¡Me ha descubierto!
Cuando terminó nuestro examen, a la salida Jaiz se encontraba muy contenta, al parecer estaba bastante segura de haber terminado con el máximo, yo no me encontraba totalmente convencida, ya que me había equivocado en dos incisos pero en el fondo estaba tranquila, sabía que había hecho un buen examen, solo con dos errores pero por lo demás todo bien. Leiza había cambiado su rostro se veía como siempre segura de sí misma y de haber aprobado con cien puntos, ¡bien!, no se le puede quitar el mérito de qué es inteligente, yo todavía tenía la duda de por qué lloraba hace un rato, solo Jaiz lo sabía pero realmente no era el momento de preguntar y menos ya al salir del aula, luego de varias horas de examen. En otra ocasión estaba segura que sabría el motivo. Ya caminaba hacia casa y ¡Dios!, tenía que ir al parque a ver a mi amor platónico y ya no inigualable sino insoportable, pero así de insoportable era hermoso, era único en su especie de imbéciles. Y como no tenía nada más que pensar, si iba a ir al parque a verlo o no, me dirigí rápidamente para casa a alistarme e ir allá lo más rápido posible a ver que estupidez soltaba está vez.
Llegué a casa como toda una loca alborotada, con mucha impaciencia, la hora de la cita ya había pasado por diez minutos.
—¡Este imbécil no se dio cuenta que hoy lunes tenía escuela! —exclamé.
—Bueno Dash es obvio que se dio cuenta, tampoco lo que nunca se imaginó era que tenías prueba, por la tarde y que se iba a atrasar tanto. Igual relájate, de todas formas vas a una cita a la cual no deberías ir, de contra en un parque muy común porque ni a una cafetería te invitó ¡muy descortés el chico! y para más de contra estás hecha un lío por un imbécil que te hizo daño, Dashita amor él debe esperar por ti —dijo mi gemela preciosa imaginaria.
—Que alegría Dashita ya volviste, realmente necesitaba de ti, necesitaba tú sinceridad y tus consejos, gracias por aparecer de nuevo —le dije bien bajito en mi mente.
Dios estaba muy loca, pero hablar conmigo misma me hacía muy bien. Y creo que los mejores consejos nadie me los daba mejor que yo.
—¿Dash que pasa? —me dijo mi mamá al ver mi habla autodirigida.
—Emmm nada mami, que podría pasar — esbozé una amplia sonrisa de que todo iba bien y no estaba loca como seguramente debía estar pensando.
—¿Y eso que estás tan contenta hoy, saliste bien en el examen? —me preguntó inocentemente.
Joder mi mamá no sabía ni la mitad de las cosas por las que estaba pasando, y menos las inseguridades, frustraciones y emociones por las que pasé en esas semanas.
—Si mami estoy muy emocionada, no creo haber sacado el máximo pero de qué salí bien, salí bien. Y te dejo estoy muy apurada luego hablamos de cómo fue todo ¿está bien? —salí de prisa hacia mi habitación sin antes escuchar su respuesta.
Al entrar, lanzé la mochila sobre la cama y me fui directo al baño, me salpique un poco de agua en la cara, luego me volví a mojar mis manos y me las pasé por los flequillos y pelitos que sobresalían en mi cabeza, logrando aplastarlos no del todo, pero un poco si, y me hice una coleta, solo faltaba algo muy importante, echarme mi rica y habitual colonia. No había tiempo para elegir un outfit, así que decidí ir con el "outfit más ridículo de la historia", sí, mi uniforme.
Dash dos tenía razón no debía apurarme tanto al final él era quien debía esperar por mi, pero algo en mi hacía que me apurara, que fuese de prisa, aunque esos pelitos que sobresalían volviesen a salir y llegase echa un desastre. De hecho así mismo sucedió llegué hecha un desastre y al hacerlo él estaba ahí, con su cara preciosa, era un verdadero príncipe esperando a una princesa desarmada, que a decir verdad si esto realmente fuese una historia de princesas, príncipes y todas esas cosillas, yo fuera literalmente el dragón, era un desastre en todo sentido, y en serio Owen notó y mucho mi aspecto y cara sofocada.
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Otra cicatriz ©
RomanceMuchos intentaron leerla, pero quizás pocos la lograron entender.