EPÍLOGO

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Las risas de los pequeños infantes que corren por el jardín resuenan por todo el lugar, en realidad es muy temprano para que los infantes tengan tanta emoción por jugar, pero había justificación: era su cumpleaños número 5, estaban recién bañados, su tía Natalia salió por uno de los portales de la hacienda haciéndolos callar cuando se dió cuenta que los niños estaban totalmente revolcados en lodo.

-¡DANNA VEN A VER A TUS DIABLILLOS!- Gritó Natalia con un tono de voz lleno de frustración, amaba a sus sobrinos pero a veces ellos eran tan traviesos que les recordaba a un par de cabras locas.

-¿Qué pasó aquí?- dijo Danna apareciendo por el mismo portal- ¡Dios mío niños!- ella comenzó a caminar enojada hacia ellos y los pequeños comenzaron a reír- ¿Les parece gracioso esto? - exclamó Danna aún más molesta

-No es eso mamá, es que pareces una pelota con pies- dijo el niño burlándose del embarazo de su madre, estallando en carcajadas junto a su hermana, el rostro de Danna se tiñó rojo y los niños sabían que estaban en problemas, comenzaron a correr como si no hubiera un mañana.

-¡Dianna! ¡Andrew! ¡Vengan aquí mocosos groseros!- exclamó Danna furiosa mientras caminaba tras ellos.

Tras unos minutos de persecución, encontró a los niños refugiándose con su abuelo y con su padre quienes la miraban divertida.

-¡Si! ¡Ya sé que parezco una pelota con pies!- dijo y comenzó a llorar, eran sus hormonas que la hacían sentir tan mal, Danna esperaba un hijo y ¿De quién más iba a hacer?

-No mi amor, te ves preciosa, ven- Rodrigo se levantó y la rodeó con sus brazos- los niños se han portado muy mal y realmente lo lamentan ¿Verdad?- Rodrigo dijo mirando a los dos pequeños

Dianna aún contenía la risa, Danna la miró ofendida y su risa cesó.

-Lo sentimos mami- ambos confesaron- ¿Nos perdonas por favor?

-No tengo opción, es su cumpleaños- dijo riendo- ahora vengan debo bañarlos de nuevo- Danna rodó los ojos.

-Bueno mis niños, obedezcan a mamá y prepárense para su fiesta y la sorpresa que les tengo- Jerónimo Saavedra dijo en tono alegre, realmente el hombre amaba a los niños y ellos a él.

Después de bañar y cambiar a los niños, Danna suspiro sentándose en la cama, recordó que era la misma fecha en la que murió Andrew, el padre de los gemelos, todavía su partida dolía tanto como el primer día, pero estaba feliz de tener a Andrew presente a través de sus hijos, eran casi idénticos a su padre, más aún el pequeño Andrew que llevaba el nombre de el antes mencionado, una lágrima se deslizó por su mejilla.

-¿Mami sigues molesta con nosotros?- dijo la pequeña Dianna

-No mi amor, solo recordé algo.

-A papá ¿Verdad?- dijo Andrew mirando a su madre quién asintió como respuesta- yo también pensé en él hoy, nuestro otro papá nos regaló algo esta mañana- comentó el pequeño Andrew refiriéndose a Rodrigo.

-Si mami, el regalo que nos dió es precioso, Andrew hay que mostrárselo- dijo Dianna y ambos sacaron algo de sus mochilas- mira mami- colocaron en la mano de Danna un precioso collar con un dije de oro el cual se abría en dos y en su interior contenía una foto, era una foto suya junto a Andrew cuando ellos vivían en New York ambos parecían sonrientes y felices, Danna comenzó a llorar más y sus pequeños la envolvieron en sus brazos.

-Listos niños, sus invitados comenzaron a llegar- dijo Rodrigo entrando por la puerta- ¿Mi amor estás bien?- dijo con cierto tono de preocupación

Danna se limpio las lágrimas y le dijo a los niños que se adelantaran a recibir a sus amigos, ellos se fueron corriendo entusiasmados, ella se paró frente a Rodrigo y tomó su rostro entre sus manos.

El Desliz de mi Destino (RH) TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora