El Desliz de mi Destino (RH) TERMINADA

31 CAPITULO FINAL

Danna P.O.V

Un dolor que subía por mi espina dorsal me hacía sudar, estábamos Samuel y yo dentro de un taxi en camino al hospital le habíamos llamado a Andrew y también estaba en camino al hospital, Samuel aviso a Rodrigo que por suerte se encontraba en la Ciudad de Miami haciendo un comercial y estaba en ese mismo momento saliendo a New York.

El dolor se intensificó tanto que pensé que no podría caminar más, al llegar a urgencias, me facilitaron el acceso en una silla de ruedas, divisé a Andrew en el pasillo y el corrió hasta mi, me acompaño hasta la sala donde esperaríamos al doctor.

Después de que el doctor me revisará comentó que aún faltaba alrededor de 2 o 3 horas para que los bebés nacieran, traté de relajarme por mi propio bien, Andrew y Samuel hablaban cuando una voz en mi cabeza comenzó a resonar: "Cuidado qué ya se acerca tu peor pesadilla" "No dejará que seas feliz".

Narrador P.O.V

Cuando todo el mundo pensaba que jamás volvería Manolo nunca se rendía, quería acabar con la vida de Danna, al principio solo le bastaba tenerla como su propiedad pero ahora que estaba por casarse y por parir a sus hijos, la odiaba de una manera sobrehumana, jamás se sintió culpable por aquella vez que la lastimo tanto y que ocasiono que perdiera a su bebé, ahora tiene un rencor profundo hacia ella porque dejó de amarlo y lo obligó a alejarse de ella, que para él, ella lo era todo aunque no contaba que la lastima profundamente.

Suspiro frustrado mientras observaba todos los recortes y fotografías de Danna que permanecían pegados cubriendo las ventanas del apartamento, hace más de 5 meses que regreso a New York, cambió de identidad y contó con la suerte de que lo dejarán regresar al país, esta vez venía más decidido que nunca.

Se encargó de investigar la ruta de Danna, sabía donde vivía, dónde trabajaba, incluso fue a verla en el trabajo un par de veces sin que ella o él idiota con el que salía se percatase, estaba tan loco por ella que la vigilaba casi todas las horas del día, un día comenzó a notar que el vientre le crecía y le crecía, no pudo con tanta rabia y destrozó los muebles del apartamento.

Lo que tenía en mente era despojar a Danna de sus pequeños para hacerle pagar todo el dolor que le hizo pasar al separarse de él, después de hacerla sufrir quería matarla, observo cuando Danna salió con Samuel y los siguió, los vigilaba a distancia cuando notó que Danna comenzó con su labor de parto, rápidamente se fue con ese hombre que desconocía totalmente, le frustraba ver qué siempre estaba acompañada, los siguió hasta el hospital, al entrar tuvo la astucia para vestirse como un enfermero, Danna jamás lo iba reconocer.

Justo ese día se desató en la ciudad una tormenta que hacía que todo se tornará gris y un poco más oscuro, el escenario perfecto para lo que Manolo traía en mente.

Después de buscar a Danna de manera extenuante, por fin la encontró aferrándose a la mano del que sería su futuro esposo, su respiración era agitada puesto que las contracciones se incrementaban

-Joven pasante por favor sería muy amable de preguntar a la Señorita Saavedra la frecuencia de sus contracciones y checar su ritmo cardíaco, por favor- un doctor menciono y ordenó a Manolo quien se encontraba justo en la entrada de la habitación.

-Claro que sí Doctor- dijo Manolo amablemente sonriendo por debajo de su mascarilla.

Se adentro en la habitación y saludo a los presentes en inglés, ninguno de ellos noto nada extraño en él, le pregunto a Danna sobre sus achaques y se dispuso a ir hacia donde el médico que le había encomendado dicha tarea.

Después de unas horas observo entrar a una figura masculina a la habitación de Danna, era un hombre elegante, con porte y elegancia, saludo a Danna y tomó su mano, hizo contacto visual con el otro hombre que sostenía su mano, a Danna no parecía importarle que dos hombres lucharán por ella con la mirada, ella sentía el dolor del parto que estaba a punto de comenzar, llegaron un par de enfermeras quienes atenderían el parto y se quedaron de pie junto a él mientras conversaban