—¡Serena! —La voz de cierto azabache a su siniestra llamó su atención —¿Odasaku no vendrá?La azabache sonrió ante la mirada traviesa del pequeño y asintió.
Observó a cada uno volver a hacer lo que estaban haciendo al principio, a excepción de uno que se ocultó en la litera, bajo las sábanas.
Serena se sentó en el pequeño sillón que queda de frente a la puerta, junto a Katsumi, quien había continuado jugando con la pelota de mano.
No pasó más de un minuto cuando cierto cobrizo se vio bajo el umbral de la puerta con su usual semblante inexpresivo.—Hola, ¿cómo han estado? —saludó a los niños mientras se adentraba a la habitación. Nadie miró — Chicos, ¿no le están causando problemas a Pops, verdad? Es un exmilitar, muy duro. Entonces, si se quejan demasiado, el va a...
Entonces calló sus palabras al darse cuenta del niño faltante e inmediatamente bajó sus caderas, bajando su postura. Una figura ágil saltó de las sombras en la cama: el niño faltante. Agachó la cabeza y lo esquivó.
Sin embargo, era sólo un señuelo. La niña, Sakura, quien había estado dibujando, se aferró a su pierna derecha cuando estaba fuera de balance. Alzó su pierna libre para prepararse para el siguiente ataque, pero no se pudo mover. Su tobillo había sido atrapado por una trampa de cuerda, lo que lo hizo tambalear en el aire.
Después de un par de trampas más, Odasaku se encontraba en el suelo con todos los niños sobre el y Serena para ese punto era ya incapaz de contener la risa.El cobrizo se las ingenió para quitarse a los infantes de encima y ponerse de pie, tomando al "líder de la pandilla" por debajo de los brazos y sacudirlo.
—¿Se rinden? —preguntó sin expresión viendo al azabache.
—¡Nunca! —exclamó el líder.
Sin esperanza de continuar, los otros simplemente observaron para ver cuánto tiempo más su líder podía mantener su dignidad como comandante en jefe.
—Entonces tendré que mostrarte lo aterradora que puede ser la Mafia —amenazó.
Con ambas manos debajo de sus axilas, le hizo cosquillas al azabache cómo si no hubiera un mañana, haciéndolo reír como nunca.
Pasaron dos minutos y cuarenta segundos para que aceptaran sus términos de rendición.
—Cada vez te cuesta más vencerlos, Odasaku —Se burló Serena mientras ayudaba a limpiar el desastre que se había creado.
—Que no tengan demasiadas esperanzas —respondió antes de colocarse bajo el umbral de la puerta y despedirse de los niños.
Serena se despidió de igual manera y salió junto al cobrizo de regreso al restaurante.
—Aunque estoy ansioso —dijo en voz baja mientras bajaban al primer piso, a lo que Serena rió levemente mientras se adentraban al establecimiento.
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Break my heart. »Dazai Osamu. FINALIZADA.
FanfictionSiempre pierdo todo lo que no quiero perder. Todo lo que vale la pena desear es algo que pierdo en cuanto lo obtengo. No vale la pena perseguir algo si con ello alargas una vida de sufrimiento. Ésta historia es Dazai x Lectora. Obra de mi propi...