A pesar de que no tenía muchas ganas, sabía que mi siguiente parada era la sala del consejo para, ahora sí, ir a ver a Miiko. Por más que quisiera darme media vuelta y seguir con mi vida, tenía que aceptar mis responsabilidades de la Guardia, y peor aún, de la guardia Brillante. Había veces en las que me daban ganas de llenar mi renuncia, pero... el perderme de cosas importantes sólo por mi rango no era algo a lo que me gustaría volver.
Toqué la puerta, y como supuse, Miiko estaba ahí. Incluso si la hice esperar mucho tiempo, no parecía precisamente molesta, por lo que supuse que ya le había llegado la noticia de lo que sucedió hoy en Eel. Según mi memoria, no era la primera vez que nacía un bebé dentro de la ciudad, pero no era algo muy usual. Esto se debía a que los del refugio eran usualmente familias ya constituidas, y los reclutas eran personas sin el más mínimo interés en tener una familia o eran demasiado jóvenes. Por lo mismo, no dudaba que los días serían ajetreados para Karenn y Chrome de ahora en adelante.
—Miiko, lo siento mucho.— me disculpé una vez que entré. —Creo que ya te enteraste de lo de Chrome y Karenn, ¿no?— asintió con una sonrisa.
—Un nacimiento siempre es una buena noticia, y más en estos tiempos.— su comentario se me hizo extraño, pero decidí no insistir. —¿Y bien? ¿Cómo te fue en Reessia?—
Comencé a platicarle sobre mi aventura de poco más de medio año en esa horrible ciudad. Cuando llegué, mis padres apenas se habían enterado de la noticia respecto a mi relación, por lo que estaban intentando hacer todo para animarme. Realmente no había hecho nada de provecho por más de una semana, porque, aparte de querer consolarme, mi madre me había prácticamente obligado a ayudarle con su papeleo, pues se había convertido en la alcaldesa de Reessia, siendo ahora la persona con el mayor rango de la ciudad.
La chica que estaba bajo la tutela de mi madre, Aisha, hizo lo posible por hacerse mi amiga. Aisha era una chica bastante agradable, pero sus ganas de fiesta después de trabajar eran tan enormes que me costaba seguirle el ritmo. Ahí fue cuando me di cuenta de que, en efecto, había envejecido. En mi época universitaria podía soportar hasta una semana de tomar alcohol sin sentirme que moriría, y ahora me daban ganas de dormir después de comer...
Para mi desgracia, uno que otro chico intentó acercarse a mí, entre ellos, el hijo de uno de los emisarios con los que mi madre había estado intentando firmar una alianza. Tuve que aplicar la carta de tengo novio para que me dejara en paz, cosa que me molestaba bastante, pero eso no era realmente relevante. Tras unos días de ocio, mi madre por fin me había acercado a la persona que se convertiría en mi instructor: Roderich.
Roderich era un joven unos cuatro o cinco años mayor que yo. Había nacido en la Tierra, pero a los 7 años había migrado hacia Eldarya. A diferencia de mí, sus padres lo habían entrenado desde pequeño en el uso de sus poderes, y él podía controlar la tierra. Su poder era tanto que podía ser capaz de crear un volcán, pero como había hecho un voto de paz, no peleaba para nada y era una pacifista de primera, dedicándose si acaso a entrenar a espers que podían controlar algún elemento como yo.
Mi entrenamiento había comenzado por fin, pero de la peor manera que podía imaginarme: me quitaron mis poderes. Utilizando un brazalete, el tal Roderich selló mis poderes sin darme mayor explicación, cosa que me enfureció. Estaba segura de que mi madre quería tenerme ahí de prisionera, por lo que mi primera reacción fue querer irme de ahí sin importarme si ahora no tenía ni una pizca de poderes.
Poco después, me había enterado de que el entrenamiento consistía en algo bastante simple. El brazalete estaba hecho con mis poderes, por lo que, al poder romperlo, significaría que había alcanzado un nivel mayor al que tenía antes. Durante más de medio año, me había dedicado a ejercicios de concentración, peleas cuerpo a cuerpo y demasiadas cosas más, tanto que comenzaba a extrañar los entrenamientos demoníacos del vampiro que ahora parecían un paseo por el parque.
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Re;Start [Eldarya] (Re;Birth #3)
Fanfiction「¿Por qué llegamos hasta este punto?」 ◊Han pasado 4 años desde el Sacrificio Rojo. Eldarya parece estar tranquilo por fin, hasta que ciertos acontecimientos alarman a la Guardia de Eel. Humanos en Eldarya, conflictos de corazón y el descubrimiento d...