Capítulo 3 «Nuevo colegio»

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—¿En qué parte? —pregunto al instante.

—Fue un poco difícil, pero cercamos el radio en Inglaterra. —Ahogo un grito con las manos.

—¿Crees que tenga algo que ver con los ataques al colegio de Karen?

—Dorian puede ser impulsivo, pero nunca haría algo como eso.

—¿Por qué se pelearon? —Esa es una de las tantas dudas que tengo sin respuesta.

—Todavía no lo sé. Un día, Dorian me declaró la guerra y comenzó a transformar usuarios de los elementos en cold. No podía vivir en paz ni un solo momento. Siempre estaba en posición de ataque y casi no podía dormir. Un día, enfermé tan gravemente que creí morir. Las cosechas comenzaron a secarse al igual que los ríos. Devolví parte de los elementos a su lugar de origen y coloqué parte de mi poder en diversos objetos por todo el mundo. Una vez realizada esa hazaña, Syryna esparció el rumor que yo había muerto.

—¿Cómo lo localizaron?

—Con un hechizo de Syryna. Pueden pasar milenios, pero la esencia de nosotros no cambia. Aún lo recuerdo. Su cabello rubio cenizo despeinado brillaba con la luz del sol. Siempre mantenía su cuerpo bronceado por el sol y en buena forma. —Cierra sus ojos como si lo estuviera ideando en su cabeza—. Siempre me llamaba "mi pequeña niña". Era impulsivo, pero de buen corazón. —Abre los ojos y sonríe con amargura—. Nunca le haría mal a nadie. Necesito que le encuentres por mí.

Toco la cadena que Javier me regaló la Navidad pasada y las puntas de mis dedos acarician el delfín hecho por Dorian. De la pulsera en mi muñeca aún cuelga el anillo hecho por él que me regaló Rebeca.

—Haré el intento por encontrarle antes de regresar aquí. ¿Mis padres ya saben que no estaré este año en el colegio?

—Les fue dicho hace unos instantes. Mucha suerte y ten cuidado.

—La vamos a necesitar. Por cierto, deja de saltar entre Amelia y Rebeca. Syryna no es de mucha paciencia. —Sonríe con sorna y me retiro.

Media hora después estamos todos reunidos en la puerta del comedor. El mismo equipaje con diferente destino. ¿Yo quería una aventura? Pues la tengo en mis narices.

Atravieso a Eliza con la mirada y los ojos de su tucán rosa se posan en mí. Le enseño los dientes y él aletea antes de darme la espalda nuevamente. Un año entero con esta chica pegada a nosotros. Aún no me lo puedo creer.

La emoción de Lester es notable en su Varázs, su halcón Bruno sobrevuela intranquilo sobre nuestras cabezas.

—¿Están listos? —pregunta la directora hacia nosotros y todos asentimos.

Ginger y Tony suben a mis maletas. Son ardillas voladoras y apenas hacen esa función. La directora Carlisle entra al comedor y nosotros le seguimos. Ella espera a que todos estemos dentro para cerrar las enormes puertas.

—Síganme. —Atraviesa el vacío comedor y camina en dirección a la puerta de caoba oscuro de la derecha por donde siempre salen ella y los profesores.

—¿Y nuestra primera clase? —pregunta Tommy y ella sonríe de soslayo.

—Señor Valent, esta es su primera clase. —La directora Carlisle le da dos vueltas al cerrojo, y al otro lado de la puerta no está el césped alrededor del colegio—. Bienvenidos a Londres.

Ella sale y mis amigos detrás. Yo me quedo paralizada en el mismo lugar. Chris toca mi hombro dándole un ligero apretón y Pumba coloca sus pezuñas suavemente en mis rodillas

—Nunca te tomé por cobarde. —Sonríe, y sus ojos negros se iluminan.

—¿Aún crees que esto es un error? —pregunto y trago en seco.

—Allie, si no tienes confianza en ti misma, de nada vale que pongas un pie después de esa puerta. Además, nosotros estamos a tu lado y cuidamos tus espaldas —interviene Ginger, apretando uno de mis dedos con sus pequeñas patas.

—Ella tiene razón, pequeña. En las duras y en las maduras, ¿recuerdas? Si atravieso esto contigo, será una aventura más. —Sonríe con amplitud y aparecen sus hoyuelos. Toma una de mis manos y la aprieta con suavidad.

—Vamos. Tenemos que comenzar otra aventura —digo con más seguridad.

—¡Síííííí! —gritan las ardillas y Pumba salta en su lugar dando círculos. Chris sonríe al ver la felicidad de su mascota.

—Chicos —interrumpe Brenda desde la puerta. Solo podemos verle parte de su pelo y la cabeza—, vamos. ¡Esto es una pasada! —añade emocionada y atraviesa la puerta. Tomo las maletas y atravieso la puerta detrás de Chris.

—Bienvenidos a Mary Weathers.

Frente a mí hay un enorme castillo de arquitectura neocolonial. ¿Alguien ha visto el Palacio de Buckingham? Imagínense esa misma estructura, pero sin el ala frontal. Este lugar es enorme. La forma es muy parecida al colegio Elements pero el que tengo frente a mí es cinco veces más grande en amplitud. Está rodeado de bastos jardines y árboles inmensos. Sauces, pinos, abetos, manzanos y otros. Puedo sentir la vida en este lugar.

Un imponente cuerpo central de cuatro pisos y dos alas paralelas a cada lado de tres pisos cada una. Seguramente destinadas a los dormitorios. La entrada del cuerpo central es una cúpula sostenida por seis columnas de unos 10 metros de alto Tiene la forma de una C cuadrada dotándolo de un patio central muy amplio. El sol se refleja en los enormes ventanales de cristal dándole un aire divertido al estilo Rococó.

En el centro del patio hay cuatro esculturas doradas que relucen a los rayos del sol. A la izquierda, cerca del pabellón central, hay un león levantado en sus patas traseras, una melena despeinada y la boca abierta hacia adelante. Da la impresión como si quisiera saltar. De ese mismo lado pero más adelante se encuentra el águila. Tiene las alas abiertas hacia arriba y el pico también abierto. A la derecha, frente al león, se encuentra la escultura de un caballito de mar y frente a este, paralela al águila, un ave fénix en todo su esplendor. Las alas están abiertas hacia arriba, la cola larga hacia abajo bien abierta tocando casi el césped.

La verja es inmensa. Se divide en 6 puertas, cada una dividida por una columna al estilo neocolonial. Demasiado grande. En cada una de las entradas puedes ver el escudo de Mary Weathers. A la izquierda se puede ver el león con la boca abierta hacia adelante. A la derecha un caballito de mar dorado. En la parte alta hay un águila con las alas abiertas y debajo una antorcha encendida. Todo es dorado... o de oro.

Alrededor del león y el caballito de mar hay unas pequeñas ramas de olivo como la que utilizaban los emperadores romanos en la cabeza. O eso es lo que se ve en la película de Astérix y Obélix.

—Cierren la boca o le entrarán moscas —se burla la directora Carlisle con sorna rompiendo mi línea de pensamientos—. Lo que tienen frente a ustedes es el colegio Mary Weathers. Su construcción final terminó hace unos 23 años atrás ya que unos jovencitos soltaron un Cerbero en el patio central, que acabó con todo el colegio porque... quería jugar. —Sonrío por lo bajo. Mis padres, Brad y Camille fueron esos jovencitos.

—Este lugar se ve imponente de solo mirarlo —murmura Lester y Bruno sobrevuela todo el lugar. Para cuando miro a través de la verja, mis ardillas ya están corriendo al otro lado

—¡Tony! ¡Ginger! —grito y ellos se detienen—. Regresen aquí. —Se miran y regresan hacia nosotros con desgana.

—Hora de entrar. —La directora Rebeca se acerca a la verja más cercana.

Una flama aparece en su mano y cuando sopla, un dragón sale de ella entrando al colegio y estallando en el patio central como fuegos artificiales. La entrada central se abre y de ella sale solo una persona. Por su cabello rubio al estilo Bob la reconozco. Karen Smith atraviesa las cuatro estatuas y cuando está frente a la directora Carlisle, la verja se abre hacia los lados.

—Bienvenidos, muchachos —saluda Karen sonriendo. Está vestida con ropa formal. Un vestido amarillo con flores rojas, y una cinta roja ajusta la cintura. Unos zapatos rojos de punta abierta y de tacón fino de unos 5 centímetros—. Entren, por favor.

Desde adentro este lugar es mucho más extraordinario de lo que se ve.

El Quinto Elemento (Elements II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora