-¡No quiero saber nada de ti, no te quiero cerca de mi, vete y déjame en paz.- Paré un segundo para tomar aire.- Desde que has llegado a mi vida nada más hago que llorar! ¡Maldito chicle de mierda que se me antojó!
-Pero yo...
-¡Tu nada, tu te vas de mi casa ahora!- Las lágrimas bajaban por mis mejillas como ríos desbocados.
-Yo no sabía lo que hacía, lo siento, te quiero.- Dijo rápidamente.
-Pues yo no,- Mentira.- lárgate.
Agachó la cabeza y salió por la puerta cerrando detrás de él.
Subí a mi habitación, y otro día más encerrada en mi cuarto llorando.
Maldito Max, maldito chicle, maldito libro de cocina y sobre todo, maldito día en que mi madre me envió a la papelería.
Cogí el móvil para llamar a las gemelas.
Pero no contestaron. Ni una ni la otra.
Resoplé con frustración.
Me levanté de la cama, cogí una chaqueta, metí el móvil en el bolsillo y salí de la habitación. Bajé a la cocina para beber un zumo de piña, después de beberlo los tiré a la basura. Cogí las llaves de casa y salí a despejarme un rato. Abrí la puerta bruscamente haciendo que un cuerpo cayese hacia tras pegándose un fuerte golpe en la cabeza.
-¿Pero que cajones...?- Pregunté asustada.-Perdóname, Valeria, no me dejes.- Dijo Max desde el suelo con los ojos rojos, ¿acaso había llorando?
-Max, vete a tu casa.- Dije con la voz quebrada.
-Perdóname, por favor.
-No.- Dije fría.
-¿Por favor?
-No Max, me has hecho daño. No será tan fácil olvidarlo. Te esperé por más de veinte minutos y no apareciste, pero después te vi en pleno coito en tú coche con la misma tía que la otra vez.
-Te quiero.- Dijo levantándose del suelo.
-Si tanto me quieres demuéstramelo, pero no te resultará fácil.
Cerré la puerta con llave.
-Y, por favor, no vengas más a pedirme perdón, ya te he dicho que me lo demuestres.- Dije y me fui corriendo no se donde dejándolo sólo delante de la puerta.
Llegué a un parque al que no iba hace muchísimos años. Mi padre de pequeña solía traerme, me subía a los columpios el me empujaba, yo le decía más alto para así poder tocar el cielo y coger on trozo de nube, después me tiraba por el tobogán y el me cogía, bajo el tobogán había un gran hueco, para cuando lloviera nos protegiera. Todos esos recuerdos me hicieron soltar unas lágrimas.
El tiempo en el parque se me fue volando.
Me levanté de debajo del tobogán y me fui andando lentamente a casa con la cabeza gacha y algunas lágrimas bajando por mis mejillas.
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Ya he cumplido subiendo otro capítulo.
Esta vez os voy a retar a 35 votos y 15 comentarios. (Hasta el viernes ya no subo).
Besos ❤❤
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¿Y POR QUÉ TÚ?
Teen Fiction-Perdona, ¿tienes un chicle?- Le pregunté al chico que tenía delante de mi. -Espera, creo que si.- Dice él metiendo la mano en el bolsillo del pantalón y sacando la mano vacía, me vuelve a mirar.- Espera.- Mete su mano en el bolsillo pero esta vez d...