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Un día tranquilo en la plaza no podía faltar en los chicos.

Comieron helado, pero, uno para ambos. Pues Shoto olvidó el dinero y Katsuki no tenía suficiente. Si, en cuanto se dieron cuenta de ello Katsuki no para de llamarlo imbécil, de nuevo.

Ahora mismo estaban en un cajero sacando el dinero que Natsuo les había depositado, obviamente era el dinero de su padre.

Shoto era muy perezoso hasta para ello, siendo Katsuki el que estaba haciendo todo. Mientras el mayor estaba abrazándolo por la espalda.

–¡Hasta ese maricon de mierda es más afectuoso que tú!–. Grito un hombre.

–¡A ellos no lo metas cabron!. ¡Es entre tu y yo!–. Respondio.

–¿De quien hablan?–. Katsuki estaba por dar vuelta su rostro para ver a los susodichos, pero Shoto no se lo permitió, besando su rostro.

–Nadie, solo continúa–. Sonrió.

Katsuki solo lo miro confundido, alzando sus hombros continuó el proceso.

El bicolor miro de reojo como el hombre los señalaba con asco, mientras la mujer hacia lo posible por que dejara de haberlo.

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Cuando terminaron de hacerlo, vieron como aquella mujer se quitaba su anillo y lo lanzaba al hombre con odio.

–¿Qué pasó?–. Pregunto Katsuki.

–Y dices que la chismosa es Mina–. Dijo Shoto tomando una servilleta para limpiar los restos de comida en los labios de Katsuki–. Pero bueno, lo que pasa, y si no entendí mal, la mujer no era muy afectiva con el hombre, y eso a él le molestaba. Decía sentir que ella no lo amaba como decía.

Katsuki solo lo miro, sin decir palabra alguna desvió su mirada a otro lado, jugueteando con sus manos, las cuales estaban en sus piernas.

Shoto comprendió el porque su reacción, levantándose de su lugar para ponerse al lado del rubio.

Tomando su rostro entre sus manos, le dijo;

–Entiendo que no seas muy afectuoso, pero yo sé que haces tú mayor intento, y lo aprecio como no tienes idea– apretó las mejillas del más bajo–Y, conmigo nunca te va a faltar amor. Y si te falta, lo hacemos…–. Sonrió.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora