Re;Start [Eldarya] (Re;Birth #3)

Capítulo VII: ¿...O Tal Vez No?

Cuando sonó la alarma, a pesar de que estaba segura de haber dormido demasiado, me sentía bastante cansada. Las instrucciones de Eweleïn eran simples: ahora sí, la tonta de Aerye había desarrollado anemia. No era muy grave, afortunadamente, pero tendría que tomar suplementos por un tiempo y tener una dieta diferente. No me emocionaba mucho el estar medicada, pero, a fin de cuentas, era lo que me había buscado por no establecer límites en mi vida.

Me metí a bañar rápidamente, pues necesitaba estar despierta sí o sí para la junta que se reanudaría hoy. A pesar de que quería tomar un baño rápido...

Pensé en Nevra. No podía justificar mi mal humor con mis pésimos hábitos, y a pesar de que él había comenzado a pelear con Leiftan por cosas sin sentido, no debí meterme, o al menos, no de la manera en la que lo hice. ¿Realmente habíamos roto nuestra tregua? ¿O sólo había sido la ira del momento? No es que le tuviera mucho miedo al vampiro, pero entrar en guerra con él no era precisamente inteligente, y más porque seguía siendo mi superior.

A pesar de que no me arrepentía realmente de nada de lo que le había dicho, sabía que tenía que disculparme. En este conflicto yo había tenido la mitad de la culpa, y me metí sólo para desquitar mi enojo.

Terminé de bañarme, y me arreglé lo más rápido que pude. Me tomé el suplemento que me había recetado Eweleïn mientras desayunaba lo más rápido que podía, alistando mis cosas para la reunión. Una vez que tenía todo preparado, salí de mi casa, dirigiéndome hacia el cuartel. En el camino, me encontré con Chrome, por lo que supuse que iba a algo tarde. Caminamos juntos en silencio, el motivo de este siendo implícito: mi escena del día de ayer. No le di mayor importancia, pues teníamos cosas más importantes de qué preocuparnos.

Al entrar a la sala, me di cuenta de que, en efecto, éramos los últimos en llegar. Nos sentamos juntos, y la kitsune reanudó la reunión con una rápida recapitulación de lo que habíamos hablado ayer. Nevra y yo intercambiamos miradas brevemente, pero este la apartó rápidamente. Sí, la situación era muy incómoda. Ya no éramos sólo exnovios, sino exnovios en pésimos términos que tenían que trabajar juntos. Aunque no me arrepentía de haber salido con el vampiro, ciertamente no fue muy inteligente de mi parte salir con alguien a quien me tendría que topar sí o sí.

—Aerye, ¿podrías exponernos tu teoría?— la kitsune me sacó de mi trance, por lo que me levanté de mi asiento un poco desconcertada.

—Eh, s-sí, claro.— me aclaré la garganta, poniendo sobre la mesa los materiales que me ayudarían a exponer. —Antes que nada, quiero disculparme por mi actitud de ayer. Les prometo que, a partir de ahora, separaré completamente mis asuntos personales de los laborales.— ante mi disculpa, noté que Nevra se estaba preparando para hacer lo mismo.

—Interrumpiendo brevemente a Förstner, también me quiero disculpar. Lo que presenciaron ayer no es algo que quiero fomentar, por lo que no se volverá a repetir.— los demás se quedaron en silencio ante nuestras palabras, por lo que nos lo tomamos como un está bien, idiotas. Chrome, de nuevo, parecía aguantarse las ganas de reír.

—En fin, regresando a lo importante... quiero advertir que esta teoría es uno de los tantos escenarios que se me vinieron a la mente. No es una predicción ni mucho menos, sino la explicación semicoherente que pude encontrar respecto a los fenómenos que nos han estado afectando.— de repente, todos se quedaron callados, y la tensión se sentía en el ambiente.

—Te escuchamos, Aerye.— fue la líder quien me lo pidió, un poco tensa.

—Comenzaré por explicar lo que es un edificio. Como lo mencioné anteriormente, es una estructura de múltiples pisos, normalmente pasando de los cinco o diez. Su uso es para oficinas, habitaciones de hotel o de departamentos. Puede tener otras funciones, pero creo que lo importante es saber que no es posible construir un edificio de la noche a la mañana, y menos en un terreno tan inestable como lo es una montaña nevada.— expliqué ante la mirada preocupada de mis compañeros.