Inspiré con fuerza, y por última vez en mucho tiempo, el aire de las costas de Eel. Esta vez, me había cobrado uno de los miles de favores que Chrome me debía: Laïa me había acompañado al viaje, pero tanto mi gato como mi conejita no podían acompañarme por obvias razones. Por lo mismo, le había designado la tarea de cuidar a mis pequeñas criaturas, e Ewe se aseguraría de que siguieran respirando. Si Lance podía hacerlo, realmente esperaba que Chrome también. Después de todo, tiene un hijo, ¿no?
Obviamente, a pesar de sentirme emocionada por ir a un nuevo lugar y de quizás presenciar un edificio después de años, también me sentía bastante nerviosa por cuatro razones.
La primera eran los humanos. Podía pasar que se sintieran aliviados al vernos y entendieran su situación sin problemas ni dramas, pero también existía la posibilidad de que nos estuvieran esperando con una pistola para terminarnos en ese instante. Era difícil saber que tan accesibles podían ser en una situación como la suya, y, además, rezaba por que hablaran algún idioma que nosotros pudiéramos hablar. Tenía entendido que los idiomas hablados por las personas en este barco eran inglés, francés, árabe, griego, japonés, latín y alemán, por lo menos. Esperaba no tener la mala suerte de que no hablaran ninguno de los que entendíamos...
La segunda era Genkaku en sí. Me preocupaba como podría recibirnos Tenjin, y aunque me molesté por el comentario de Miiko, Lance era nuestra única opción para poder negociar sin necesidad de pelear, ya que tanto Nevra como yo no éramos demasiado confiables en ese aspecto. Sumándole el clima y la cultura en general de las personas que viven en Genkaku, no estaba para nada tranquila. Sin olvidar que, por más curiosa que fuera, el nerviosismo de su previamente ciudadana Koori no me ayudaba.
La tercera y la cuarta estaban prácticamente relacionadas. Ya había comandado misiones antes, pero nunca así de importantes. Lo que pasara en esta misión sería mi responsabilidad, y por lo mismo, por las personas que estaban en este barco, me temía que mi trabajo sería de todo menos sencillo.
Comenzando por Koori, ella sólo se llevaba bien con Mathieu y conmigo. Mathieu se llevaba bien con Lance, Koori y conmigo, mientras que tenía una relación más bien indiferente con el vampiro y con el aengel. Lance se lleva bien con Mathieu y conmigo, y Nevra y él podían trabajar en equipo sin problemas. Leiftan... bueno, yo lo apreciaba. Ahora, Nevra y yo... sí, nos habíamos reconciliado, pero no sabía qué clase de escena podría armar con Leiftan en el mismo barco que él durante tantas horas.
—¿Interrumpo tus pensamientos?— una voz femenina me sacó de mi creciente preocupación, por lo que suspiré.
—Bueno, creo que no soy la única que se ha dado cuenta de que, por más capaces que sean las personas en este barco, es una combinación terrible.— ante mi comentario, la kitsune soltó una carcajada, sentándose a mi lado.
—¿Quién te preocupa más? ¿El segundo al mando y el aengel?— asentí.
—Creo que está de más decir que conozco demasiado al vampiro como para saber que es cuestión de tiempo para que empiece alguna pelea.— suspiré, recargándome en la barandilla. —Nunca le ha agradado Leiftan, y creí que sus sentimientos de odio hacia él habían disminuido tras su sacrificio, pero es un malagradecido de primera.— refunfuñé, cruzándome de brazos.
—Sigo sin entender como una chica tan linda e inteligente como tú se fijó en alguien como él~.— hizo un puchero, y, de nuevo, sus palabras llenas de coqueteo no me causaron efecto. —Pero bueno, nuestro jefe no es un tema de conversación interesante. Escuché que vienes de la Tierra, así que... ¿por qué no me cuentas un poco de tu vida allá? No es lo mismo escuchar a Mathieu que escucharte a ti.—
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Re;Start [Eldarya] (Re;Birth #3)
Fanfiction「¿Por qué llegamos hasta este punto?」 ◊Han pasado 4 años desde el Sacrificio Rojo. Eldarya parece estar tranquilo por fin, hasta que ciertos acontecimientos alarman a la Guardia de Eel. Humanos en Eldarya, conflictos de corazón y el descubrimiento d...