Capítulo 15

129 20 4
                                    


— Espera... — hizo un ademán con su mano derecha, indicándole que se detuviera — creo que no escuché bien lo que acabas de decirme.

— ¿Q-qué entendiste?

— Que me acabas de pedir que le diga a mi amigo que se aleje de ti — soltó una risa forzada.

— Estás en lo correcto — secó con brusquedad una lágrima que resbaló de su mejilla izquierda. El rubio adoptó un semblante serio e inspeccionó cuidadosamente de manera silenciosa la expresión facial de Lee Taemin.

— ¿Es eso lo que quieres?... — el pelinegro se mordió el labio inferior con nerviosismo y desvió la mirada. Jonghyun suspiró pesadamente y se aventuró a hacerle otra pregunta — ¿Es porque tú quieres o porque tu madre te lo ordenó?

— Y-yo... — tragó saliva de forma ruidosa y se llevó su mano izquierda hasta su garganta para proceder a acariciarla, tratando inútilmente que ese gran nudo en su garganta desapareciera.

— Lo siento mucho, Taemin. Pero no lo pienso hacer — el mencionado entreabrió los labios, pero no salió ninguna palabra de su boca — ¿Sabes por qué? — Taemin negó con la cabeza lentamente — porque eso a mí no me corresponde... — guardó silencio por un momento para respirar en búsqueda de tranquilizarse, ya que comenzaba a sentirse molesto con el vecino de Minho. Ni el sonido de los grillos pudo aligerar un poco esa atmósfera llena de tensión — eso solo te corresponde a ti. Minho es mi mejor amigo... Es más... Es como un hermano para mí. Un hermano más al que debo proteger sin importar el riesgo que conlleve — habló con un tono elevado y comenzó a rezar internamente que su amigo no lo escuchase. Cerró los ojos por un breve instante, en búsqueda de tranquilizarse — tú eres alguien muy importante para él... Pero al parecer eres muy despistado para notarlo. Incluso cuando prácticamente él no se ha tomado la molestia en disimularlo — los ojos de Taemin volvieron a cristalizarse ante cada palabra del rubio, las cuales eran como pequeñas dagas que se iban incrustando dentro de su ya adhilorido corazón — Lee Taemin... Si hay en ti aunque sea una mínima pizca de responsabilidad afectiva... Se tú el que le brinde ese mensaje de manera personal. No me lo pidas a mí, y mucho menos se lo pidas a su hermano mayor, ya que nosotros... No soportaríamos decirle tales palabras.

El pelinegro comenzó a sollozar y volvió a cubrir su rostro. Jonghyun colocó su mano encima del hombro del muchacho y comenzó a darle pequeñas palmadas en búsqueda de reconfortarlo aunque sea un poco.

— Creo que... — hipeó y retrocedió un par de pasos — tienes razón. Tienes razón en todo lo que dices.

— Taemin... ¿Por qué quieres hacer eso? — el mencionado se hizo a un lado.

— D-dile que lo espero mañana en el parque a las cinco — dijo con voz temblrosa y corrió hasta su casa.

— Pero... — suspiró Jonghyun y apretó los puños. Se dio la vuelta y entró de nueva cuenta a la casa de los Choi. Se dirigió hacia la sala y observó a su mejor amigo dormir por un par de segundos.

— Lo siento mucho amigo. Supongo que... Me equivoqué.

Observó los vasos y platos sucios que se encontraban encima de la mesita, y fue llevándoselos por orden hasta la cocina. Después, se dispuso a lavarlos en lo que esperaba a Siwon y a Junmyeon para poder relatarles lo que acababa de pasar.

En ese mismo lapso de tiempo, los chicos habían llegado a la casa de Kim Minseok.

— ... Gracias por haberme traído a casa — dijo Minseok mientras hacía una pequeña reverencia.

— Siempre tan correcto — habló Siwon y soltó una pequeña risa. El chico de ojos felinos sonrió.

— Estoy acostumbrado — se encogió de hombros — además, así no pierdo la costumbre de hacerlo ante mis mayores en señal de respeto.

— ¿Me estás diciendo anciano? — preguntó Siwon mientras alzaba una ceja. Junmyeon tuvo que cubrir su boca para reprimir sus enormes ganas de reír.

— Eh... Creo que mejor me apresuro a entrar — sonrió nervioso y bajó del auto. Ambos chicos esperaron a que el castaño entrara a su casa.

— ¿Piensas quedarte ahí?

— ¿Eh?

— ¿Piensas quedarte ahí?... ¿No quieres pasarte al asiento de adelante?

El chico de lentes quitó lentamente sus manos de su boca — ¿Tengo un buen motivo para hacerlo?

Siwon apretó el volante con ambas manos — hay mejor vista... Así podrás apreciar este hermoso cielo nocturno en su totalidad.

Kim Junmyeon suspiró resignado — de acuerdo — sin salirse del auto, se movió hasta llegar al asiento del copiloto. El mayor sonrió ladinamente y arrancó el auto.

— Jun... — el mencionado no apartó su vista de la ventana, ya que se encontraba de lo más entretenido observando las casas y los locales — hay algo que ha estado carcomiéndome la mente en estos días.

— ¿Por qué me dices eso?

Siwon suspiró — porque te tengo confianza. Así que... ¿Puedo contártelo? — Junmyeon asintió — gracias — apartó por un momento su vista de enfrente para mirar al chico y brindarle una sonrisa cálida, expresión que Junmyeon no pudo ser capaz de ver — Lo que pasa es que... Yuri quiere verme.

— Oh... — lo observó de reojo por un par de segundos y aclaró su garganta — pues... Reúnete con ella.

— Lo que pasa es que... No quiero estar solo con ella — admitió — Jun... ¿Podrías acompañarme?

El menor abrió abruptamente los ojos, ya que no se esperaba una propuesta como esa. Y comenzó a preguntarse internamente por qué lo había escogido a él, ya que pudo habérselo pedido a Minho o a Changmin, quien es su mejor amigo.

— No... No lo sé.

Siwon aprovechó y orilló el auto, estacionándose enfrente de un local que se encontraba cerrado.

— Quiero que me respondas algo con sinceridad — apagó el auto y se giró para quedar frente a él — por favor... Mírame a los ojos.

— ¿Es necesario hacerlo?

— Sí. Para asegurarme de que eres sincero conmigo, como yo lo soy contigo.

El chico de lentes chasqueó la lengua y se giró lentamente. Al posar sus ojos sobre el rostro de Siwon, el cual era iluminado por la luz de los faroles, una sonrisa escapó de sus labios — d-dime.

— ¿Te he hecho algo malo?

— ¿Huh? — se acomodó los lentes — no. ¿Por?

— Porque cuando te pregunté si estabas bien después de las estúpidas palabras de Changmin... — hizo una mueca — Como que me evadiste.

— Oh... — agachó la mirada —  lo siento.

— No te preocupes — hizo un ademán con la mano, dándole a entender que ya no tenía importancia — pero eso si: No me gusta que me ignores... — se inclinó hacia adelante — me hace sentir mal — habló con un tono más bajo.

— No debería de afectarte... — lo imitó — No es como si tú y yo fueramos en extremo cercanos.

— Quizás tengas razón... — volvió a hacer una mueca — pero me gustaría que lo fuéramos — se apartó y sonrió ladinamente — será el próximo jueves. Te daré tiempo para pensarlo.

Y volvió a encender el auto.

Eres hermoso [2Min] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora