Desperté por algo caliente que rozaba con suavidad mi cara.
-Buenos días, Rubita.
-Buenos días, Sin Nombre.- Se acercó a mi cara y junto nuestros labios, yo le seguí el beso. Nuestras lenguas jugaban la una con la otra provocando la mismísima guerra entre ellas.
El beso poco a poco subía de tono, hasta tal punto que Max ya no tenía puesta su camiseta y yo estaba apunto de sacármela.
A saber con cuantas tías habría hecho esto, ese pensamiento hizo que me apartara de él con tal brusquedad que hizo que cayera de bruces al suelo.
-¡Mierda!- Aullé de dolor.
-¿Estas bien?- Preguntó acercándose a mi.
-¡De putisíma madre,- dije con sarcasmo.-duele mierda duele!- Dije gritando.
-¿Y ahora se puede saber que te pasa?
-Nada absolutamente nada.- Dije de nuevo con sarcasmo.- Te tienes que ir,- dije mirando hacia otro sitio de la habitación.- mi hermana y tu hermana pronto se levantarán sino están ya levantadas.- Dije susurrando lo último.
-Antes de irme, ¿no puedes decirme lo que te pasa?- Dijo poniéndose la camiseta que hace unos segundos estaba en el suelo.
-No, vete.-Dije intentado ser fría, pero fallé, mi voz empezaba a quebrarse.
-Lo que quieras, de todas formas tengo cosas más importantes que hacer en ves de quedarme a qui sin hacer nada.- Dijo indiferente. Se estaba pasando.
-Bien.- Dije apenas audible.
Terminó de atarse su última zapatilla y salió sin decir ni una palabra. Escuché el gran portazo que dió al salir de mi casa. Me deslicé lentamente por la pared, pegue las rodillas a mi pecho, hundí mi cabeza entre mis pierna y empecé a llorar.
Perdí la noción del tiempo llorando, no sabía que hora era. Unos golpecitos en la puerta hizo que me levantara del suelo secándome las lágrimas que aún bajaban por mi rostro. Las dos pequeñas cabecitas de Beth y Clara aparecieron por la puerta.
-Buenos días, chicas. ¿Queréis desayunar?- Pregunté con una sonrisa realmente falsa.
-Ya hemos desayunado.- Dijo Beth. Miré el despertador de la mesita de noche, marcaba la una en punto de la tarde. Vaya el tiempo llorando se pasa volando.
-¿Que queréis de comida?
-¡Espaguetis!- Dijo esta vez Clara con un brillo en sus ojos.
-Pues manos a la obra.
Pasamos la tarde comiendo, viendo la tele o viendo películas, hablando de tonterías, pero no me podía sacar de la cabeza lo de esta mañana. Lo mejor será alejarme de él, me hace sentir segura y al mismo tiempo temor, temor a poder enamorarme de él, de una persona que sólo va de tía en tía y tiro porque me toca, miedo a enamorarme y que él no me corresponda, pero de loquero se que sí estoy totalmente segura es que me gusta y no me gustaría arruinarlo, pero lo mejor, como ya he dicho antes, será alejarme, ser distante, fría, indiferente...con él.
Miré mi móvil acostada en mi cama, sí, ya era de noche, no tenía ningún mensaje de él. (Tu eres una estúpida, ¿no que querías alejarte de Max?) *¿Espera ese no erami subconsciente?* (Pues claro que soy yo idiota, ¿quién más estaría hablándote en tu cabeza, Max? No hagas que me ría, ah no, que ya lo estoy haciendo). *Callate idiota*. (Relaja chica, que ya me voy) *Ya estás tardando*
Dejé de hablar con mi subconsciente, solté de mala manera el móvil en la mesilla de noche y me dispuse a dormir.
Vuelta a la derecha, vuelta a la izquierda, nada más hacía que dar vueltas a la cama, no podía dormirme y todo por culpa de lo que había pasado está mañana, no podía sacármelo de la cabeza.
Bajé a la cocina para tomar una pastilla para dormir. Llené un vaso de agua, saqué la pastilla de su envoltorio, me la metí a la boca y con el agua la pastilla bajaba por mi garganta hacia bajo. Subí las escaleras, me acosté y me dormí.
Ruidos se oían chicas contra el ¿cristal?, sí, era el cristal, saqué todas las sábanas de encima de mi, me levanté como pude, caminé hasta la ventana a paso lento, abrí la ventana y asomé la cabeza por ella. ¿¡Pero que mierda...!?
Os lo podrías imaginar, Max estaba aquí, pero no en sus cinco sentidos que digamos.
-¿¡Se puede saber que haces aquí!?- Susurré/grité.- ¡No, no, no tires la piedra!- Tarde la piedra impactó en mi rostro, menos mal que era pequeña.
-Ups, lo siento.- Dijo riéndose, lo miré mal y él se puso las manos en la boca para impedir reírse de nuevo.
-¿Qué quieres?- Pregunté con sueño.
-¿Te he despertado?- Dijo evitando mi pregunta.
-Sí, y contesta la pregunta que te he echo.- Dije cruzándome de brazos.
-¿Qué pregunta?- Dijo pensando, me pegué con el cristales la ventana unas cuantas veces.
-Que qué quieres.- Le repetí lentamente.
-Nada.
-Sólo has venido para nada.
-¿Eh...? ¿Si?- Dijo dudando de su respuesta más o menos entendible.
-En ese caso me voy a dormir.
-¡No, espera!, ¿puedo dormir contigo?
-¿Y si te dijera que no?- Jugué con él, ver a Max borracho era divertido.
-Me quedo aquí en la calle hasta que amanezca así de simple.
-Tu mismo.
-Entonces, es un ¿no?- Dijo agachado la cabeza.
(No caigas, no caigas Valeria, no seas tonta).
*Pero es que me da pena*.
(Que no te de pena,Valeria).
*A la mierda*
(Tu eres tonta, chavala).
-Ves a la puerta que ahora te abro.- Miré el despertador que marcaba las tres media de la mañana. Bajé las escaleras y le abrí la puerta a Max.
-Que frío hace afuera.- Dijo frotándose las manos para entrar en calor.
-¿Quieres algo?
-No, solamente quiero dormir.
Ayudé a Max a subir las escaleras, entramos a mi cuarto, ayudé a quitarse los zapatos y nos acostamos. Me separé lo más lejos que pude de él, pero él de un tirón me acercó a él haciendo que mi espalda se pegara a su pecho.
-Te quiero, buenas noches.- Dijo y calló dormido a los pocos segundos.
¿¡Por la mierda, lo que acaba de decir es verdad!?
Mis ojos seguían de par en par, ahora ni la pastilla haría efecto.
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Bueno hasta aquí el capítulo de hoy que es largo.
Este capítulo se lo dedico a @cs_lauraa.
He puesto una nueva portada que la a echo lilama7
Besos♥♥
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¿Y POR QUÉ TÚ?
Roman pour Adolescents-Perdona, ¿tienes un chicle?- Le pregunté al chico que tenía delante de mi. -Espera, creo que si.- Dice él metiendo la mano en el bolsillo del pantalón y sacando la mano vacía, me vuelve a mirar.- Espera.- Mete su mano en el bolsillo pero esta vez d...