Rey solitario ||RivaMika

♔Pelear a pesar de los problemas♔

—esto no se quedará así —dije en voz alta caminando al lado de Erwin.

—¿Le dirás a Levi sobre lo sucedido?

—obvio que si —lo mire a los ojos—. Pero nadie más que tu me vieron... No sé si el rey me creerá.

—mmh, Reiner se cree que tiene la confianza del rey pero está muy equivocado. Tranquila, yo sé que te creerá. Además, contigo el no seria tan severo. —sonríe pícaramente.

—gracias... —respondí en duda.
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—¿El rey no está? —dije sorprendida—. ¿Dónde fue? Necesito decirle algo importante.

—disculpe señorita, pero el rey volverá más tarde. —dice un guardia.

—tch, bien —relajé mis músculos. Me despedí de Erwin y le agradecí otra vez por haberme salvado de ese idiota. Hablando de el, no se dónde está ¿Habrá escapado? No, no creo que sea tan cobarde como para escapar.

"Aunque sería gracioso verlo asustado como una rata"

Hice una pequeña sonrisa. Mientras iba caminando sentí un bullicio cerca de la sala del trono, me acerqué lentamente y ahí vi a unas chicas.

—¿Qué está pasando? —me acerqué a una de ellas.

—van a ejecutar a un hombre... Casi mata a nuestra reina Kuchel.

—ahh... —entré a la sala del trono y ahí había más gente rodeando al hombre que estaba atado y machucado por los golpes y tenía todo el cuerpo con cortes muy profundos.

"Podía haber matado a Kuchel, así un problema menos"

Sentí pena por el hombre, no me he vuelto una chica sin corazón, aún me pongo a pensar en la agonía que deben sentir o el miedo. Esa mirada vacía que me trae recuerdos horribles.

"No pienses eso"

Negué varias veces y me di un paseo por el lugar, y ahí vi a esa persona que tanto extrañaba.

Sasha.

Corrí a ella rápidamente y le di un fuerte abrazo.

—¡Mikasa! —me mira con una pequeña sonrisa y corresponde a mí abrazo—. Me habías asustado...

—por fin llegaste... No sabes cuánto te extrañé —seguí abrazándola como un niño que encuentra a su madre al estar perdido.

—solo fueron pocos días —dice divertida—. Yo igual te extrañé.

La miré y esboce una sonrisa. La solté.

—¿Cómo estuvo tu viaje? —pregunté, ya me daba lo mismo lo que ocurría a mí al rededor.

—Mika, no quiero arruinar la conversa pero... Estamos en medio de una ejecución —su mirada mostraba terror—. Iré a cambiar mí ropa y bañarme.

—bien —me preocupé por como venía. La Sasha que estaba aquí en frente de mí estaba como perturbada, quizás algo paso y después me contará.

—¡Ya mantenlo! Me tiene harta con sus jadeos de dolor —habla irritada Kuchel.

—pero señora... Tenemos que tener el permiso de su hijo —dice una señora que estaba presente.

—¿Te he dado el permiso a qué hablaras, mujer? —mira de manera furibunda. —mi hijo no está, así que yo mando.

La mujer hace una reverencia y retrocede un poco.

—mmh, oye tú —Kuchel le habla al verdugo—. ¿Es cierto que hay un joven que recién entra a esto?