Capítulo 7

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El pelinegro negó rápidamente con la cabeza ante la pregunta del castaño. Había una razón muy poderosa por la cual él había prometido alejarse de él, y Choi Minho no podía enterarse... al menos no aun.

— Entonces... ¿qué ocurre, Taemin? — se acercó cuidadosamente a él, y con las manos un poco temblorosas por la emoción de tenerlo tan cerca, lo agarró con delicadeza de los hombros.

— Simplemente — susurró y carraspeó, ya que su voz se entrecortó — no puedo hacerlo... — estaba a punto de abandonar la habitación, pero el más alto se lo impidió.

— ¿No puedes qué? — preguntó rápidamente — No te entiendo — dijo en voz baja al percatarse cómo el chico se había encogido cuando le hizo la pregunta.

— P-por favor... — los ojos de Taemin comenzaron a cristalizarse — es... es complicado.

A Choi Minho le dio una enorme punzada en el corazón al ver la expresión de dolor del pelinegro — Taemin, puedes confiar en mi — retiró su mano izquierda del brazo del chico y le dio una sutil caricia en la mejilla, ocasionando que el menor cerrara los ojos automáticamente.

— ¡Niños! — exclamó la abuela Lee y ambos dieron un respingo al mismo tiempo — ¿todo está bien? Ya se tardaron mucho en bajar a cenar.

Minho soltó a su vecino — ¡Enseguida vamos, abuela Lee! ¡Todo está en orden! — exclamó cerca del marco de la puerta.

— De acuerdo. Pero no vuelvan a tardarse, porque si no la comida no les sabrá igual de buena.

— ¡Sí, no se preocupe!

El pelinegro limpió rápidamente el rastro de lágrimas con la manga de su suéter. El castaño se giró a verlo y se sintió como un tonto, ya que había hecho llorar al chico del cual está enamorado. Pero a pesar de ello, ahora más que nunca necesitaba saber la razón exacta por la cual el chico no quería estar cerca de él y reaccionaba de esa manera.

Al menos... Choi Minho estaba consciente de que Lee Taemin no lo odiaba.

— Bajemos — el más alto trató de agarrarle la mano, pero el chico retrocedió de manera automática.

— Y-ya dije que no quiero cenar.

— Tienes que hacerlo, no quiero que perjudiques tu salud. Además, la cena que ha preparado tu abuela huele exquisita. A ella le pondría muy triste que tú no cenaras... y a mí también.

— ¿P-por qué te pondría eso triste? — preguntó con timidez.

— Porque por mi culpa tú no quieres bajar a cenar — hizo un puchero y Lee Taemin sintió sus mejillas arder poco a poco.

— Ya te dije. N-no tengo apetito — en ese instante, el estómago del chico gruñó escandalosamente. Se abrazó a sí mismo para tratar de cubrirlo. Dicha acción se le hizo muy tierna al castaño.

— Tú dices que no, pero tu estómago te dice que sí — sonrió enternecido y el pelinegro se sonrojó levemente al verlo sonreír — ahora vamos — giró con delicadeza el cuerpo del chico y lo empujó suavemente para que comenzara a caminar.

— Y-yo puedo solo. Gracias — susurró y el castaño simplemente asintió.

Ambos bajaron lentamente los escalones y se encaminaron hacia el comedor. En eso, el teléfono comenzó a sonar. La abuela Lee se incorporó de su asiento y se dirigió a la sala para poder contestar. Mientras tanto, Siwon observó a ambos chicos con una sonrisa perversa. Le haría varias preguntas a su hermano menor después de la cena.

— Hola Taemin — saludó Siwon. El pelinegro sonrió tímidamente e hizo una pequeña reverencia.

— ¿Cuál es tu lugar? — le preguntó Minho y Taemin señaló el asiento que estaba al lado de su abuela. El castaño asintió, dejó un espacio y se sentó frente al asiento de la abuela Lee.

Eres hermoso [2Min] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora