Rey solitario ||RivaMika

♕Desconfianza♕

  Todo mí cuerpo estaba en tensión, temblaba levemente y lo miraba a sus ojos. No podía hablar, estaba totalmente paralizada.

—¿Señor? —dice ese hombre rubio al lado del rey.

—¿Qué pasa?

—está quieto, ¿Se encuentran bien?

—si. —desvía su mirada y tose—. Necesito hablar con Hangi.

La nombrada asiente y se acerca a Levi. Veo como el susurra unas palabras en el odio de la mujer y esta sonríe levemente.

—bien, majestad. —hace una pequeña reverencia. Levi dirige su mirada a mí nuevamente y se acerca lentamente.

"No... No por favor"

Retrocedí un poco pero el ya estaba muy cerca de mí.

—necesito hablar contigo. Ahora.

Nanaba me fulminaba con la mirada. Estaba con los brazos cruzados y movía sus dedos de las manos rápidamente.

Yo no hablé nada, solo asentí y seguí a Levi. Fuimos afuera del harén.

—debes tener muchas dudas supongo.

—claro que si, ¿No que eras Kevin? Me mentiste, dijiste que igual querías escapar... —fruncí el ceño. —y ahora sales con que eres el rey.

El cierra sus ojos y suspira. Aunque el haya mentido, aún sigue siendo ese chico amable, o eso quiero pensar.

—¿Aún quieres escapar? —pregunta alejándose de mí un poco.

—¿Qué hay con esa pregunta? Ya deberías saber la respuesta. No estoy feliz con estar aquí, es obvio que quiero irme.

—ah, sabes... Dicen que aquí es imposible escapar.

—no lo creo —solté mientras fruncía mí ceño.

—no me mires así, con esa cara de perro rabioso. Aunque ya tengas un plan... Sabes que no podrás escapar. Y te doy una advertencia, mocosa.

"¡Alto! ¿Por qué es tan frío ahora...?"

—si intentas escapar con alguien, tu y esa persona morirán, no tengo problema con ejecutarlas ¿Oíste bien? —sus ojos se encontraban oscuros, daban miedo. No era cuando lo conocí, el era más amable y comprensivo ¡Iba a ayudarme!, ¿Pero ahora? Está amenazándome con matarme si intento escapar.

—si, oí muy bien... —hice una reverencia.

—ahora vuelve al harén, concubina. —dicho eso, se va. Atrás de Levi iba ese hombre rubio junto a otras personas.

"¿Que rayos le pasa?"

Mí pecho se comprimía y tenía un nudo en mí garganta, quería llorar. Inhale hondo y luego exhale.

"No puedo llorar ahora. Suponía que no era un sujeto digno de confiar... Solo me deje llevar por las emociones".

Entré al harén y lo primero que encontré fue a Nanaba mirándome con el ceño fruncido.

"Maldición, ahora tengo que enfrentar a esa loca"

Me acerque a Nanaba y me crucé de brazos mientras la miraba fijamente.

—¿Por qué me miras?

—¿Acaso no puedo mirarte? —respondí ya harta de su actitud. —basta Nanaba, ¿Por qué me miras con esa cara? ¿Acaso estás molesta porque estaba con ese rey?

Ella voltea a ver a otro lado. Parecía una niña con una rabieta. Suspiré y me agaché a su altura, ya que estaba sentada.

—oye... No deberías sentir celos, el y yo no somos nada, incluso me amenazó de muerte. —hablé con calma.