9 | Ilusiones no correspondidas

122K 13.7K 20.3K
                                    

—Cassie, eres la fuente de chismes más actualizada de la preparatoria, ¿y me estás diciendo que no sabes?

—Fuente de información. —refutó mirándome mal—. Y no, solo sé que Axen le terminó porque Diana le fue infiel.

—Demonios. —murmuró Etel.

—¿Qué? ¿Qué pasa?

—Si le fueron infiel a Axen, ¿qué nos espera a nosotros los mortales?

Le di una mala mirada. Como siempre, Etel aportando sus comentarios sarcásticos a situaciones de vida o muerte.

—Flynn Rider a las 2.0.

Axen venía caminando con el cabello oscuro despeinado y la mirada fija en su celular. Lucía como todo un fantasma pálido y lamentablemente atractivo.

Saqué con rapidez los cuadernos de mi mochila y los abracé para empezar con el plan que tracé los últimos días con el pequeño ser infernal.

—¿Qué haces?

—Ir a por mi boleto de entrada.

Mi boleto de entrada a la vida de Adam, obvio.

—Él te verá a ti como la entrada. —murmuró Etel cuando ya me estaba alejando.

Caminé rápidamente por su lado, pero como ya era usual con mi mala suerte, terminé empujando su hombro con brusquedad. El celular de Axen salió volando junto con mis cuadernos.

Oh, mis pobres cuadernos que ni siquiera había revisado.

—Eres insoportable, Disney. —masculló entre dientes, mirando como un niño enojado su celular en el piso.

—¿En serio? Tú eres el que siempre se cruza.

—¿Yo?

—Sí, tú. Y ahora si me permites —Recogí todos mis cuadernos del piso y levanté la cabeza para mirarlo—, tengo un ensayo que hacer.

Empecé a caminar lejos de él como toda una diva. Sentí su inquietante mirada en mi espalda, apuñalándome con los cuchillos más filudos del mundo, pero no me volví. Una lenta sonrisa se coló en mis labios.

Marqué el número del pequeño ser infernal.

—¿Sí?

—Tengo el paquete.

Bajé la mirada al pequeño objeto en mis manos.

El celular de Axen.

* * *

—¿Sabes su clave?

—¿Cómo se supone que voy a saberlo?

—Eres su hermana.

—Y tú la chica de medias raras que se lo robó.

—Ok, me estás poniendo nerviosa. Vamos a calmarnos. —Inhalé como en las películas y esperé que un foquito se encendiera sobre mi cabeza, pero al parecer mi foquito estaba roto o quemado porque nada pasó—. Bueno, mis ideas se fueron de parranda hoy.

—Dudo que puedas tener una buena.

El pequeño ser infernal daba vueltas por la sala. Según Ash, eso la hacía ver como una niña madura y le aclaraba las ideas, pero para mí se veía como un pericote asustadizo en busca de queso.

—¿De qué te ríes?

—No me estoy riendo. Solo me dio un calambre en la boca.

Ash entrecerró los ojos. Por dios, soy un asco mintiendo. Soy la reina de las malas mentiras. No, no. Si fuera reina sería la del ridículo.

Una Conquista ImperfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora