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El día a través de su ventana pasaba de manera indiferente

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El día a través de su ventana pasaba de manera indiferente. Cómo cualquier otro.

Abrió las persianas y seguido de eso, la ventana, dejando que la ventisca del exterior chocara contra su rostro y hacerla soltar un suspiro.

Llevó su vista a la calle, observando a las personas ir de un lado a otro en la acera, chocando entre ellas, algunos otros inmersos en conversaciones en sus teléfonos celulares mientras caminan de manera apresurada, otros simplemente paseando.
Le tomó al menos cinco minutos más antes de cerrar sus párpados con exasperación y girar hacia su espalda, en dónde el cobrizo se encontraba esperando su respuesta.

Sonrió con debilidad pero sinceridad antes de acercarse y tocar su pecho con su dedo índice.

—Ve a llevarles esos regalos —habló en voz baja con calma —. Y, tienes razón Odasaku.

Caminó de nuevo hacia la sala, en dónde se detuvo frente al estante que contenía unas cuantas fotografías.

—Supongo que ustedes dos estarán ahí para protegerlo —Se volvió sobre sus pasos y levantó su vista para encontrarse con los orbes azules contrarios —. Confiaré en ti. Y, también en Dazai.

El cobrizo asintió ligeramente.

—Deberías ir a verlo. También necesito una mano con las bolsas —dijo llevando su mirada a las bolsas frente a la entrada.

—De verdad quiero ir —Serena hizo una mueca de disgusto —. Pero debo cubrir los días que estuve ausente buscando pistas.

Odasaku suspiro ligeramente antes de dirigir sus pasos hacia la entrada y detenerse ahí con sus manos en los bolsillos.

—¿Crees que te dirán algo si uno de los ejecutivos te cubre?

Serena rió ante sus palabras mientras negaba un par de veces.
Lo pensó por un par de segundos antes de tomar una decisión.

—Vamos, entonces.

El sol cálido y caliente iluminaba Yokohama ese día mientras ambos caminaban a través de la ciudad

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El sol cálido y caliente iluminaba Yokohama ese día mientras ambos caminaban a través de la ciudad.

Ambos charlaban, al menos Serena, mientras Odasaku escuchaba atentamente a su compañera.
Aunque intentara esconder la emoción que le daba ver el rostro de su hermano al recibir su regalo, se le notaba a leguas en aquella pequeña sonrisa que crecía con cada paso que daban.

Break my heart.  »Dazai Osamu.  FINALIZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora