CAPÍTULO 24

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-No hace falta que me expliques nada, con esto es suficiente explicación.

-Yo...- Me interrumpió.

-No eres como yo pensaba, eres como cualquier otra zorra, si solo querías hacerme daño lo has conseguido. No quiero que te acerques a mí, por mí puedes irte y no volver, todo lo que tenga que ver contigo me repugna.- Me dijo con asco y enfado.

Me quedé de piedra, mis ojos empezaron aguarse, todo lo que había dicho me dolía.

-Yo creo que lo mejor es que me vaya.- Dijo Dylan.

-Sí, huye, todos los gays sois iguales.

-Eso es lo que soy.- Dijo dándole la razón a Max.

-Déjate de bromas y lárgate, que estorbas.- Dijo frío, las tan famosas lágrimas ya empezaban a bajar por mis mejillas como ríos desbocados.

Dylan me miró con pena antes de irse.

-Haz lo que te dé la gana, no necesito tus estúpidas explicaciones para saber que estabas haciendo con ese imbécil. Me largo.- Su tono de voz era tan frío que me congeló hasta los huesos.

-¿Puedo hablar ya?- Dije en un susurro.

-Haz lo que te de la gana, no necesito explicaciones para saber lo que estabas haciendo con ese imbécil. Me largo.- Su tono de voz me congeló hasta los huesos. Después de lo dicho, se fue mirándome con decepción, tristeza, rabia y enfado.

Miré como seguía caminando hasta que se perdió entre las calles. Entré corriendo a casa, mi madre no estaba y mi hermana tampoco, no tardarían en llegar, a mí habitación, me tiré boca abajo en la cama y empecé a llorar, chillar, golpear el colchón y la almohada.

Ahora la que lo había cagado había sido yo, no sé lo que hacer, como arreglar esto, esto se me ha ido de las manos, era mi culpa, y lo iba a solucionar, costara lo que costara, pero lo solucionaría.

Fui al baño a darme una ducha de agua caliente, para relajarme un poco.

Una vez ya fuera de la ducha, me vestí, cogí el móvil, les envié un mensaje a las gemelas y y otro a Dylan, diciéndole que él no tenía la culpa, que no se sintiera mal por lo que había ocurrido.

Recibí una repuesta inmediata de parte de los dos chats.

"En media hora estamos en tu casa."- Lucy

"No, no puedo estar tranquilo, es mi culpa también lo que ha pasado, te ayudaré en todo lo que pueda."- Mariposín♥

Después de casi una hora las gemelas aparecieron por la puerta de mi habitación.

-¿Y esa cara y esos ojos rojos? ¿Qué ha pasado?- Preguntó Nicky.

-Habla.- Dijo Lucy.

Empecé a contar lo que había pasado desde el principio, necesitaba desahogarme, necesitaba contar lo que había pasado, necesitaba llorar y gritar, necesitaba dormir y no despertar jamás.

Al terminar decirlo todo, ellas se quedaron con la boca abierta.

-¡¿Qué te ha llamado zorra?!- Preguntaron las dos gritando.

-Sí...- Dije con un hilo de voz.

-Y él un cerdo, que se acostó con una.- Dijo Lucy.

(...)

Después de dos horas, las gemelas se fueron, ya que tenían que visitar a su abuela.

-¡Valeria!- Gritó mi hermana desde su habitación. Ya hacía rato que había venido con mi madre.

Me levanté de la cama, salí por el puerta y entré en la habitación de Beth.

-Dime.

-Llama a Max y dile que traiga a Clara, que quiero jugar con ella.

-No creo que sea buena idea llamar a Max, si quieres te llevo a su casa y después vuelvo a por ti.

-Pero yo quiero que Clara venga aquí.

-¿Para qué quieres que venga?

-Es que quiero enseñarle una cosa.

-Pues llévate la cosa a su casa.

-No quiero ir a su casa. Por favor, llama a Max.- Dijo poniendo ojos de cachorrito.

-Uhg, está bien, pero si no contesta te llevo a su casa.

-Sí, gracias, gracias, gracias.- Dijo aplaudiendo.

Me fui de su habitación, volviendo a la mía. Podría hacer como que estoy llamando y así hacer creer a mi hermana que no contestaba y llevarla a su casa, pero no soy así.

Busqué su número entre todos mis contactos, cuando lo encontré y le dijo a llamar, esperé a que contestara, sabía que no lo haría. Lo intenté otra vez, nada, otra, tampoco, otra más, menos aún, lo intentaré una vez más y si no contesta le enviaré un WhatsApp.

-¿Qué coño quieres? Estoy ocupado.- Dijo con voz ronca y agitada, un nudo se formó en mi garganta.

-M-mi hermana quiere que tu hermana venga a mi casa, ¿la podrías traer?

-Max corta la llamada y sigue.- Dijo una voz desesperada de chica.

-Después llevo a Clara...- Antes de que terminara la frase colgué, no soportaba lo estaba haciendo.

Fui de nuevo a la habitación de Beth.

-Beth, Clara vendrá más tarde.

-Bien, gracias Valeria, te quiero mucho.- Me abrazó por la cintura.

-Yo también te quiero.- Me iba a poner a llorar en cualquier momento.

Me fui corriendo a mi cuarto, me puse una chaqueta.

-Mamá, saldré a dar una vuelta por ahí, no se a que hora llegaré, si llego tarde no me esperes levantada.- Le di un beso en su mejilla y me fui antes de que dijera algo.

Miré por tercera vez la hora en el móvil. Eran las siete y media. Había salido de casa a las cinco menos cuarto, y aún no iré a casa.

Estaba en un descampado a la afueras de la ciudad, sé que quedaba lejos de mi casa, pero necesitaba estar sola, no quería a nadie a mi lado en este momento.

Empecé a recordar lo que había pasado con Max esta mañana, los recuerdos empezaron a agolparse en mi mente, sabía que iba a llorar de nuevo, sus palabras me dolían, como si miles de cuchillas rasgaran mi piel provocando miles de heridas. Las lágrimas ya empezaban a bajar por mis mejillas dejándolas mojadas y saladas. Los sollozos ya se hacían presentes en mí, el nudo en mi garganta parecía que se hacía más grande.

No soportaba estar así con él, y eso que sólo había sido hace unas cuantas horas. Él se estaba follando a aquella chica, mientras yo me sentía como una mierda, una mala persona por haber hecho lo que había hecho.

No sé decir si esto se va a poder solucionar.

Escondí mi cabeza entre mis brazos llorando desconsoladamente.

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Y aquí otro capítulo.

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Besos.

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