Una Conquista Imperfecta

Extra 4 | Para hoy y para siempre

[Especial 3M para celebrar todo lo que hemos logrado hasta ahora. Espero que lo disfruten mucho y bienvenidos de nuevo a casa, desnucados]

AÑOS DESPUÉS

Alana Disney

Muchos dicen que los cuentos de hadas no existen.

Dicen que son fantasías de niños, que no existe el felices para siempre y que el amor es solo una prueba llena de trampas que casi todas las personas fracasan. Dicen que los corazones rotos no pueden volver a juntarse completos porque cuando se rompen, se parten en mil pedazos, pero cuando los vas a recoger para volverlos a juntar, solo encuentras novecientos noventa y nueve. Te falta un pedazo. Dicen que ese pedazo nunca vuelve.

Yo no creo eso.

Porque conocí a un chico que le faltaban muchos pedazos.

O eso es lo que decía él con su mirada indiferente y su actitud esquiva, intentando aparentar con todas sus fuerzas una fortaleza de la que carecía porque la verdad era que se sentía solo y demasiado roto. Solo en un mundo lleno de personas vivas. Habían machacado sus pedazos y lo habían herido. Lo encontré asustado de volver a amar, desesperado por borrar sus sentimientos y desconfiado de cada breve momento feliz que tenía.

Ahora el concepto de un cuento de hadas cambió para mí. No es una historia feliz sin altibajos, sin problemas, sin heridas y con personas perfectas. Es una lucha por tener ese felices para siempre. Es una lucha por volver a juntar tus pedazos, recoger uno por uno hasta que te topas con alguien más recogiendo los suyos. Y entonces pasa, una mirada. A veces todo lo que necesitas para caer es una sola mirada.

Y otras veces, todo lo que necesitas son tres palabras.

—Deja de mirarme.

Bueno, no. ¡Dos palabras!

—Te amo —susurré.

Tal vez no me doy cuenta de muchas cosas, pero sé cuando una sonrisa es real. Sus ojos oscuros se tornan brillosos y sus labios se curvan, formando unas suaves arrugas en sus comisuras. Por la forma en la que me mira y en cómo su sonrisa se ensancha cuando se la devuelvo, puedo ver la felicidad en su mirada.

Es real. Ahora tiene todos sus pedazos completos.

Y Axen Danet es la clase de chico que cumple sus promesas.

Me prometió tener amor suficiente para los dos y lo cumplió.

Me prometió haber luchado por mí en un universo alterno y lo cumplió.

Me prometió un juntos para siempre... y lo está cumpliendo.

No te mueras de un paro cardiaco con lo que te voy a contar, por favor, o no vivirás lo suficiente para llegar al final.

Estábamos en nuestro lugar favorito, escuchando música, hablando de cualquier cosa porque el tiempo es relativo y mientras estemos juntos, es perfecto. O insoportablemente perfecto. Creo que nunca voy a superar que me dijera que soy insoportablemente perfecta a mi manera porque a como yo me veo estoy llena de imperfecciones, pero él no parece notar ninguna. Es como si, a sus ojos, no existiera ningún detalle que me hiciera imperfecta. O tal vez esos detalles eran los que me volvían una fascinación absoluta.

El aire me daba de lleno en el rostro, así que cerré los ojos hasta que escuché un ruidito detrás de mí. Estaba acostumbrada a sus ruiditos silenciosos. Sus piernas largas encerraban mi cuerpo y mi espalda estaba contra su pecho. Sentí sus brazos rodearme la cintura y su rostro esconderse en mi cuello.

Sí, todo habría sido tranquilo sin un terrible paro cardiaco que casi me deja tiesa hasta que abrí los ojos y vi su mano cerca de la mía. Sosteniendo un anillo.