Epílogo

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Un Final Y Un Comienzo.°}


Brigith miro como arreglaban su cabello, como la maquillaban y como le colocaban perfume, era el día de su boda y estaba tan nerviosa que creía que se caería en cualquier momento, la habían despertado a primera hora de la mañana para prepararla para el tan ansiado evento, los últimos tres días habían sido totalmente pesados y locos, había visto, junto a su madre y su abuela, los últimos detalles de su día y había estado tan ocupada que no había visto a James en esos tres días, su única interacción con él habían sido cartas y flores enviadas por él, sus padres se habían tomado en serio el echo de verse hasta el momento de la ceremonia.

-estas lista – Grace se enderezo y acomodo el velo que bajaba por su espalda, era fino y con el mas simple movimiento lograba forma una figura etérea en Brigith, era sujeto por la misma tiara que había utilizado su abuela en su boda, su joyería era sencilla pero ideal, llevaba guantes arriba del codo y su vestido, del blanco mas puro de todos, era perfecto para ella, bordado con hermosas flores de distintos tamaños en la falda, una cinta delgada con pequeñas hojas bordadas estaba justo debajo de su pecho y la cola del vestido estaba igual de bordada que la falda.

Todo era justo como ella siempre había esperado.

-estoy nerviosa – susurro mientras Grace le rociaba perfume.

-eso es de los mas normal, los nervios son algo bueno en ocasiones – tomo el color de labios y se lo coloco, era de un color claro y recatado – nos demuestran demasiadas cosas, tanto buenas como malas, pero estoy segura de que esta vez es algo bueno.

-voy a extrañarte… - Grace no se iría con ella a la residencia de los MacConnell, su nuevo hogar, no, ella se quedaría con sus hermanos, ella se quedaría con Nicholas.

-y yo a ti, pero solo será necesario un viaje en carruaje para que pueda verte – le rozo la mejilla y se sonrieron, a pesar de las normas establecidas en la sociedad ambas se habían vuelto amigas – seguiré para ti, de eso no tienes que preocuparte, me hubiera encantado acompañarte… Pero ahora tendrás nuevas doncellas a tu servicio en tu nuevo hogar.

-y no puedes dejar a Nicholas, ¿verdad? – Grace la miro sorprendida, nunca pensó que ella supiera algo de sus sentimientos por su hermano mayor.

-yo… yo no… - tartamudeo, incapaz de decir algo después de eso.

-esta bien, no tienes que darme ninguna explicación – se puso de pie – me alegra que pudieras encontrar eso que te hace feliz y me alegra que lo encontraras en mi hermano.

-eso no tiene ninguna importancia – bajo la mirada, el dolor en sus ojos era demasiado para que alguien mas lo viera – no importa por que nunca podrá salir de esos rincones oscuros.

-importa, por supuesto que importa, es mi hermano y eres tu, dos de las personas más importantes en mi vida, dos de las cuales amo y aprecio con todo mi corazón, y espero que llegue el día en el que seas tu la que lleves el vestido blanco, la que sienta los nervios, la que anhele que el tiempo pase mas rápido – le levanto el rostro – yo se que, por mas difícil que sea, tu y Nicholas encontraran la forma de vivir su vida juntos y yo estaré feliz de ser testigo de eso.

Grace sintió el nudo en su garganta y sonrió con ella, eso era lo que necesitaba escuchar de alguien mas además de Nicholas, que existía la posibilidad de que vivieran su vida al lado del otro sin la necesidad de esconderse, que podían demostrar su amor a todos a su alrededor y que nadie los molestaría por eso.

-gracias por decirlo, espero que llegue el momento en que sea verdad – se sincero con ella y Brigith le agradeció en el fondo de su corazón.

-llegara, estoy segura de eso, Nicholas luchara por que llegue.

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-¿estas listo? – Corina miro a su hermano mientras terminaba de acomodar su chaquetón y aunque esta fuera la tercera vez que lo hacia seguía intentando que quedara perfecto.

-totalmente – se quedo frente a su reflejo y un minuto después arreglo de nuevo su vestimenta.

-¿nervioso? – ella se adentro en la habitación que dejaría de ser de su hermano, alejo las manos de la chaqueta y le sonrió – ya esta bien, la acomodaste demasiadas veces y ya no hay nada mas para acomodar.

-cada rincón de mi cuerpo tiene nervios – contesto a su pregunto y dejo que le arreglara el moño – después de todo estoy a punto de casarme, se me permite desvariar un poco.

-deja de sentirte de esta forma, ¿o acaso no es esto lo que quieres? – lo interrogo con las dos cejas alzadas.

-pero que torpe pregunta, claro que esto es lo que quiero – se acerco a su cama y tomo su pañuelo y su sombrero – solo espero no cometer un error el día de hoy, no quiero que exista ningún fallo.

-y no lo habrá, ya todo esta listo, en la ceremonia estaremos solo la familia y la fiesta se dará después en la residencia Hargrove, la comida, bebida y flores están listas – le relato en un intento de que se concentrara y dejara de temblar - ¿llevas el anillo?

-si – tomo la pequeña caja de su escritorio y se la extendió, ella la abrió y su respiración se atasco al ver el anillo de bodas de su madre – se que padre y madre me lo dejaron a mi, pero si esto te molesta de alguna forma prepare otro anillo para Brigith – tomo otra caja de uno de los cajones y se lo mostro, pero ella no lo miro, ni siquiera se movió - ¿Corina, todo esta bien?

Ella asintió y lo miro con lagrimas en los ojos – todo esta bien – su voz se escucho ahogada y él se apresuro hasta llegar a su lado, la tomo del codo en un intento de reconfortarla – es solo que… la ultima vez que vi este anillo fue hace cinco años cuando lo encontré en el escritorio de papá, era una niña y quería saber más de nuestra madre, lo encontré y lo dese, me lo puse en el dedo y me quedo grande – se rio y James solo pudo observarla dándose cuenta de cuanta falta le hizo su madre, y aunque él y su padre lograron darle todo el amor que pudieron, no se comparaba con el amor de una madre y menos aun en una señorita – pero ese fue el momento en el que la sentí tan cerca de mi.

-¿quieres quedarte con el anillo? – le pregunto en un susurro, dolido por las palabras de su hermana – puedo darle otro, si no quieres dejarlo puedo darle otro, no me molesta.

Ella negó llorosa – no, no seré tan egoísta, este anillo es para ella, se que mamá, aunque no pude llegar a conocerla, lo hubiera querido de esta forma – le sonrió a su hermano y se limpio las lagrimas – además – carraspeo – ya tengo algo que mamá me dejo, algo que nunca tendré que remplazar.

-¿y que es eso? – le pregunto y ella le sonrió aun más, ya sin lagrimas y con la voz repuesta le contesto.

-me dejo al mejor padre y al mejor hermano – y James supo que la habían cuidado de la forma correcta, que ella no les reprochaba nada, que los amaba a ambos como algo más que un padre y un hermano, que también los amo como su figura materna.

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El carruaje que llevaba a Brigith y a su familia se detuvo delante de la iglesia, ella miro hacia el exterior y pudo ver el carruaje de James a solo unos metros, los nervios crecieron al saber que él ya la esperaba adentro, tomo aire y dejo que su padre la ayudara a bajar.

-¿estas lista? – ella asintió a su pregunta – no podría entregarte a un hombre que no te mereciera – Brigith lo miro y se sorprendió al ver las lagrimas en sus ojos – ni a alguno con el que yo no estuviera seguro que te amara y protegerá por el resto de tu vida, estoy orgulloso de la mujer en la que te has convertido y de las decisiones que te han llevado hasta aquí, mi Brigith, mi milagro y uno de mis mayores tesoros, te dejo ir pero siempre estaré a un par de pasos de ti para cuidarte.

-papá – susurro y apretó sus manos con las del primer hombre que amo – no me alejare nunca, me caso pero no me iré, nunca me iré.

-solo estoy feliz de ver que tú eres feliz, eso era todo lo que quería, tu felicidad y la de tus hermanos, y ahora estoy obteniendo justamente eso.

-seré feliz, lo seré con James tanto como lo fui mientras tú me cuidaste y me amaste – ella se acerco a su padre y le beso la mejilla – seré feliz porque tú me enseñaste como es la felicidad en todo momento.

-estoy orgulloso de llamarte mi hija.

-y yo estoy orgullosa de llamarte padre.

Ambos se abrazaron y se sorprendieron de la paz que ese simple gesto les genero en el pecho, cuando se separaron y miraron a su alrededor ya todos estaban caminando a la iglesia, su padre le acomodo el velo y le extendió el ramo de flores que James había hecho especialmente para ella, era pequeño y todo de color blanco sujeto con un listón, las flores eran peonias y hortensias, algo que James supo Brigith amaría al sujetar.

Su padre la llevo del brazo hasta dentro de la iglesia, y ella pudo respirar cuando alzo la mirada y vio a James al final del pasillo esperando por ella, caminaron por el corto camino que la separaba de su futuro, lenta y constante, feliz y maravillada de todo a su alrededor, era su boda con James, era con lo que había soñado desde hacía semanas, y aunque su cortejo comenzó como una forma de ocultar una lucha y de detener los chismes todo se había convertido en algo diferente, se había transformado de una obligación a un deseo, de un matrimonio por obligación a un matrimonio por amor.

La ceremonia se les paso lenta y rápida, todo a la vez, perfecta a sus ojos y hermosa a los de su familia, y para cuando él coloco el anillo en su dedo fue lo que ambos siempre esperaron, ambos fueron la esperanza del otro, todo lo que siempre habían querido, cuando se besaron se sintió correcto y perfecto, se habían encontrado por sorpresa pero se habían amado por decisión propia.

Ese día dos familias se convirtieron en una.

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La Ladrona De SueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora