🎧 12 🤖

195 37 9
                                    


12


Salimos del cuarto de las máquinas y los llevé a mi habitación.

Allí hubo más silbidos y un gritito muy chistoso por parte de Samantha.

—Si ésta fuera mi habitación, tampoco querría salir nunca — masculló Jordan deteniéndose frente al escritorio donde había dos computadores portátiles y una cámara profesional — ¿Qué haces con esto? ¿Subir porno fetichista a la Web?

Yo reí y negué con la cabeza.

—Hago videos sobre mis robots — los señalé.

Mis ejércitos temáticos estaban cuidadosamente guardados en una vitrina transparente que llegaba hasta el techo. Las piezas y materiales estaban ordenados y separados en cajones, para así poder encontrar lo que yo necesitaba fácilmente. Había colgado un helicóptero enorme al que le añadí en la base un rotor automático que disparaba flechas pequeñas bajo los comandos de la aplicación o el sistema de voz que yo estaba probando por esos días. También había un disparador de balines del tamaño de una canica al que le implanté la cabeza del extraterrestre de tres ojos de Toy Story. Ese lo tenía exhibido sobre el otro escritorio que había junto a mi cama. Jordan preguntó si podía tocarlo.

Yo asentí, pero le advertí que tuviera cuidado porque todavía no le había instalado el engranaje que controlaba las funciones y los balines podían hacer mucho daño si se disparaban por error. Mientras que Jordan se entretenía con el extraterrestre, Samantha tomó los tres libros que había al lado.

Yo le señalé mi cama, pero ella negó con la cabeza, así que le dije que podía sentarse en el sofá cama que había junto a la tele de plasma. Ella se dejó caer allí y puso los libros en su regazo.

—Este juguete no lo conozco — comentó Jordan tocando los tres ojos del extraterrestre.

Yo me quedé mirándolo.

—¿Cómo no? Es el que dice "nos has salvado, estamos agradecidos" — dije haciendo una imitación más o menos pasable.

Los dos me miraron y sonrieron, así que debí hacerlo bien.

—Yo más bien estaba pensando en Mike Wazowski — exclamó mientras regresaba el juguete al escritorio —. Y ese también tiene un solo ojo. Deberías crear algo así como una metralleta o una granada con la cabeza de Mike.

Yo me reí.

—Lo tendré en cuenta.

—¿Estos son tus libros favoritos? — Samantha los alzó.

Asentí.

Jordan fue a sentarse a su lado.

—Estos dos los conozco — repuso ella señalando el de Frankenstein y El Fantasma de la Ópera —, pero no había visto este antes. Aunque sí había oído del escritor.

Jordan lo cogió para inspeccionarlo.

Yo me senté en el borde de la cama, frente al sofá donde estaban ellos. Toda mi privacidad estaba quedando revelada ante un par de casi desconocidos pero eso, curiosamente, no me hizo sentir incómodo. Estuve esperando lo que me pareció una eternidad de tiempo para poder compartir mi mundo con otras personas, hablarles de libros, de mis robots y dejarlos entrar a mi intimidad.

La Melancolía de los Feos — Jordan me miró y frunció el ceño con tristeza — ¿Es en serio?

Yo encogí los hombros.

El Bello Y Las BestiasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora