Capítulo XXIII: Un Pequeño Respiro.

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Como era de esperarse, mis días en la Guardia eran aún más que ocupados. Cuando no estaba con cosas de la división, Miiko me mandaba a misiones, o afinábamos más detalles sobre la expedición a la Tierra. Por su petición, había realizado juntas cada semana desde ese día para discutir nuestra estrategia, aunque en realidad era una manera de detectar cualquier mentira mal encubierta por parte del humano.

Mathieu era un completo misterio para mí, y debía admitir que Leiftan me había dejado con ciertas secuelas. Es decir, era un hombre aparentemente tranquilo y agradable, casi podía decir que se trataba de alguien ingenuo, pero... si nuestra teoría era correcta, tenía sentido que fuera un manipulador experto si logró pasar desapercibido durante tanto tiempo, llegando al grado de tener fans en Eel y ganarse la confianza casi ciega de Lance.

Lo que me frustraba era que no me daba suficientes indicios para llegar a una sospecha firme. Tambaleaba un poco en su versión de muchas cosas, pero no era un error tan marcado o que se podía desmentir fácilmente. Lo que me había llamado la atención es que sabía exactamente dónde estaba una de las sedes de los Templarios sin siquiera mencionárselo antes, pero tuve que fingir que me creía su historia de que Miiko le había contado a él y a los demás que no habían estado en la junta.

Estaba algo desesperada por no tener muchos avances en ese tema, pero sabía que, al menos, no estaba a ciegas ni sola como en otras ocasiones. Sabía que debía sospechar de Mathieu, pero aún no estaba completamente segura del motivo.

Apenas veía a Nevra fuera de las juntas para la misión, pero me sentía lo suficientemente agradecida por tenerlo a mi lado por las noches. Como habíamos prometido, incluso si sólo era una siesta de diez minutos, comer o cualquier otra cosa, nos veíamos todos los días casi religiosamente. Incluso si ya había pasado poco más de un mes desde la fiesta y él me había asegurado que no tenía nada importante que decirme, no podía evitar pensar las cosas de más. Es decir, ese paseo, sus palabras...

Pero sólo me quedaba creerle y esperar.

Hoy tenía la última revisión médica antes de nuestra expedición a la Tierra, por lo que tenía una mezcla extraña de nervios y emoción. Es decir, por fin pisaría Frankfurt después de todos estos años. Sabía que las cosas habían cambiado, pero eso no me molestaba en lo absoluto: me moría de la emoción. A pesar de eso, también sentía que estaba a nada de morir... era una misión muy peligrosa, tanto para mí como para mis compañeros.


—¿Estás bien, Ewe?— noté que mi amiga frunció el ceño por un momento al ver las lecturas de mi maana.

—Sí, es sólo que hay una que otra lectura extraña aquí.— suspiró, moviéndose a través de unas gráficas que no comprendía. —No creo que sea nada serio, tu ciclo menstrual está bien, no te ves pálida ni falta de fuerzas... es posible que sea una pequeña secuela de tu episodio de anemia, o que estas lecturas se deben a que el maana en general está siendo un completo desastre. Eres la primera que me toca examinar hoy, así que no tengo marco de referencia, pero no te preocupes. Yo te veo muy bien, ¡y créeme que te he visto mal!— me sentí aliviada ante sus palabras.

—Creo que será respecto al maana, pero tú eres la doctora aquí, así que te creo completamente.— me sonrió, haciendo unas anotaciones en mi expediente.

—Necesito hacerte unas cuantas pruebas de sangre, además. Miiko me las pidió para descartar completamente cualquier tipo de enfermedad.— asentí, extendiendo mi brazo. Sería bastante hipócrita fingir temor o algo así a que me tome una muestra de sangre cuando le ofrezco mi cuello a un vampiro.


Mi amiga encajó la aguja en mi brazo, e hice lo posible por no reaccionar. No era un secreto para ella ni para nadie que, aunque no era a diario, estaba acostumbrada a que cierto individuo tomara mi sangre, por lo que algo como una toma de muestra sanguínea no debería ser demasiado para mí, pero el dolor no se podía comparar. Por alguna extraña razón, los colmillos de Nevra dolían muchísimo menos que la maldita aguja que estaba en mi brazo.

Re;Start [Eldarya] (Re;Birth #3)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora