Imágenes sin sentido se arremolinaban en su cabeza.
En un momento, estaba de pie en una habitación infantil, para otro, estaba de pie en un salón familiar.
Juraba escuchar su risa, otras veces su llanto, y por último, sus gritos.Cuando sus pensamientos se apagaron, sintió de nuevo el duro asfalto bajo sus palmas y sus rodillas. Escuchó de nuevo su corazón latiendo desenfrenadamente y su respiración irregular, agitada y llena de terror.
El agudo sonido en sus oídos continuaba, pero iba disminuyendo poco a poco, hasta llegar a ser un insignificante pitido.Cuando el mundo dejó de dar vueltas a su alrededor, recuperó sus sentidos.
El abrasador calor llegó a ella de golpe y levantó su vista.No había imaginado ni soñado nada.
El camión en llamas continuaba frente a ella.
O lo que quedaba de él.
No más que un montón de chatarra apilada y con el fuego cesando era lo que estaba frente a sus ojos.
No quiso imaginar como lucia todo dentro de él, pero su mente jugó en su contra.Los últimos minutos los pasó observando el camión incendiarse.
Sentía todo y nada al mismo tiempo. Pensaba en todo y en nada también.
Su vista perdida fue interrumpida por trajes rojos llamativos y cascos de protección. Enormes mangueras se extendieron frente a ella comenzando a arrojar agua hacia el incendio.Los bomberos habían llegado, y con ello y el sonido de la sirena, decenas de espectadores.
Miró a su alrededor con lentitud, observando unos cuántos rostros. Unos llenos de confusión y otros de lástima.
Algunas mujeres fijaron su vista en ella, viéndola con pena.No fue hasta que notó la ausencia de una persona a su lado, que se obligó a ponerse de pie. Tambaleante y débil, se dirigió al restaurante, alejándose de los murmullos de la gente.
Llegó al segundo piso, al lugar en dónde alguna vez vio a su hermano leer sin parar.
La puerta estaba abierta. En silencio, se detuvo bajo el umbral y miró al interior, observando la amplia espalda del cobrizo, mientras éste observaba algo entre sus manos.
—¿Qué haces? —Su pregunta se articuló con voz bastante ronca, producto de los gritos de hace algunos minutos.
Odasaku dobló el papel entre sus manos de inmediato y lo guardó en su bolsillo antes de girar hacia su compañera y negar un par de veces.
—Nada —Quiso sonar indiferente, o normal. Pero su voz temblorosa delató sus intenciones.
Serena, frunciendo el entrecejo, se acercó a él y quiso sacar aquel papel de su bolsillo, siendo evitada por el cobrizo.
—Yo también iré, Odasaku —dijo en voz baja, evitando lastimar más su garganta.
—Olvídate de eso —dijo sin más antes de dirigirse a la puerta con intenciones de marcharse.
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Break my heart. »Dazai Osamu. FINALIZADA.
FanfictionSiempre pierdo todo lo que no quiero perder. Todo lo que vale la pena desear es algo que pierdo en cuanto lo obtengo. No vale la pena perseguir algo si con ello alargas una vida de sufrimiento. Ésta historia es Dazai x Lectora. Obra de mi propi...