El corazón de Choi Minho se sentía demasiado agitado. Era una sensación indescriptible en la cual el miedo y el alivio se enlazaban. Él se encontraba sentado en la banca del parque mientras movía su pie izquierdo rítmicamente como si estuviese sobre el pedal de una batería para poder marcar bien el tempo.
Observó su teléfono y resopló con mucha frustración. En ese instante recibió un texto de parte de Jonghyun, su mejor amigo:
"¿Cómo va todo? ¿Ya llegó Taemin?"
Con las manos un poco temblorosas, le respondió:
"Para mi desgracia aún no. Quizá no tuvo modo de escaparse"
Bloqueó su celular y sacó de su bolsillo una pequeña cajita color azul marino. La contempló con sumo cuidado, para después, proceder a darle un casto beso.
— Después de todo... quizá no es momento de dártelo.
Se incorporó de su asiento y comenzó a avanzar a paso lento con el propósito de dirigirse a su domicilio. Solo pudo dar unos cinco pasos, ya que alguien lo había detenido del brazo.
— Sí viniste... — dijo el castaño en voz baja debido a la impresión. Una oleada de alivio invadió todo su cuerpo al tener al pelinegro a su lado.
— Minho. Necesito a-ayuda — habló Taemin y le tembló un poco la voz.
— ¿Qué ocurre? ¿te hizo daño tu madre de nuevo? — lo tomó con suma delicadeza de ambos brazos.
— E-es otra c-cosa — se apresuró a decir — un gatito.
— ¿Un gatito? — frunció el entrecejo.
— A-ahí — señaló hacia la zona de patinaje del parque, en la cual se encontraban varios árboles — está atrapado ahí arriba y...y me siento muy torpe para escalar.
— Vamos — le tomó la mano con firmeza y ambos se apresuraron a llegar hacia el lugar que le había señalado Lee Taemin.
El castaño apreció a un hermoso gatito atigrado con colores gris y negro, el cual se encontraba aferrándose con mucho temor a la rama del árbol. El felino tenía a lo mucho 3 meses de nacido.
— Hola pequeñito — saludó tiernamente — tranquilo, Tae me ha guiado hasta ti para poder rescatarte — y el gato maulló débilmente en respuesta, como si le hubiese entendido — permíteme ayudarte — el pelinegro estaba demasiado nervioso, a tal grado que sus manos comenzaron a temblarle — Tae. ¿Crees que puedas impulsarte? Yo te sostendré y te ayudaré en ello.
Taemin mordió su labio con nerviosismo — y-yo n-no creo ser b-bueno en eso.
— ¡Claro que lo eres! — Lo miró directamente a los ojos — Confío en ti — le dio un suave apretón en su mano derecha — ¿Qué dices? ¿Aceptas?
— Y... ¿y si le pasa algo por mi culpa? — sus ojos comenzaban a cristalizarse. Soltó un pequeño sollozo y Minho lo tomó con delicadeza de los hombros.
— Tranquilo — guardó silencio un par de segundos, tratando de buscar cuidadosamente qué tipo de palabras iba a utilizar para convencerlo — No pasará nada malo. Eres muy valiente, Tae. Y ese gatito nos necesita ¿de acuerdo?
El pelinegro asintió varias veces con su cabeza a pesar de que el temor era mucho más grande. Minho se posicionó cerca del árbol. Se agachó lo suficiente y extendió ambas palmas de sus manos. Lee Taemin se alejó unos cuantos pasos para poder encarrerarse.
— ¡Ya! — gritó el castaño. Su vecino corrió y se impulsó con ayuda de las manos de Minho. Abrazó el árbol y poco a poco fue escalando hasta llegar a la rama en la cual se encontraba el felino.
— H-hola — saludó tímidamente y el gato lo observó con mirada suplicante — tranquilo, no te voy a hacer daño — estiró su brazo derecho, el cual no le paraba de temblar, y atrapó al pequeño gato, el cual al sentir el firme agarre del pelinegro, se soltó de sus cuatro patitas de la rama.
— Ya puedes soltarte, Tae. Yo te agarraré.
— Espera — dijo con voz temblorosa. Como pudo, se colocó la gorra de su sudadera gris y ahí hizo que el felino entrara y se resguardara. Con ambas manos desocupadas, fue dejándose caer lentamente. Al sentir el firme agarre de las manos de Choi Minho alrededor de su cintura, no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran.
Se dio la vuelta con lentitud y Minho no había quitado sus manos de la cintura de él.
— Te dije que podías hacerlo — susurró cerca de sus labios.
Y fue en ese preciso instante en que ambos no pudieron reprimir más sus sentimientos.
Choi Minho besó a Lee Taemin.
Y Lee Taemin correspondió el beso de Choi Minho.
Las manos del más alto sujetaron con mayor firmeza la cintura de su vecino. Mientras que el menor acarició torpemente la mejilla del coreano.
Al sentir el toque de ambos labios, los muchachos sintieron por dentro una enorme emoción, como si dentro de ellos estallaran cientos de fuegos artificiales.
Abrieron los ojos lentamente y se separaron al escuchar el débil maullido del pequeño felino atigrado.
— Lo siento, Tae — sonrió Minho sintiéndose apenado — no debí besarte sin tu consentimiento.
— No te disculpes — se apresuró a decir — yo... yo también quería que pasara — admitió y cubrió su rostro — ahora me siento mucho más culpable.
— ¿Por qué lo dices?
—.... ¿En verdad quieres saber la razón?
— Por supuesto que sí — admitió — Recuerda que quedaron ciertas cosas por resolver... — hizo una breve pausa — sobre todo... tienes que aclararme lo de Taesun... ¿recuerdas?
— Si... lo recuerdo — desvió la mirada — solo que... eso me hace tener más miedo.
El castaño frunció ligeramente el entrecejo, pero decidió que lo mejor era cambiar el tema para poder disipar esa atmósfera tan incómoda — primero busquemos comida, arena y una caja para nuestro pequeño amiguito.
— Entonces... ¿dejaremos esa plática para después?
— No exactamente — una idea cruzó por su mente como si se tratase de un rayo — ya sé a quién le voy a hablar — chasqueó su dedo y sacó su Smartphone del bolsillo. Marcó el número de su hermano y este de inmediato le contestó:
— ¿Bueno?
— ¡Siwon! ¿Sigues en casa?
— Claro. He decidido que no saldré hoy ¿por qué lo preguntas?
— Necesito que me hagas un pequeño favor.
— Claro. ¿De qué trata?
— Necesito que compres algunas cosas para un gatito. Taemin lo rescató.
— ¿Dónde?
— En el parque.
— Yo encantado de ayudarlos.
— Gracias, hermano — terminó la llamada y los chicos se encaminaron hacia una de las bancas. Tomaron asiento y esperaron silenciosamente la llegada de Choi Siwon.
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Eres hermoso [2Min] ©
Fanfiction"¿Qué tanto estarías dispuesto a hacer para sanar las cicatrices de una persona? Esta es la historia de Choi Minho, un chico muy alegre, sociable y amante del basquetbol que siempre está dispuesto a ayudar y animar a sus seres queridos cuando más lo...