Rey solitario ||RivaMika

♔Corazón de Mikasa♔

No puede ser... ¡no puede ser!

—reina, ¿se encuentra bien? 

—¡cállate! esa maldita... ¡¿como puede salirse con la suya?! —apretaba los puños y mordía sus labios. —mierda.

Petra era la única que se encontraba en los aposentos de La reina, y verla así de iracunda la preocupó. Se pone al frente de ella con decisión y hace una leve inclinación con su cabeza para poder hablar.

—reina, me preocupa esto, ¿Qué sucedió? 

Kuchel cierra los ojos y suspira para luego mirar a la muchacha con ganas de matarla también. Esa miradita inocente le recordaba tanto a esa mocosa cuando llegó al palacio y cuanto le cargaba eso.

—vete de una buena vez —responde cortante ante la petición de la chica. 

—¿Mikasa está con vida? —insiste. Petra ya sospechaba un poco, pero quería confirmarlo. 

—...

—está viva —vuelve a repetir poniéndose nerviosa y enojada por el fallo de Kuchel.

—¡sí, está viva! —de un golpe se levanta —sal de aquí si no quieres perder la cabeza. No tengo ánimos de hablar con idiotas.

La chica niega y apunta con el dedo a la reina.

—¡no es mi culpa que usted haya fallado! —una extraña adrenalina invadió el cuerpo de Petra que la obligó a elevar la voz ante la mujer. —usted puede matar a quien sea pero, ¡¿no puedo matar a una simple chica?! que vergüenza para ser usted alguien taan poderosa.—frunce el ceño y se acerca a Kuchel desafiante. Eso fue suficiente para que Kuchel levantara la mano y golpeara en la mejilla tan fuerte a petra que la boto en el suelo. Por dentro la mujer estaba sorprendida por ese cambio repentino de Petra.

—¿Quién te crees que eres? —pregunta mientras mira a Petra en el suelo. —hablándole así a una reina. Reconoce tu lugar y no solo porque eres mi protegida te daré ese derecho de gritarme así. 

La chica no s atrevía a mirarla. 

—mírame cuando te hablo.

La chica levanta su mirada, encontrándose con los afilados ojos enojados de Kuchel.

—cualquiera puede fallar, pero ahora sé que tenemos a una pequeña rata entre nosotros y fue a avisar a mi hijo. Por un momento pensé que tú serias una traidora, ya que te noté algo afectada por tu hermana, pero veo que no. —dice tan serena que confunde a la peli roja. —ahora solo actuemos con cautela, pero no te pediré ayuda a ti mocosa inútil, ya tengo a alguien mucho mejor para descubrir a nuestro traidor. 

—¿Quién es...?

Kuchel solo la mira con una sonrisa pequeña pero macabra que hace que los pelos se le ericen a la chica.

—¡señora! —Nanaba entra rápidamente a los aposentos. —vi al rey junto a mikasa rumbo a la enfermería. 

—tsk, lo sé. —Kuchel se aparta y se sienta nuevamente. Petra se levanta sacudiendo su vestido mientras la duda aun carcomía su mente. —salgan de aquí, quiero estar en paz. 

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Mi cabeza duele mil infiernos y mis ojos están pesados. Todo se escucha tan a la lejanía... Todo me duele. Traté de abrir mis ojos lentamente pero no podía. 

[....]

Sentí su palma en mi espalda que subía y bajaba. Su calor era reconfortante en ese lugar tan lúgubre. Solo nuestras respiraciones de escuchaban y mis leves jadeos de dolor.