Rey solitario ||RivaMika

♔oscuridad y confesión♔

—tsk, dónde están esas mujeres —se quejaba entre dientes. Había ordenando a unos soldados buscar a Isabel, pero quizás ella se fue con Hangi para evitar esto.

"Mierda"

—Petra, ¿Viste a tu hermana?

Ella niega.

—pero si quiere puedo ir a buscarla. —da una ligera sonrisa. Le fascinaba que con solo abrir la boca pudo hacer todo este desastre. 

—bien, ve y encuéntrala rápido.
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—ppf... Ya se fueron. Salgamos de aquí —dije levantándome con cuidado.

—¿Qué fue todo eso?

—nada que nos importe, ahora solo sigamos con nuestra vida —sonreí—. Te aseguro que encontraras a una chica, solo confía.

Jean me mira con unos ojos decepcionantes.

—bien... —suspira. —espero que nuestra amistad no se arruine.

—claro que no —empecé a caminar con él a mi lado. Hablamos de muchas cosas, bueno, no puse demasiada atención en él. Mi mente estaba preocupada en otras cosas. 

—¡Mikasa! ¡Mikasa! —grita Petra corriendo hasta donde estábamos nosotros y se detiene mientras jadeaba de cansancio.

—¿Qué pasa? —la miré preocupada.

—tienes que ir donde el harén... Está el medio escándalo. El rey va a castigar a Isabel. —decía entre cortado. —y te estaba nombrando. Creo que es algo muy... muy preocupante. 

Tragué saliva.

—¿Pero quién dijo que aquí está Isabel? —camine con ella rápidamente. —no podía saberlo... maldición —murmura.

—¡No lo sé! Estábamos juntos y de pronto estaba Hangi e Isabel entrando al harén y pasó todo esto.

—quizás solo es un mal entendido —decía jean caminando a nuestra velocidad.

"Maldición"

Llegamos al harén y en efecto, ahí estaba Isabel frente a frente con el rey.

—¡Yo tuve que escapar por mi vida! —se defiende la pelirroja. —Hangi y Mikasa no tienen nada que ver conmigo... ¡no es justo que las castigues igual! —da una pequeña pisada fuerte al suelo.

—¿Entonces por qué te tuvieron aquí? —levi apretaba los puños. —ellas ocultaron a una traidora como tú.

—¡Fue la reina Kiyomi la que dijo que me quedara! —Isabel estaba perdiendo la paciencia y las esperanzas de pensar que levi sería mas comprensivo. 

—¡Basta, no quiero oír tu maldita voz! ¡Guardias! ¡Llévense a las celdas a estas dos mujeres!

—no... —pasando por entremedio de la gente, me acerqué rápidamente a ellos. —¡No puedes hacerlo! —me puse en frente de las dos. —ellas no han hecho nada malo. Por favor, no seas injusto. —rogué.

—no te atrevas a desafiarme otra vez, mocosa.

—yo ya no soy una mocosa. Le exijo que no les hagas nada, solo es eso. No le estoy desafiando.

—... Guardias, también llévense a esta concubina. —ordena con voz firme, mientras alzaba la mano como un desprecio. 

—hermana, basta, no hagas más escandalo. —pide Petra acercándose a mi. —por favor... no sigas, no quiero verte en una celda o incluso muerta.

—es injusto, ¡Ellas no hicieron nada! ¡No hicimos nada malo! —ignoré a petra y exigí al ver como los soldados me agarraban de los brazos y a las demás igual. —¡no puedes...!