Danna Saavedra lleva una vida acogedora en la Ciudad de México trabajando medio tiempo en el restaurant de su Tío el cual parece ser uno de los más prometedores de la ciudad, al mismo tiempo estudia gastronomía para así lograr sus sueños y ser la m...
Después de bailar sin parar alrededor de una hora, le dije a León que fuéramos a sentarnos con nuestros amigos.
Mire de reojo a la mesa donde se encontraba Rodrigo, observé que Salma seguía ahí y hablaba mientras todos la observaban y reían. Yo también reí, amaba lo feliz que era ella en ese momento.
-Danna, necesito pedirte una disculpa - León hablo
-¿Por?- pregunté mientras detonaba confusión en mi rostro
-Por haberte rechazado - rió - tienes todo lo que busco en alguien, ojalá podamos tener una cita formal algún día.
-No te preocupes, lo merecía jajaja, ¿Si fue muy grave tu hemorragia? - pregunté haciendo que olvidará su ofrecimiento.
-No mucho, tuvieron que coser tres puntos y podía ver el hueso de mi pie.- rió
Estaba ruborizada, no sabía que había hecho algo tan extremo, todavía lo recuerdo.
Estábamos en el laboratorio de cocina, yo estaba jugando con David a empujarnos mientras tenía un cuchillo en la mano, iba a guardarlo en su estuche porque nuestra clase había terminado.
David me empujó tan fuerte que caí hacia atrás pero recordé que tenía el cuchillo en la mano y lo avente antes de que pudiese cortarme y lastimosamente mi crush se había quitado sus zapatos de cocina y estaba descalzo para su mala fortuna, más bien de su pie, el cuchillo se clavo entre sus dedos, aún recuerdo a León gritar, tuve que llamar a sus padres y lo llevaron al hospital, León jamás volvió a hablarme, incluso lo invité a una fiesta pero dijo que sería con la última persona con la que saldría y bueno ahora está aquí.
- Discúlpame tu a mí- dije
-No hay problema, al menos no me quedé sin dedos
Ambos reíamos y sabía que Rodrigo estaba mirándonos.
Ya llevaba tiempo dentro de la fiesta y todavía no veía a mis tíos, conociéndolos sabía que estaban tramando algo para sorprendernos.
Las luces se apagaron nuevamente, algunas personas comenzaron a gritar, la pista se iluminó y me emocioné demasiado busqué a David con la mirada y juntos comenzamos a gritar.
La pista se encendió y era idéntica a la de la película Saturday night fever.
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Todo el mundo enloqueció cuando Mis tíos Octavio y Mariana salieron por el escenario principal vestidos como Tony Manero y Stephanie Mangano
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