♕Jardín secreto♕

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Era de noche. Estaba poniéndome una ropa blanca para dormir. Todas hacían lo mismo.

—claro que es ella.

—mira bien, no se ve gran cosa.

—tan pálida y delgada, no creo que tenga opción. Tendría que ocurrir un milagro.

Escuchaba esos murmullos y risitas que daban esas mujeres. Actuaba que las ignoraba mientras me arreglaba. No estaré perdiendo mí paciencia por simples chicas.

—¿Así que fuiste traída para su majestad? Que perdida de tiempo —dice una chica dirigiéndose a mí.

La mire, suspiré y me fui a mí cama para acostarme.

—habiendo tantas mujeres hermosas en el harén, ¿Por qué molestarse en traerla a ella?

Todas me miran sonriendo en burla. Me cubrí hasta mí cuello con la manta.

—yo no pedí venir aquí. Quédense con su maldito rey —dije cerrando los ojos.

—aquí nadie está por voluntad propia. No hay elección. ¿Ya viste a nuestra majestad?

Negué con la cabeza. Nifa toca mí brazo con delicadeza.

—cuando lo conozcas no te aterrorices. Eso lo hará aún más difícil.

—¿Y quién dijo que tengo miedo? —hablé incómoda.

—ay pero esa pobre joven estaba tan asustada... —suspira Nifa mientras miraba a las demás.

—¿Qué joven? —me enderecé y puse toda mí atención en el grupo que estaba frente de mí.

—sshh... Nadie puede escuchar o rodará mí cabeza —Nifa susurra.

—nuestra majestad. Que Dios le otorgue larga vida. Es enorme como un elefante, y además es un anciano asqueroso, parece un ogro —menciona Nifa.

—dicen que tiene como cien años —una chica habla. Me quedé toda confusa.

—no, no, tiene más años —Nifa mira a la chica—. Dicen que usa la brujería para escapar de la muerte y se alimenta de los corazones de las jovencitas cada noche... Sobre todo, las jovencitas como tú.

Sentí risas detrás de mí giré mí rostro para verlas y dejan de reír para estar serías. Mire a Nifa nuevamente.

—¿Y si me escapo? —digo con el ceño fruncido.

—es imposible. Solo una lo hizo, cerró sus ojos y nunca lo miró. Se quedó arrodillada y no movió ni un músculo. Congelada, con el corazón apretado, su majestad —se acerca a mí y me huele—, la olfateó bien y después sin mas se fue. Dios tenga piedad de nosotros... —dice mirando el techo.

—amén —dicen todas en un coro. Escuchaba pequeñas risas de fondo.

—mmh —me recosté en la cama. Todas reían.

Ahora sí que tenía más miedo que antes. Escuché que yo iba a ser el regalo de ese monstruo, la próxima en ir con el sería yo.

—pobrecita, no durará nada aquí.

Escuché a Nifa nuevamente. Mis ojos se llenaron de lágrimas, no quería morir en manos de una criatura aterradora, no quería que mí corta vida se acabara aquí.

—oye niña ¿Cuántos años tienes? —Nifa se acerca a mí nuevamente.

—dieciséis —susurré.

—oh, que mal. No sé por qué te vieron la gran cosa. La reina está ciega —se aparta—. Bueno, te deseo suerte para que no tengas una muerte tan cruel —ríe.

Rey solitario ||RivaMikaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora