CAPÍTULO 10

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-Tienes chocolate en la mejilla.- Me dijo Max, yo me sonrojé. Normal era una cerda comiendo, lo admito me gusta comer.

-¿En que mejilla?- Le pregunté.

-En la derecha.- Dijo sonriendo de una forma rara, iba a coger un papel para limpiarme pero él fue más rápido, se acerco a mi cara y me lamió el chocolate que decía que tenía. Se apartó lentamente.

-¡Tío, que asco, haber cogido una servilleta, cochino!- Le dije entre dientes pasándome la mano en la zona húmeda y babosa. Él nada más hacía que reírse.- Si, si, tú ríete, esta te juro que te la devuelvo cuando menos te lo esperes, Sin Nombre.- Dije amenazándole y señalándole con el dedo.

-Lo que digas, Rubita.

-Si lo que yo diga.- Dije cruzándome de brazos.

-Anda levanta, nos vamos.- Vamos a la barra para pagar pero el es más rápido y lo paga todo él. Salimos de la cafetería.

-Oye, yo podría pagarme lo mío, no soy una muerta de hambre.

-Lose pero eso no me convertiría en un caballero.

-Ja, tú caballero, eso no te lo crees ni tu.- Le dije burlándome, a él parece que le sentó realmente mal porque hizo una mueca y no me habló.- Hey Max, que era broma, no te enfades.

-No estoy enfadado, solo es que... Nada, da igual.- Dijo metiendo sus manos dentro de los bolsillos de la chaqueta que llevaba.

-Puedes decirme.

-No es nada enserio.- Dijo.

-Vale, pues si no es nada, ¡pillas!- Dije echando a correr.

-¡Qué infantil, Rubita!

-¡Habló él que dice ser un caballero!- Le grité para chincharle.

-¡AHORA VERAS!

Empezó a correr detrás de mi, yo corría con todas mis fuerzas, nunca había corrido tanto como hoy. Max me estaba pisando los talones cuando yo me tropecé con mis propios pies mirando hacia atrás, cerré los ojos fuertemente esperando el golpe, pero no recibí el golpe si no que unos brazos impidieron mi torpe caída.

-Valla, al final si que resultas ser todo un caballero.

Él como todo caballero que era (notase mi sarcasmo) sacó los brazos de mi cintura y al final si que caí.

-Maldito capullo.- Dije en un susurro sobándome el trasero y la parte lateral de mi cadera.- Joder como duele.

-Te jodes.- Vaya ahora si que se ha cabreado de verdad.

Me levanté como pude haciendo muecas de dolor. Empezó a caminar dejándome detrás.

-Espera, no te enfades. Joder espera, hostias para ya.- Y nada el niño terco no paraba de caminar.- Me cago en la puta, ¿o paras tú o te paro yo, Sin Nombre?- Por fin se paró.

-¿Qué?- Preguntó borde.

-Que te esperes, no puedo caminar me duele todo. ¿Me llevas a caballo, por favor?- Le pregunté haciendo un puchero paraeciendo ser inocente.

-No.

-Por favor.

-No.

-Si.

-No.

-Si.

-Si.

-No.

-Has dicho que no te lleve.- Dijo riendo.

-Mierda, eso no vale, has echo trampa.- Dije señalandolo con el dedo.

-¿Yo?

-Si tu estupido, ¿quien si no?

-Venga sube antes de que cambie de opinión.- Antes de subirme a su espalda, le dí un beso en la mejilla y le saqué la lengua.

-Gracias.

*

Estabamos en el parque de fuera de la ciudad, riendo, diciendo cualquier tonteria a la qual reíamos. Yo aún estaba montada en su espalda. Tampoco es que tuviera muchas ganas de bajarme, estaba muy cómoda en ella.

-¿Puedes bajar sólo un rato? Me está empezando a doler la espalda.

-Jo, tío, no aguantas nada.

-Llevo aguantando tu peso alrededor de una hora.

-¿Me estás llamando gorda?- Le pregunté con fingida indignación.

-¿Qué? No, no, por supuesto que no.

Me bajé con cuidado, bajé mi pierna derecha pero la izquierda no podía bajarla ya que Max cogió esta. Para mantener el equilibrio daba pequeños saltitos.

-Se que te gusta mi pie, pero tienes que soltarlo, la gente nos está mirando raro.

-Anda no digas tonterías, no hay nadie en el parque, y no, no me gustan tus apestosos pies.- Dijo, pero el pie no lo soltaba.

-Si te gustan porque no lo sueltas y no son apestosos.

-No que va.- Dijo de broma.

-Suéltame la pierna, esta empezando a dolerme.

-No, te quiero ver sufrir un poco más.- Dijo riendo maliciosamente.- Vas a tener que ir hasta el árbol de aquella esquina así.

-Joder...- Dije bufando con cansancio.- No quiero.

-Venga tira, cuánto más tardes en ir más larga será la prueba.

Max empezó a tirar de mi pierna lentamente hasta tal punto que iba arrastrándome por el camino

-¡Max, tan rápido no, me voy a caer!- Le dije saltando a pasos enormes.

-Ya queda poco.- Me animó él. Cuando llegamos al árbol me soltó rápidamente haciendo que cayera al suelo. No me levanté, al contrario me apoyé en el tronco del árbol.

-¿Me llevas a casa, estoy cansada y tengo sueño?- Dije cerrando los ojos.

Noté como me cogía en brazos y empezaba a caminar conmigo en brazos.

Nose en que momento me había quedado dormida pero estábamos enfrente de mi casa.

-¿Mañana nos veremos?- Me preguntó nervioso. Que mono.

-Si puedo si.

No sabía que más decir así que abrí la puerta del coche, pero antes de poner un pie en el asfalto ya tenía los labios de Max pegados en los míos. Nos separamos y juntamos nuestras frentes, esto cada vez me confundía más.

-Buenas noches.- Dijo sonriendo.

-Adiós.- Le dije levantando la mano en forma de despedida.

*************

Estoy tan feliz, ya vamos por los 1058K vistos, me alegra muchísimo esto.

Pasaros por mi otra historia.

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