Capítulo XVII: Yaqut.

247 31 3
                                    

Tras ese breve intercambio, seguimos con nuestro camino. Según Nevra, estábamos a nada de llegar a Yaqut, y por lo nervioso que se veía, le creí. Entrelacé mi mano con la suya brevemente, ya que sabía que por nuestra posición no podíamos pasarnos abrazados todo el trayecto, pero quería hacerle saber que estaba de su lado. Apretó mi mano, y yo lo acaricié con mi pulgar.

Esta misión implicaba dos peligros en potencia: humanos y/o vampiros. Independientemente de si sólo era uno de ellos o los dos, sabía que tendríamos problemas. Por lo mismo, debajo de mi ropa, llevaba un conjunto deportivo que había comprado cuando vivía en la Tierra. En caso de encontrarnos con un grupo de humanos, tendría que fingir que era uno de ellos, pero en caso de toparnos con vampiros, tendría que fingir que no pertenecía a la Guardia de Eel.

O simplemente pelear.

A pesar de que mi naturaleza era algo salvaje, no quería llegar a ese extremo. Recordé brevemente el objetivo de Nevra: matar a sus padres, en caso de ser necesario. Un escalofrío recorrió mi columna, pero seguí adelante. Después de todo, si no nos pasaba nada en esta misión, Miiko probablemente ahorcaría a Nevra por su mentirota, y a mí por defenderlo.


—Humanos.—


El vampiro murmuró lo suficientemente fuerte como para que Lance y yo nos frenáramos en seco. Intercambiamos una mirada, para luego dirigirla al punto en el que estaba concentrado el segundo al mando. En efecto, unas siluetas se podían ver a lo lejos, casi a la entrada del pueblo. Me era imposible detectar si eran vampiros o humanos, pero estaba segura de que Nevra había logrado clasificarlos con base a su aroma.

Nos quedamos congelados por un buen rato. ¿Cuántos eran? No se veía que fuera un grupo grande de personas, pero sí que nos superaban en número. ¿Qué hacían a las afueras de Yaqut? Si fueran los humanos con los que mis queridos suegros tenían contacto, Nevra debería haberlos reconocido de inmediato. Teníamos que pensar en una estrategia, ya.


—Descríbelos, por favor.— le pedí al vampiro, pues dependiendo de su ropa, podría significar peligro o no.

—Están vestidos de negro, y...— tragó saliva. —...Creo que tienen armas, pues, humanas.— no contesté nada, pero sabía mejor que nadie que eso no podía significar nada bueno.

—Soldados.— me dejé caer, casi tirándome el cabello. —Son unos malditos soldados.— ante mi respuesta, tanto el vampiro como el dragón desviaron la mirada.

—En esto de la Tierra tú eres la que sabe, Aerye.— el líder de Obsidiana fue el primero en hablar. —¿Tienes algún plan en mente?— asentí con inseguridad, ya que no consideraba que fuera la mejor estrategia que se me podría haber ocurrido.

—Debajo de mi ropa de misión, llevo ropa humana. Decidí hacerlo precisamente por si teníamos este tipo de compañía.— al dar mi breve premisa, sentí como Nevra me fulminaba con la mirada.

—Estás demente si crees que irte sola como sacrificio es lo mejor que podemos hacer.— puse los ojos en blanco al escucharlo, pues, aunque tenía algo de razón, el ir con cuidado no era lo más apropiado en este momento.

—Nevra.— usé su nombre completo con toda la intención del mundo. —Tienes orejas y colmillos puntiagudos. No sabemos cuáles son las intenciones de estos soldados, pero me atrevo a decir que no serán especialmente agradables con alguien que no parece humano, y menos porque ya saben cómo se ven los vampiros. No eres inmortal, e incluso si lo fueras, dudo que puedas resistir el ataque de varias armas de fuego.—

Re;Start [Eldarya] (Re;Birth #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora