Capítulo 42 «Atravesar la puerta»

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Ha pasado casi un mes desde último ataque y aún no tenemos nada. Esto me está poniendo muy ansiosa. Siento como si estuviera perdiendo el tiempo, y para colmo tengo el cumpleaños de Chris encima. Ya va a cumplir 18 y Austin aún no localiza ni a los unicornios o una magia semejante a una lágrima de ellos. Por más que cambie los pedidos en la cafetería, mis dolores de cabeza siguen latentes y muchas veces no llego al final del día ya que me debilito con facilidad. Es frustrante y agotador.

—¿Te sientes bien?

—No —responde Ginger bostezando y estirando sus patas hacia arriba—. Lo que sea que te esté pasando a ti, nos está afectando a Tony y a mí.

Me preocupan los Varázs. Ya no salen de la habitación como antes y duermen casi todo el tiempo.

—Lo siento mucho.

—Tranquila, Allie. Seguramente es la sobrecarga de trabajo —comenta Tony casi en susurros.

—McKenzie, encontré el lugar que me pediste. Voy a ir en la tarde después del colegio. ¿Te apuntas? —Asiento hacia Javier—. No tienes buena cara. ¿Está todo bien?

—Últimamente estoy un poco más cansada de lo normal. En estos días deben llegar los exámenes de sangre hecho por el profesor Isaac —contesto y sonrío para quitarle hierro al asunto.

—Paso a buscarte a las cinco de la parte. —Javier me mira unos segundos y se retira de la habitación.

—¿A dónde vas? —pregunta Tony.

—Necesito buscar el regalo para el cumpleaños de Chris. Al parecer León encontró el lugar para hacer el pedido.

—¿Quieres que vayamos contigo? —pregunta Ginger, dando vueltas en una parte de la cama como si acomodara el lugar para dormir.

—Voy a estar bien. Ustedes necesitan... descansar —no había dicho la última palabra y ambos ya cerraron sus ojos.

Acaricio la cabeza y el lomo de mis Varázs hasta que escucho su lenta respiración denotando que ya están profundamente dormidos. Doy un largo suspiro ya que estoy tan cansada como ellos y la cama me incita a descansar, pero no dejo que eso detenga mis planes.

Dejo que el agua me quite un poco de cansancio y un rato después me encuentro mejor. Lo bueno de ser un usuario vida es que puedo utilizar la magia de agua para regenerar mis fuerzas, pero esto no durará mucho. El cansancio es demasiado.

A las 4:30 de la tarde estoy lista para salir con Javier. Ginger y Tony siguen dormitando. Este último ahora con las patas hacia arriba. La puerta se abre cuando estoy colocándome las botas y entra Chris con Pumba y Meeko.

—¿A dónde vas? —Sonrío cuando mi chico besa mi frente.

—Necesito salir con Javier. —Frunce el ceño—. No puedes ir. Voy en busca de tu regalo de cumpleaños.

Sus labios se amplían en una sonrisa como si fuera un niño de cinco años cuando le das un dulce. Los hoyuelos que tanto me gustan surgen en sus mejillas. Por el rabillo del ojo veo como Meeko se sube a mi cama y se acomoda alrededor de Ginger.

—¿Cómo siguen?

—Cada día que pasa se sienten más cansados. Extraño las peleas de Tony y las ironías de Ginger. Estoy preocupada por ellos. ¿El resto de los Varázs están bien? —Él asiente y Pumba toca mi rodilla con la cabeza. Me agacho y acaricio su cabeza—. ¿Crees que puedas quedarte con ellos hasta que yo regrese?

Pumba asiente a mi pregunta y al mirar a Chris, este hace un sonido de afirmación. Al levantarme, mi vista se nubla y mis piernas flaquearon. Unos brazos me rodean y mi cuerpo choca contra un fuerte pecho. El olor que proviene de mi novio hace que recupere un poco la lucidez. La debilidad en mi cuerpo comienza a desaparecer y mi visión se aclara unos segundos después.

El Quinto Elemento (Elements II)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora