Capítulo 13 «Desesperación»

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Chris

Los gritos de Allison atraviesan las paredes de la enfermería. Esto no puede estar pasando nuevamente. No de nuevo. Todos están ansiosos y yo no encuentro que hacer. Estoy a punto de perder la cabeza. Paso la mano por mi cabello y cara con irritación.

Las chicas se han librado de los auriculares, pero es en vano. La cara de terror de ellas al escuchar los gritos de Allison, retumban en nuestros oídos como si estuviéramos a su lado.

Austin retiene a Brenda contra a su pecho, y con cada alarido de dolor de Allison, abraza más fuerte a su chica. Talia se sobresalta en los brazos de Cameron al escuchar los gritos. Me siento como un perro enjaulado. Javier está recostado a la pared con la cabeza gacha y los brazos cruzados en el pecho.

El aire no llega a mis pulmones, siento que me asfixio, y la impotencia en mí aumentó cuando veo al mapache frente a la puerta tocándola con su pata.

—¡Maldito mapache! —Voy por él, pero alguien golpea mi mentón.

—Como te acerques a Meeko, juro que rompo la promesa que le hice a Allison en nunca golpearte hasta el cansancio, Gray —reclama Javier con las manos cerradas y el mentón apretado.

Cuando casi me voy a golpes con él, Austin y Cameron me detienen, agarrándome fuertemente por los brazos. Intento zafarme como puedo, pero su agarre es fuerte.

—Por su culpa Allison está ahí dentro sufriendo. —El grito de mi chica retumba en mis oídos nuevamente.

—¡Detente ahí, Gray! —interviene Tony, molesto como nunca le había visto, y vuela hasta quedar frente a mí—. Allison lo hubiera hecho por cualquiera de nosotros. Ginger también está herida. Gracias a tu arranque de furia en contra de la bestia, a mi hermana se le quemó parte del pelaje... ¡y la mitad de la cola! —la ardilla espeta furioso. Las chicas ahogan un grito y yo me paralizo—. Mi hermana está gravemente herida, y la única que puede curarle ¡está dentro de esas paredes! —Allison grita nuevamente y mi cuerpo tiembla.

«¿Qué he hecho?», pienso avergonzado.

—¿Me ves culpándote por eso? No. Esa cosa casi mata a Meeko en el jardín central y ella le lanzó una bola de hielo para que le dejara tranquilo. ¡Mira cómo está el mapache! —Dejo caer mi mirada en el animal cerca de la puerta y noto como seca una lágrima—. Él también está sufriendo, cabeza de chorlito con una sola neurona a media función. Necesito que todos se calme. ¡Todos! —Asiento y me dejo llevar por el peso de mi cuerpo.

Cameron y Austin me dejan libre y yo termino de rodillas al suelo. Mi vista comienza a nublarse porque mi corazón ya no aguanta tanta opresión. Un nuevo grito de Allison hace que mi cuerpo se estremezca. Algo húmedo rueda por mi rostro. Una lágrima. He sentido tristeza y desilusión, pero ese sentimiento de perder a alguien importante es tan indescriptible que me desgarra por dentro.

Reconozco que, desde su entrada en mi vida, el viejo Christopher Gray desapareció por completo. Sus sonrisas, locuras y respuestas tajantes han formado parte de mi vida en los últimos meses que he pasado y disfrutado a su lado. Miles de sentimientos pasan por mi cabeza cuando en estos momentos, pero solo uno llena mi mente ahora: la desesperación, esa que es mala compañera en tiempos de angustia.

Algo peludo y mullido toca mi rostro. Mis ojos humedecidos por las lágrimas apenas pueden divisar claramente al mapache de Javier. Limpio mis lágrimas y veo que sus ojos negros también están cristalizados.

—Perdóname, compañero —murmuro con voz quebrada. Este abre sus patas hacia mí sacándome una amarga sonrisa. Bajo la cabeza y me abraza por el cuello—. Ella va a estar bien. Es una McKenzie.

El Quinto Elemento (Elements II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora