Rey solitario ||RivaMika

♛La reina♛

—Bertholdt, informales a nuestra reina cuando lo veas conveniente.

—de acuerdo, tenga buena tarde, señor Reiner —Dice el pelinegro —. Señorita Hangi, llévesela.

Hangi me lleva del brazo.

—¡Suélteme! —me movía desesperadamente. Hangi, ignorando todos mis movimientos, toca la puerta y la abren. Sale conmigo y caminamos por unos pasillos y me lleva a un habitación.

—¡Suéltame vieja bruja!

La mujer abre la puerta y me empuja dentro. Cierra la puerta con candados.

—¡Hey! ¡Abre la puerta! —Me acerqué corriendo a la puerta de madera y la golpeaba.

Fui a la ventana pero tenía barrotes de metal. Gritaba a qué me liberara pero me ignoro. Me fui a la puerta nuevamente y la golpee pero nada. Retrocedí y respiraba agitadamente.

Vi unas dos mesitas que tenían jarrones. Me acerque a esas mesitas y las di vuelta del enojo.

—¡Maldición! —Tiré la otra mesa al suelo con todo. Me senté en el suelo para pensar mejor. Nada, no podía pensar en nada, no conocía este lugar, y ese tipo dijo que esto era el infierno, no lo dirá en serio ¿O si?.

Estaba mirando a la nada. Todo estaba oscuro y hacía frío. Estaba con mis rodillas apegadas a mí pecho mientras frotaba mis manos manos para calmarme. Estaba asustada, todo de fue a la mierda. Estoy en un lugar extraño y quizás los días estén contados para mí. Pensar en mí muerte me daba escalofríos.

Hasta que la puerta se escucha nuevamente abrir y era Hangi.
Retrocedí asustada mientras ella sonreía en burla. Ella pateó un objeto que era de la mesa y se acercó a mí. Tomo mis mejillas con una mano y las apretó.

—¿Qué haces pequeña salvaje? —dice con la ceja fruncida—. Grabarte bien esta cara... Mí nombre es Hangi, puedo ser el paraíso y puedo ser el mismo infierno —me vuelve a empujar a un lado—. Si nos desobedeces, te mataremos sin problemas. No seas un dolor de cabeza —dicho eso se va de la habitación.

Empecé a llorar desconsoladamente. Recordé las historias de mí papá cuando yo estaba con el. Sobre todo la historia de ese árbol de olivo.

[....]

—desde ese día, ese olivo fue símbolo de abundancia, sabiduría, justicia e inmortalidad.

—wow —Digo sonriendo mientras acariciaba una hoja de aquel árbol.

—fue el primero en brotar en estas tierras estériles. A pesar de muchas tormentas sus raíces siguieron creciendo. Cómo quiero a este olivo —ríe—. Tanto como quiero a mí hija. Todo lo que veas aquí, te pertenecerá hija. Te convertirás en la princesa de nuestra isla.

Papá me abraza mientras observábamos la isla.

—como un árbol de olivo, sin miedo, enfrentarás sin vacilar cualquier tempestad.

[....]

—papá... mamá, ayúdenme —dije recostada en la cama, por fin quedándome dormida. Deseando que esto solo sea una pesadilla.
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—¡Déjame! —Dije mientras Hangi me llevaba por una habitación extraña. Estaba todo húmedo y habían chicas que estaban envueltas en unos trapos. Las chicas miraron con rareza, habían pequeñas habitaciones abiertas y ahí se veían mujeres que se echaban agua encima.

—laven bien a esta salvaje, se presentará dónde la reina madre.

Me empuja y unas chicas me toman. Tiene una obsesión por empujarme.