Capítulo 18

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Taemin correspondió de manera torpe el abrazo segundos después, ya que su vecino lo había tomado por sorpresa. Inhaló profundamente y el aroma frutal amaderado se coló dentro de sus fosas nasales. Por un breve instante, recargó su cabeza en el hombro de Minho y se sintió seguro, dejando atrás sus preocupaciones y malos pensamientos.

— Lamento llegar tarde, Taemin — susurró el castaño, lo cual ocasionó que el pelinegro volviera a la realidad — este día no ha sido para nada sencillo — se separó de él y lo miró directamente a los ojos.

Al ver su expresión adolorida, pensó que no era el momento apropiado para decirle que se alejara de él. Así que se prometió a sí mismo que se lo diría cuando su vecino se encuentre mejor.

— ¿Q-qué pasó? — se atrevió a decir, aunque al instante se sintió culpable de hacer dicha pregunta.

— ¿Recuerdas a mi amigo Jongin? ¿el chico que te detuvo pensando que eras un ladrón? — el pelinegro asintió una vez — hoy llegó malherido a mi casa. Lo llevamos al hospital... y a medio camino él perdió el conocimiento. Es por ello que llegué tarde a nuestro encuentro — habló rápidamente — y me tendrás que disculpar por esto, Taemin — el chico lo miró con una expresión de confusión — ¿Podemos posponer nuestro encuentro? Por un momento pensé en no cancelarlo... pero no me sentiría del todo bien divirtiéndome a tu lado mientras mi amigo está en el hospital.

— Tranquilo — respondió con seriedad. Tomó aire y prosiguió: — además, no hubiéramos durado mucho tiempo hablando.

— ¿Por qué lo dices?

— No tiene caso hablar de eso hoy. Ve a ver a tu amigo. Te necesita.

— ¡Gracias por comprender, Tae! — volvió a abrazarlo — oh... lo lamento — se disculpó al ver su reacción de desconcierto.

— N-no hay problema — desvió su vista para que el joven no notara que se había sonrojado ante ese contacto.

— Taemin...

— ¿Q-qué pasa?

— ¿Me podrías pasar tu número de teléfono? Así será más sencillo estar en contacto para ponernos de acuerdo en cuando será nuestro siguiente encuentro.

— Lo siento, no tengo celular — confesó — y mucho menos tengo redes sociales — aclaró antes de que el castaño le hiciera esa pregunta.

— Oh... — mostró uno de sus hoyuelos al sonreír débilmente — es una pena. Bueno... subamos al auto de mi hermano. Te llevaremos a tu casa.

— N-no es necesario que lo hagan — le mostró las palmas de sus manos y las sacudió un poco para declinar la propuesta.

— ¡Claro que lo es! Esperaste por mí durante diez minutos a pesar de que pudiste haberte marchado. Así que... es lo menos que puedo hacer.

El pelinegro asintió con timidez y siguió a su vecino hasta el vehículo de Choi Siwon. Al llegar, Minho le abrió la puerta del asiento de atrás y Siwon saludó a Taemin haciendo un gesto con su mano, cuando el chico ingresó al auto. El castaño se abrochó el cinturón de seguridad y su hermano arrancó.

— ¿Qué tal está tu abuela? — se aventuró a preguntar Siwon para romper el silencio que reinaba dentro del vehículo.

— Bien. Gracias.

— Me alegra mucho. Espero darme una vuelta durante la semana, ya que necesito de manera urgente un consejo suyo.

Minho alzó una ceja pero no quiso hacer preguntas. Cinco minutos después, se estacionaron afuera del domicilio de Taemin.

Eres hermoso [2Min] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora