Capítulo 32 «Lista de invitados»

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Allison

Canté y disfruté, pero la rabia sigue hirviendo en mi sangre. No puedo creer que haya tenido el descaro de atraerme cerca de la plataforma, romperme el vestido y para colmo, tenía que cantar frente a todos. Ah, pero esto no se iba a quedar así. Esto me la pagan bien caro. Un vestido tan caro terminó hecho un desastre por una persona que no soporta el hecho de que Chris y yo seamos felices.

—No sabía que podías cantar —dice Brenda—. Lo tenías bien guardado, Allie.

—Esa es una de mis canciones favoritas —añade Alice—, pero el sabor que tú le pones es muy exquisito.

—Chris, ¿puedo robártela un momento? —pregunta Lilith. Mi chico asiente y me aparto con Talia y las chicas hasta la ventana más cercana a nosotros—. ¿Qué le pasó a tu vestido?

—¿Quién te hizo esto? —inquiere Talia, en tono molesto.

—Larga historia, pelirroja —contesto en tono cansado—. ¿Hablamos después? Esta noche quiero disfrutar con ustedes y con Chris.

—Allie tiene razón —dijo Ginger en el borde de la ventana.

—Hola, tú —murmuro sonriendo y acaricio su cabeza rojiza peluda—. ¿Qué haces por aquí?

—Comer, bailar, y cuidarte un poco —contesta y me señala con una de sus patas—. Que sepas una cosa. La persona que te hizo eso, se queda sin pelo esta noche.

—Ginger —la regaño en el tono más amenazador que puedo.

—A mí no me hable en ese tono, señorita. Esto no estuvo bien. —Señala la tela rasgada—. Te juro por mi hermano, que me las paga. Puede que no hoy, pero pienso cobrármela.

—Ginger, entre el cielo y la tierra nada está oculto. ¿Sabes lo que es el castigo divino? —pregunto en tono dulce.

—Ugh. Cuando te pones en plan filósofa, eres imposible de entender —protesta, cruzando sus patas en el pecho.

—¿Lo sabes o no? —vuelvo a preguntar.

—¡Claro que lo sé! Mi hermano es la prueba de ello —recalca exasperada y levanta sus patas hacia arriba en señal de histeria.

—Entonces es suficiente. No hagas nada. —Le miro y sonrío.

—Hazle caso por esta vez —interviene Lilith.

«No te preocupes, Ginger. Yo personalmente me encargo de cobrarle lo ocurrido», pienso por dentro.

—Vamos. Tenemos que asistir a una fiesta —añade Lilith—. Hay cierto público que pide a su cantante —dice emocionada. Suspiro y me cuadro de hombros.

—Con vestido roto o no, voy a disfrutar de la fiesta —digo más segura de mis palabras.

—Y que le duela a quién le duela —opina Alice y chocamos los cinco.

—Bien dicho—habla Brenda—. Pero... —Se quita los zapatos—, estos sobran por un tiempo.

Todas nos miramos entre sí y hacemos lo mismo que nuestra loca asiática. ¡Dios, qué gusto!

—¿Qué están haciendo? —pregunta Tommy, alarmado al vernos con el calzado en la mano.

—Lindas, pero cómodas —responde Lilith, sonriendo.

—Nuestras chicas están más locas de lo que pensé —dice Cameron abrazando a Talia por la espalda y le besa la mejilla.

—Si no tienen esa característica, no serían ellas mismas—añade Chris rodeándome con sus fornidos brazos.

El Quinto Elemento (Elements II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora