Varias personas se quedaron estáticas al presenciar lo que estaba ocurriendo en el pasillo: El señor Kim estaba siendo sujetado por Changmin, Jonghyun y Minho, mientras estos le repetían constantemente que se tranquilizara. Siwon y Junmyeon llegaron corriendo hacia ellos al escuchar el comentario de unos enfermeros con respecto a lo que estaba sucediendo en ese instante.
— ¡Les juro que voy a matar a esos malditos! — gritó el padre de Jongin mientras forcejeaba, en búsqueda de liberarse de los muchachos. Dos guardias del hospital se acercaron a él y le solicitaron de manera cordial que se tranquilizara, ya que de lo contrario no le iban a permitir tener acceso al hospital central. Siwon intervino y les aseguró a los custodios que tratarían de calmarlo para no seguir generando escándalo.
El señor Kim se rindió y finalmente los chicos lo soltaron lentamente.
— Señor... ¿podría ponernos en contexto?... ¿por qué quiere hacer eso? — habló Changmin con cautela mientras le mostraba las palmas de la mano en señal de que se tranquilizara.
— Ya no sé qué es peor — habló entre-dientes. Se llevó su mano izquierda a su rostro y lo cubrió. Se sentía demasiado avergonzado — no sé si es peor lo que le hicieron a mi hijo... o que mi propio hijo me haya mentido.
— Señor...
— No me hagan hablar, por favor — gruñó — no quiero ni pronunciarlo.
— Señor Kim, vayamos a tomar aire fresco. Lo necesita — dijo Siwon y lo tomó del brazo izquierdo, mientras que Changmin lo tomó del otro brazo — verá que le hará bien — el padre de Jongin se quedó callado y solo se limitó a asentir. Se encaminaron hacia la salida del hospital. Mientras que los hermanos Kim y Choi Minho intercambiaron miradas.
— Creo que lo mejor es que alguno de nosotros hable con Jongin de manera directa para saber qué fue lo que alteró tanto a su padre — habló Jonghyun una vez que los tres hombres se perdieron de su campo de visión.
— Ve tú, Min. Tú eres el más indicado para hablar con él — dijo Junmyeon.
— No sé si yo sea el más indicado. ¿Qué hay de ti, Jonghyun?
— Olvídalo, amigo. No tengo el suficiente tacto para hacerlo.
— Nosotros nos quedaremos aquí por si llega Minseok — dijo el pelinegro.
El castaño cerró los ojos por un breve instante. Asintió en respuesta y levantó la planta que había traído Changmin, la cual estaba en el suelo. Tanto Jonghyun como Junmyeon alzaron los puños en señal de fuerza para animar a su amigo, y Minho imitó dicha acción.
Se encaminó hacia la habitación en la que se encontraba Jongin. Suspiró y abrió cuidadosamente la puerta. Al entrar, se asomó lentamente y pudo divisar que el chico estaba acostado en la cama mientras lloraba en silencio.
— Ya estoy aquí... amigo — al pronunciar dichas palabras, su amigo giró su mirada de manera lenta para poder verlo, y sonrió débilmente.
Cinco horas después, Choi Minho se encontraba en el asiento de copiloto dentro del vehículo de su padre. Se sentía demasiado aturdido por la información que le fue brindada por su amigo, y sobre todo, porque el ambiente del hospital le estaba comenzando a deprimir.
— ¿Hay algo que se te antoje cenar, hijo? — preguntó el señor Choi sin perder la concentración al conducir su auto — puede ser lo que tú quieras, no hay restricciones esta vez.
— La verdad... no tengo mucho apetito.
— Tienes que comer aunque sea una pequeña porción. Sé que no tienes ánimos por lo que le hicieron a tu amigo... pero es indispensable que lo hagas. Si comienzas a decaerte ¿cómo planeas darle fuerzas a él? — el chico se quedó callado — Te tiene que ver bien, en buen estado. Si en verdad te importa y en verdad quieres que él tenga una pronta recuperación, entonces da tu mayor esfuerzo para mantenerte fuerte... ¿de acuerdo? — y de nueva cuenta, el señor Choi no obtuvo respuesta alguna de su hijo — y de una vez te lo advierto: no se te ocurra hacer alguna tontería.
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Eres hermoso [2Min] ©
Фанфик"¿Qué tanto estarías dispuesto a hacer para sanar las cicatrices de una persona? Esta es la historia de Choi Minho, un chico muy alegre, sociable y amante del basquetbol que siempre está dispuesto a ayudar y animar a sus seres queridos cuando más lo...