Capítulo 13

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El pelinegro se quedó totalmente congelado ante tal escena. Sintió su boca secarse y un montón de flashbacks invadieron su mente. Todos y cada uno de ellos relacionados con su querida abuela. Quería moverse y correr hasta su domicilio, pero su cuerpo no le respondía. Era como si sus pies estuvieran completamente pegados en el concreto.

Sintió un fuerte apretón en su mano y fue así como pudo reaccionar una parte de él. Se giró a ver al castaño cuando este lo sujetó de los hombros y observó como este movía los labios... pero el menor no era capaz de comprender lo que su vecino trataba de expresarle por medio de sus propias palabras.

—...quédate aquí. Iré a averiguar qué es lo que sucede — completó Choi Minho con cierta dificultad — no es bueno que nos precipitemos a pensar cosas que no... ¿de acuerdo? — Taemin no respondió y él mismo se quería abofetear porque sentía que sus palabras en lugar de ayudar a reconfortarlo, ocasionaban que se sintiera peor.

Soltó los hombros del menor, se dio la vuelta y apretó fuertemente los puños para armarse de valor. Antes de dar un paso hacia adelante, sintió como dos delicadas manos lo apretaban con mucha fuerza en su brazo derecho. Se giró y observó a Taemin, quien estaba con la mirada agachada.

—S-si a mi abuela le pasó algo... es mi culpa.

— No, no Taemin — dijo rápidamente el chico de ojos grandes — ya te dije que no es bueno que nos precipitemos... aguarda aquí ¿de acuerdo?

El menor negó con su cabeza de manera frenética — n-no puedo. T-tengo que ir.

— De acuerdo — suspiró resignado y entrelazó su mano con la de él, dándole un fuerte apretón. Con cada paso que daban en la calle, ambos muchachos sentían una gran sensación de miedo. Choi Minho comenzó a sentirse un poco mareado, ya que jamás se esperó que en un día tan bueno fuese a presenciar un suceso catastrófico.

Llegaron hasta la multitud de gente reunida que se encontraba murmurando muchísimas cosas, cosas que los dos varones no podían prestar atención con total claridad ya que su mayor preocupación era saber si le había sucedido algo malo a la abuela Lee.

Se abrieron paso entre la gente y ambos soltaron un jadeo de sorpresa al ver a una chica que era atendida por los paramédicos.

— Maldito sea el que se dio a la fuga — escucharon decir a una señora.

— Pobre criatura, ojalá resista — comentó un señor.

Taemin no pudo contenerse más y comenzó a llorar. Una parte de él se sentía aliviado de que a su abuela no le pasó nada grave, pero otra parte de él se seguía sintiendo mal por la chica que había sido atropellada minutos atrás.

El castaño abrazó fuertemente al menor y le cubrió el rostro para que no siguiera viendo esa triste escena. Se volvieron a abrir paso entre el tumulto de gente y se encaminaron lentamente hacia la casa de Taemin. Minho tosió un poco y tocó la puerta.

— Trata de calmarte, Tae — y de nuevo sentía la necesidad de abofetearse a sí mismo por expresar tan torpes palabras en un momento tan tenso — tu abuela está bien - susurró.

— N-no d-debí salir nunca — sollozó y secó sus lágrimas con la manga de su chamarra. La puerta se abrió y la abuela Lee abrazó inmediatamente a su querido nieto.

— Pensó que a usted le había ocurrido algo malo, abuela Lee — explicó Minho antes de que la mayor le preguntara qué fue lo que le ocurrió a su familiar.

— Pasen — respondió con voz temblorosa. Minho ayudó a Taemin para que entrara a la casa. Cerraron la puerta y la mujera mayor suspiró pesadamente — se escuchó horrible ese estruendo. Y ese infeliz huyó y dejó a esa pobre chica en el suelo — le tembló la voz — De tan solo pensar en lo angustiados que se sentirán sus padres... — hizo una larga pausa en la cual se seguían escuchando los sollozos del menor - me rompe el corazón.

— Pobre chica — dijo el castaño — ¿Hace cuanto tiempo ocurrieron los hechos?

— Tiene menos de media hora. Gracias a Dios los paramédicos llegaron rápido.

— Esperemos que sea fuerte y no se rinda en luchar por su vida — Se encaminaron hacia el comedor y el pelinegro seguía llorando, pero su llanto era silencioso.

Minho tomó asiento y Taemin se quedó quieto durante varios segundos, como si estuviese meditando si era correcto sentarse a su lado o no. Al final, optó por sentarse lejos de su vecino.

— Iré a preparar un té para calmar nuestros nervios.

— ¿Quiere que le ayude en algo, abuela Lee? — preguntó el de ojos grandes y se incorporó rápidamente de su asiento.

— No es necesario, Minho. Prefiero que le sigas haciendo compañía a mi nieto — sonrió cálidamente — en un momento regreso.

La mujer mayor se encaminó hacia la cocina. En ese momento el celular del castaño comenzó a sonar. Sacó el smartphone de su bolsillo y observó en la pantalla el nombre de Junmyeon. Presionó el botón de enmedio y contestó:

— ¿Bueno?

— Minho ¿volverás al local? seguimos esperándote.

El chico le dio un vistazo rápido al pelinegro, quien ahora tenía el rostro cubierto con sus propias manos — creo que no, Jun. Estoy con Taemin. Afuera de nuestro domicilio atropellaron a una chica — explicó — por un momento pensamos que algo le había ocurrido su abuela... — susurró — él se siente nervioso y no quiero dejarlo solo.

Escuchó varios jadeos del otro lado de la línea, cosa que indicaba claramente que Kim Junmyeon tenía el celular en altavoz. No pudo comprender lo que sus amigos estaban diciendo, ya que estaban hablando todos al mismo tiempo.

— Voy para allá inmediatamente — habló Siwon.

— Corrección: Todos vamos para allá — dijo Kibum, al cual se le escuchaba alterado — llegaremos dentro de unos minutos — y se cortó la llamada antes de que Choi Minho pudiese refutar algo. Se encaminó hacia el pelinegro, quien se encontraba sentado al otro extremo, y tomó asiento a su lado.

— Dicen los chicos que vienen dentro de un rato.

— Por... ¿por qué? — esa pregunta fue casi inaudible.

— Porque ellos, al igual que yo, se preocupan por ti — dijo con rapidez y el menor levantó el rostro. Sus ojos se veían rojos e hinchados. Para Choi Minho, Lee Taemin no dejaba de verse hermoso.

— No deberían.

El mayor frunció el entrecejo — ¿Por qué lo dices?

— Nos conocemos hace 3 horas.

— ¿Y eso qué tiene que ver? — sonrió enternecido — esas 3 horas fueron suficientes para que ellos se encariñaran contigo. Eres una persona mágica, y ese tipo de personas son únicas y no siempre se tiene el privilegio de conocer a alguien así — con cada palabra, el corazón de Taemin se sentía adholorido — y en mi caso... al verte por primera vez... bastó solo un segundo para darme cuenta lo tan especial que eres para mí.

— N-no sigas - le tembló la voz — y-ya no me digas esas cosas.

— ¿Por qué?

— Me duele. Me duele mucho.

La abuela Lee tenía listos los tés, pero no quería intervenir en la plática de los dos chicos. Negó con la cabeza en señal de preocupación y comenzó a rezar internamente para que su nieto volviera a ser un chico alegre sin culpas.

Se escuchó la puerta abrirse y ambos chicos se incorporaron rápidamente de sus asientos. Se escuchó el fuerte cerrón y el sonido de unos tacones.

La madre de Taemin hizo acto de presencia en el comedor y lo primero que hizo al ver a su hijo, fue abofetearlo.

Eres hermoso [2Min] ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora