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–Tranquilo, el viejo volverá hasta el lunes, Natsuo fue con el, Fuyumi está con su esposo y Touya...de el no se–. Contestó abrazandolo.

–No, no me preocupa por ellos. Lo que me preocupa es que pareces perro en celo, no entiendo porque acepte–. Bufó.

–¿Por qué...me amas?–. Sonrió.

Katsuki no contesto, solo se permitió disfrutar la calidez que Shoto le proporcionaba.

Recostando su cabeza en su hombro, mirando el claro atardecer en el cielo. Era muy hermoso.

–No existe nada más bello que tu silueta bañada por el sol en un atardecer–. Susurró.

Antes que Katsuki pudiera contestar, fue interrumpido.

–¡Suéltame!.

No, te lo dije. No hay que preocuparse, en casa no hay nadie.

–¡No es eso a lo que me refiero!. ¿Quieres hacerlo aquí, ¡En la sala!?.

–¿Y que tiene?. La vez pasada lo hicimos en el auto.

–¡Cállate!.

Bien... Esa conversación era dentro de la casa.

Shoto se levantó para ir a revisar. Katsuki por curiosidad fue tras suyo.

Al llegar a la sala, lo primero que vieron fue a Touya sobre una persona, impidiendole irse de ahí, pues sus manos mantenía juntas sobre su cabeza.

–¿Touya?–. Pregunto Shoto.

El pelirrojo volteo asustado al frente, mirando al bicolor, quien le veía... queriendo reír.

–¿Shoto?.

El azabache bajo Touya volteo su rostro igualmente.

Katsuki solo los veía, estando detrás de Shoto.

–Maldita sea...–. susurraron ambos.

–¿Que dijiste?–. Preguntaron los hermanos confundidos.

𝗣 𝗜 𝗥 𝗢 𝗣 𝗢 𝗦▕  Tᴏᴅᴏʙᴀᴋᴜ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora