¿Y POR QUÉ TÚ?

CAPÍTULO 17

Las ojeras se hacían notatorias bajo mis ojos, pálida como el papel y cansada. Me desperté por los susurros de Max, que se quejaba por lo que parece ser la cabeza.

-Mierda, mierda, la cabeza me va estallar.- Repetía una y otra vez en susurros.

-¿Quieres una pastilla?- Le pregunté.

-Sí, por favor.- Dijo cogiendo su cabeza entre sus manos.

Bajé las escaleras, fui a la cocina, abrí un cajón y saqué la pastilla de su envoltorio, cogí un vaso y lo llené de agua. Subí nuevamente las escaleras hasta mi habitación.

-Toma.- Dije tendiendo el vaso de agua y la pastilla. Se llevó la pastilla a la boca seguido del vaso.

Me giré para ir al baño.

(No estás cumpliendo con tu deber).

Dijo una voz burlona en mi cabeza, no otra vez esa voz no.

*¿Y ahora que tengo que cumplir?*.

(¿Te haces la tonta?, porque si no te lo haces es que tienes un retraso en tú cabeza tan sumamente grande que no te deja pensar con claridad).

*Te enredas más que una persiana, ve al grano, mujer*

(Haber... ¿Cómo te lo explico? Así ya se, lo de ser distante, alejarte de Max y bla bla bla. ¿Lo has pillado ya? Porque sino corre detrás de él haber si lo pillas, tonta).

*La Sole, callate ya*

(¿La Sole? ¿Eso qué es?)

*El nombre que te he puesto, tonta, y sino lo pillas corre detrás de él*.

Unos leves golpes en la puerta me sacaron de mi trance de La Sole. La abrí.

-Me voy, por la tarde vengo a por Clara.

-Vale.

-Adiós.- Me dio un beso leve en los labios.

-Adiós.- Dije con la mano levantada en modo de despedida.

Unos segundos la puerta principal se cerró.

Tendría que poner en práctica algún plan para alejarme de Max.

(Pues sí, sí que deberías).

*Callate, nadie te ha dado vela en este entierro*.

(No, te callas tú).

*Callate, a mí no me vacilas, ¿vale?*

(Eres de lo peor).

*Vete ya, tira*.

(Sí, será lo mejor, y piensa rápido en un plan, antes de que acabes enamorándote de él).

*La Sole, vete a la mierda*.

Menos mal que se calló, sino me iba volver loca, si es que ya no lo estoy.

Me asomé en el cuarto de mi hermana, para ver si estaban durmiendo, y efectivamente, estaban durmiendo. Abrazadas la una con para otra, se veían tiernas así. Esto merecía una foto.

Fui a por mi móvil, volví a la habitación y les hice una foto. La mire por un largo tiempo, la puse de fondo de pantalla del móvil.

Salí del cuarto lentamente, para no despertarlas, cerré la puerta con cuidado y fui a mi habitación a cambiaré el pijama por un chándal sencillo.

Tan sólo pensar en cómo me podía alejar de él hacia que mi cabeza doliese, parecía que iba a estallarme en cualquier momento y todos mis sesos se esparcieran por toda la casa. Dejé de lado ese tema y me concentré en hacer los ejercicios de geografía, pedazo rollo.

El día en general fue bastante aburrida. Clara y Beth sólo hacían que jugar, pintar, cantar y ver la televisión.

El timbre sonó haciendo que saliese de mis pensamientos. Me acerqué a la puerta advirtiendo a las chicas de que no corrieran y a la primera me hicieron casa ya que rompieron el jarrón. Abrí la puerta, Max entró ¿cabreado? Eso parece.

-Clara, vamos. Coge tu mochila.- Ordenó frío. Este es más bipolar.

Clara subió las escaleras y bajó con su mochila sobre sus hombros.

-Adiós Beth, adiós Valeria.

-Adiós.- Contestamos Beth y yo a la vez.

La puerta se cerró de un portazo, parecía que la casa entera tembló por culpa de ese estruendo. No me había saludado ni despedido de mí, me encogí de hombros sin darle mucha importancia.

Beth y yo vimos la película de Divergente en mi portátil, hicimos palomitas y bebimos refrescos con gas.

Después acosté a Beth en su cama ya que mañana había clase. Yo también me acosté en mi cama.

Un mensaje entró en mi móvil haciendo que este vibrara.

Eran de Lucy que mañana no iría al instituto ni ella ni Nicky por no se que de sus abuelos.

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