♕Fin a la tormenta♕

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Que ilusa fui...

Pensé que si podía hacer algo...

Pero no.

Solo me queda observar todo, todo se desvanecía ante mis ojos. Mí corazón se comprimía, mis ojos presenciaban el más grande horror. Sentía miles de golpes fuertes en mí pecho, es como si alguien estuviera ahorcándome, me quita la respiración. 

Aunque trataba de liberarme, fue inútil, el guardia era más fuerte que yo.

Solo me quedaba ver la cara sonriente y de placer de Kuchel. Me miraba fijamente y luego se daba viento con su abanico. Era como si no escuchaba nada de lo que decían, eran solo voces lejanas.

Y no olvidar a Kiyomi, ella, a diferencia de Kuchel, estaba sería y sin tener un contacto visual conmigo, es como si no existiera para esa mujer. 

Y lo que más dolía...

Es no ver al rey en ningún lado.

¿Por qué ya no me ayuda? El lo prometió y volví a caer como una mosca a su red. Jugaron conmigo y ahora que están finalizando, se ríen. El simplemente desapareció. 

De seguro debe estar en su maldito aposento riendo de mí estupidez por caer de nuevo en sus farsas. Siento una mezcla de emociones tan potentes que siento que voy a colapsar. 

Era irritante ver a esas 2 víboras disfrutando de todo. Ver mí sufrimiento... Todo. Me siento tan débil y tonta. Ellas son tan grandes y yo tan pequeña.

[....]

—me da gusto verte sana hija mía... No sabes cuánto te extrañan Petra y tu madre. Estarán muy felices cuando sepan que estás muy bien

[....]

Claro, ellas saben que estoy bien pero... El reencuentro no fue lo que esperaba. Podría haber sido colorido, reunirse en familia de vuelta a esa paz y alegría. 

"Prometiste salvarlos, mikasa"

Estaba llorando e implorando que pararan. No quería ver mas. 

No quiero ver...

No quiero ver cómo matan a mis padres en frente de mis ojos.

—pa-paren por favor... —dije llorando ya sin fuerzas para tratar de liberarme del soldado. —¡e-ellos no hi-hicieron nada!

—sshh... Silencio niña —dice Kiyomi con el ceño fruncido. —no te metas, solo disfruta, bueno, si es que puedes hacerlo. —Kuchel ríe. 

"Que alguien... Me ayude..."

Vi como agarraban del pelo a mí mamá y la levantaban para luego enterrar un cuchillo en el corazón.

—¡Mamá! —grite pero el soldado tapó mí boca. Seguía dando gritos ahogados y mí papá también lloró por mamá quien ya estaba muerta en el suelo.

—di tus últimas palabras, hombre —anuncia Kuchel divertida.

Hicimos contacto visual. El suspira dejando de llorar, como ya aceptando su destino final. 

El, esbozando una sonrisa y con una calma que me aterró, dice:

—Mikasa, este es mi ultimo deseo —el verdugo pone la espada en su cuello—. Cuida a petra... te va a necesitar mucho. Protégela por mi, las amo.

Hacen lo mismo que hicieron con mamá. Cae al suelo muerto con una gran charco de sangre a su alrededor.

El soldado me suelta y yo corro hacia el cadáver de mis padres abrazándolos al instante.

Rey solitario ||RivaMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora