15.

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Cuando salí de mi mundo imaginario vi a Benjamin. Su cabello se veía alborotado y sus mejillas estaban rojas.

Mi aspecto debía de ser el peor. Sorprendentemente no había soltado ni una lágrima, tal vez porque aún no había abierto aquella maldita bolsa.

A pesar de ser liviana, ahora se sentía pesada, no porque realmente lo fuera, llevaba otro tipo de peso, peso emocional.

No quería ver, pero mi mente no le hizo caso a mi corazón y en un acto completamente involuntario mis manos empezaron a rasgar el papel, cuidadosamente, como si mi vida dependiera de ello. Tan delicadamente que parecía que transcurría en cámara lenta.

Describir lo que sentí cuando vi lo que había dentro del sobre sería imposible. El corazón se me detuvo por un momento y yo negaba como una loca con la cabeza.

—Dime que no, dime que no es real –Benjamín solo me observaba, mientras me alcanzaba un pañuelo. Si, había empezado a llorar en medio de una plaza llena de gente.

¿De que otra forma querían humillarme?

Sin mediar palabra, me paré del asiento y empecé a caminar rumbo a mi auto. De camino, tiré las fotos a las basura me importaba muy poco si alguien las encontraba.

Y en ese momento me di cuenta que algo dentro mío había cambiado, esta desilusión no me destrozaría, me fortalecería. Él me las pagaría y ni con toda su fortuna podría reparar todo daño que me había provocado.

➳Infiel [Antoine Griezmann]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora