¿Y POR QUÉ TÚ?

CAPÍTULO 9

¡Achús, achús! Así estaba yo, con un resfriado que ni yo lo podía aguantar.

No tendría que haber salido de casa ni haberme comprado el helado es que soy de lo que no hay de verdad.

-¡Mamá, traerme más pañuelos, por favor!- Le dije acostada en mi cama con un montón de mantas encima de mi.

-¡Ves tú, están en el armario del baño!- Gritó desde bajo.

Me levanté y fui al baño a por los pañuelos que estaban en el armario de al lado de la bañera.

Al coger los pañuelos me miré en el espejo y casi me caigo para atrás, estaba horrible, con unas ojeras que daban miedo, el pelo parecía el de un león, mi piel estaba pálida y los mofletes parecían dos tomates estancados en ellos. Estaba fatal.

Entré mi cuarto, me acosté y puse el ordenador encima de mi regazo. Me aburría tanto que me puse a ver fotos de tatuajes, me quería hacer uno en las dos muñecas que enlacen una frase y otro en la espalda que serían dos ala de ángel. Pero lo más seguro es que no me dejarán.

Apagué el ordenador, cogí mi móvil y empecé a ver los mensajes de whatsApp, lo más curioso es que un número desconocido me había hablado, lo abrí.

-Hola Rubita, soy Max, este es mi número. Quería decirte que... si quieres podríamos ir a tomar algo esta tarde y si no puedes no pasa nada para otro día.

Como no, ya tiene hasta mi número.

-Nose si podré, tengo un resfriado de los mil demonios.

-Pero, ¿podrás verdad?:-/

-Si puedo te aviso ¿vale?;-)

-Vale, mejorate adiós :-*

-Gracias♥

Que raro, parecía nervioso.

-Valeria, baja a comer.- Dijo mi madre asomándose por la puerta.

-Vale, ya bajo.

*

Después de comer ayudé a mi madre a levantar la mesa, me subí a mi habitación y cogí el móvil.

-Hey, Max ¿a que hora quedamos para tomar algo?

Tardó lo suyo para contestar.

-Si, claro paso para recogerte a las... seis?o_O

-Valep♡

-Hasta después Rubita :-*

-Adiós Sin Nombre XD

Lo más probable es que con este chico tuviera un problema y bastante serio.

Miré el la hora en la pantalla de mi móvil y eran las cuatro y media, aún tenía tiempo. Bajé a la cocina, busqué entre los armarios para coger algo de chocolate, si estaba en mi semana del mes, encontré unas galletas de chocolate blanco en el armario de al lado de la nevera. Cogí el paquete entero de galletas y subí de nuevo mi cuarto. Me puse los auriculares y me puse a comer galletas y a escuchar música.

Miré la hora de nuevo, eran las cinco y cuarto, miré el paquete y ya no habían galletas me las había comido todas. Hice una mueca de disgusto, me encantaban esas galletas. Me levanté para prepararme. Escogí uno vaqueros apretados negros, una camiseta de lana con corazones negros, unas botas y mi chaqueta. Fui al baño. Me maquillé lo más simple posible, rímel, raya y un poco de brillo de labios. Cogí la botella de perfume y me eche un poco en las muñecas y en el cuello. Miré de nuevo el móvil y ya faltaban cincuenta minutos para que Max viniera.

Bajé para avisarle a mi madre.

-Mamá me voy he quedado con un amigo.

-¿Y ese amigo es el hermano de la amiga de Beth verdad?

-Para que mentirte si que es él.

-Vale sabía, no llegues tarde.- Dijo apuntándome con el dedo índice, tocaron el timbre.

-Si mamá no llegaré tarde lo prometo, adiós.- Me despedí y abrí la puerta.

-Hola.

-Hola. Vamos a una cafetería o aúna heladería.- Preguntó él.

-Mejor cafetería.- Dije subiéndonos al coche.

En el coche hablamos de cosas triviales, no sabía porque pero me sentía nerviosa.

Bajamos y entramos dentro de una pequeña cafetería bastante acogedora. Nos sentamos y una camarera vino a tomar nota de nuestros pedidos.

-Un chocolate caliente y un trozo de chocolate blanco.- Dije amablemente.

-Yo un café y otro de chocolate blanco.

-En un momento vuestros pedidos estarán.- Dijo y se retiró.

Nos quedamos callados en un incómodo silencio hasta que nuestros pedidos estuvieron encima de la mesa.

-¿Cómo llevas el resfriado?

-Pasable.- Dije y él soltó una pequeña carcajada.

-¿Pasable?

-Si, pasable.- Y me reí también.

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