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Esa era una de las tantas noches que ambos dormían juntos sin necesidad de colarse a la habitación del otro a mitad de la noche.

Katsuki estaba terminando de bañarse, y, por muy estúpido olvidó su pijama, y no pensaba gritarle a Shoto que fuera por ella a su habitación, preferiría estar desnudo a ponerse una del mayor.

Pero, estar desnudo no era una opción, Shoto era....muy salvaje.

Resignado asomó su cabeza por la puerta, viendo a Shoto acomodando algunos libros en su pequeña gran repisa.

–Ey.

Shoto volteo en su dirección, viéndolo con confusión, esperando que hablara.

–Préstame una de tus pijamas–. Dijo sintiendo su rostro caliente.

–Uh...bien–. dejo el resto de los libros en la cama, para pasar a un mueble al lado.

Katsuki estaba esperando pacientemente la ropa, permitiéndose ver un poco mejor a Shoto.

Dándose cuenta que...su físico no era tan parecido. Shoto no tenía una pequeña cintura como la suya, así que no sabía si sentirse orgulloso de eso o no.

Pero...lo demás era...cielos.

Ahora entendía porque Ashido decía "que bien come el perro", para después Denki tener la duda de cuál de los dos era el perro, pues ambos tenían cuerpo tallado por los mismos angeles, decía Eijiro.

–Toma, pero, no sé si te quedaría. Fue la más chica que encontré...

Katsuki tomó la ropa para después cerrar la puerta nuevamente.

Shoto solo suspiro y regresó a acomodar los libros.

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–Tiene que ser una puta broma. ¡¿Tan enano soy?!.

–...No...un poquito, si–. Dijo sin voltear a verlo.

Katsuki bufó viéndose al espejo de cuerpo completo que Shoto tenía, viendo cómo le quedaba la pijama.

El pantalón fue algo grande para el, llegando a resbalar hacia abajo. La camisa le llegaba a mitad de los muslos... ¿Tan chico estaba?.

¡Solo se pasaban por unos pocos centímetros, mierda!.

–Ey–. Dió media vuelta colocando sus manos en su cintura, viendo a Shoto.

–Dime–. Contesto aún sin voltear a verlo.

–¡Mírame baboso!.

Shoto dejo nuevamente los libros para voltear a verlo.

Katsuki se acercaba a su lado aún con sus manos en su cintura.

Verlo vestir su ropa, más aparte que le quedará grande... mierda.

–No te acerques mucho que te beso, príncipe.

Katsuki se detuvo, para después reír y seguir acercándose.

–¿Y si lo hago qué?–. Dijo sonriendo, llevando sus manos al pecho del más alto.

–Katsuki...

–Shoto...

–Espero que no te arrepientas después.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora