yo me encargaré de esto.
Serena miró a Odasaku con confusión mientras él estiraba sus dedos para agarrar su arma.
Escuchó al castaño hablarle al atacante, sin embargo, toda su atención estaba en el pelirrojo que luchaba con el mismo.
—¿En serio, Odasaku? —susurró mirando de soslayo como tomaba su arma lentamente —. ¿Serás capaz? —Había preguntado más como burla que como cuestionamiento serio.
Salió de trance al ver por el rabillo del ojo al castaño acercarse a paso lento hacia el atacante.
—Dazai, detente —rogó Odasaku en voz baja.
—Espero puedas ver la emoción en mis ojos también —Dazai continuó hablando con el enemigo quien aún mantenía su puntería —. Si solo aprietas ligeramente tu dedo, puedes darme precisamente lo que más anhelo. Lo único que temo es que falles.
Sus labios se curvaron y su mirada gélida tensó incluso a Serena.
—Necesitas disparar al corazón o a la cabeza. Recomiendo la cabeza. Sólo tienes una oportunidad, piénsalo. Mis colegas aquí no son lo suficientemente amables para darte otra —Dazai golpeó el centro de su frente sobre sus cejas varias veces —. Pero sé que puedes hacerlo. Eres un francotirador, ¿no? Todavía puedo ver la huella del arma en tu mejilla. No eres el vigilante.
Había una línea indicada trazada en la mejilla izquierda del atacante, del tipo que se obtiene al mirar a través de un telescopio durante horas y horas.
Los dedos del enemigo temblaron mientras apuntaba el arma. Tal como dijo Dazai, solo tenía un disparo. No podía disparar a menos que estuviera seguro de poder golpearlo.
Dazai continuó acercándose al hombre, dándole la bienvenida a apretar el gatillo.—Ahora dispara. Aquí. No puedes fallar desde esta distancia —Dazai sonrió ampliamente —. Te matarán si disparas o no, así que al menos llévate a un ejecutivo contigo.
—¡Dazai! —Odasaku gritó como si estuvieran a cientos de kilómetros de distancia.
—Por favor, llévame contigo. Despiértame de este mundo oxidante de ensueño. Vamos, ahora. Dispara.
Todavía apuntando a su frente, Dazai se acercó al enemigo con una sonrisa que incluso podría describirse como pacífica.
El atacante se mordió el labio y apretó el dedo alrededor del gatillo.
Dos disparos se escucharon casi simultáneamente en todo el callejón.
Los orbes del atacante se abrieron como platos, pero fue lo último que pudo hacer.
Dazai se inclinó violentamente hacia atrás después de recibir un disparo a quemarropa.
Inclinándose, Dazai retrocedió dos, tres pasos antes de parar.
Miró frente a él de nuevo y sonrió ampliamente cuando sus ojos se toparon con los de Serena, quien aún sujetaba al atacante sin vida del cuello de su ropa y la sangre fluía violentamente desde su cabeza hasta el resto de su cuerpo. Dejó de apuntar a su cabeza y enfundó el arma sin más.
Una herida mortal de bala se vio en el cráneo del hombre cuando Serena lo arrojó al suelo como un saco de basura.
Dazai levantó más su cabeza. La piel del costado de ésta, ligeramente por encima de su oreja derecha, estaba abierta y sangraba.
La bala del enemigo había fallado.
Se acercó a Serena con una sonrisa, esquivando el cuerpo frente a ella y, de manera inesperada, la tomó por ambas mejillas.
La azabache abrió sus ojos de par en par, inclinando su cabeza levemente hacia atrás.
Dazai plantó un efímero beso en su frente y continuó sonriendo.Serena, extrañamente, había quedado atónita.
—Perdón por asustarte así —Dazai miró a Odasaku, quien en su mirada se notaba en desconcierto e impresión —. ¿Una buena actuación cierto? Sabía desde el inicio que fallaría. La marca del rifle de francotirador estaba en su mejilla izquierda, eso significa que era zurdo, pero estaba sosteniendo el arma con su mano derecha. Así que si disparaba con su mano no dominante, apenas podía pararse con sus piernas tambaleantes y, para empeorar las cosas, estaba usando esa pistola antigua. La única forma que habría podido golpearme sería presionando el hocico contra mi cuerpo —Odasaku se mantuvo en silencio mientras el castaño explicaba con una sonrisa y dio una mirada a Serena —. Todo lo que tenía que hacer era ganar tiempo. Escuché a Serena acercarse sigilosamente, tanto, que ni siquiera tú notaste cuando desapareció de tu lado. El hombre te prestaba atención a ti, no a ella, por lo que prácticamente se volvió invisible a sus ojos. Increíble, ¿no?
—Si —Fue lo único que logró articular Odasaku aún con el desconcierto en su rostro.
Lo único que hizo fue enfundar su arma de nuevo, le dio la espalda a ambos jóvenes y comenzó a alejarse.
—Odasaku —Se sorprendió ligeramente al sentir la mano de Serena tomar su brazo.
La azabache notó su mirada y suspiró mientras sonreía levemente.
—Ve a comer un poco de curry y de paso... ve a verlos. Te hace falta —Serena continuó dándole una sonrisa tranquilizadora mientras soltaba su brazo.
Odasaku suspiró y negó un par de veces.
Aunque lo negara, sabía que siempre había cierta azabache a la que jamás podría mentirle.
Revolvió su cabello ligeramente.
—Le diré que irás pronto a verlo —dijo con su usual semblante inexpresivo.
Se despidió y Serena lo vio alejarse hasta salir del callejón hasta que giró y se encontró con la sonrisa del castaño.
—¿Tienes algún novio al que irás a ver? —preguntó con una sonrisa mientras se acercaba y pasaba a su lado.
—Si, claro —respondió con sorna mientras caminaba a su lado.
—¿No? —Dazai alzó ambas cejas.
Serena lo miró con confusión y volvió a mirar al frente.
—No.
Sin que la fémina lo notara, una sonrisa ladina se dibujó en los labios del castaño.
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Break my heart. »Dazai Osamu. FINALIZADA.
FanfictionSiempre pierdo todo lo que no quiero perder. Todo lo que vale la pena desear es algo que pierdo en cuanto lo obtengo. No vale la pena perseguir algo si con ello alargas una vida de sufrimiento. Ésta historia es Dazai x Lectora. Obra de mi propi...