➳Infiel [Antoine Griezmann]

26.

Para poder despejarme decidí buscar un vestido para la fiesta de ex-alumnos. Al entrar a la tienda un montón de cabezas se giraron a mirarme.

—Buenas tardes –dije tranquila. Nadie respondió, no me sorprendía, pareciera que nadie era amable en estos tiempos.

Empecé a mirar todos los vestidos y sus precios. No podía excederme, así que este vestido tenía que ser perfecto y a la vez barato.

—Tal vez estoy pidiendo demasiado –me respondí.

—Hola linda –dijo una chica pelinegra con una sonrisa brillante, ella era realmente muy bonita.

—Hola, estoy en busca de un vestido para una fiesta –respondí tímida.

—Claro que si, dime qué tipo de fiesta –dijo sonriendo.

—Es una fiesta de ex-alumnos, pero no quiero un vestido demasiado extravagante, quiero que sea simple.

—Ok, tengo justo lo que necesitas, ven conmigo –respondió mientras tiraba de mi brazo.

Me llevó a rastras hasta una sección que no había visto, lleno de vestidos de todos los tamaños y colores. Era realmente muy bonito este lugar.

—Este es el vestido que necesitas –dijo mostrándome un vestido demasiado escotado.

—N-no me refería a este tipo de vestido, tal vez algo más largo.

—Oye, no seas modesta, eres muy bonita y lo vas a lucir muy bien, ve a probarlo –sonrió mientras me daba el vestido.

Lo tomé, tal vez me haría bien escucharla. Cuando entré al vestidor me miré al espejo.
Ya no tenía 20 años y no me sentía bonita.
Me quité la ropa lentamente y me vi en ropa interior, después de mucho tiempo. Estaba muy flaca, no me estaba alimentando bien.
Y mi cara se veía amarilla y ojerosa, tal vez tendría que maquillarme más seguido.
Me probé el vestido, me quedaba ajustado al cuerpo y tenía un gran escote. Me di la vuelta y tenía la espalda descubierta, tal vez era demasiado.

—Cuando estés lista muéstrame –gritó la vendedora.

Salí con mis manos entrelazadas hacia adelante.

—¿Me veo bien? –pregunté tímida.

—¡Estás hermosa! –respondió aplaudiendo mientras daba pequeños saltitos.

Me reí. Wow hacía mucho que no me reía.

—Gracias –respondí sonrojada.

—¿Lo llevas?

—Lo llevo.