{°El Futuro Que Les Espera.°}
Brigith sintió como las semanas pasaban, como sus heridas cerraban y los colores de su piel desaparecían con el paso de los días, volvía a ser la que era antes de que ese hombre, porque el solo echo de mencionar el nombre del que la había lastimado incendiaba los ánimos de todo aquel que llegara a escucharlo, comenzaba a olvidar todos sus miedos y sus inseguridades, y lo había logrado de manos de su familia y de James, el solo pensar en él hizo que una sonrisa se formara en su rostro, las cosas con él se habían dado de una forma natural, mientras antes ella sentía que podía vivir a su lado con el peso de su don, ahora, semanas después, sabía que eso se quedaba demasiado corto, ahora quería vivir toda su vida con él por un motivo muy diferente, quería vivir con él porque lo amaba, porque deseaba envejecer con él, por que deseaba formar una familia con él.
-te noto mejor – ella dejo su libro a un lado y se concentro en su padre, llevaba toda la mañana sentada en las sillas que se encontraban en el jardín, después de esas semanas se le había echo difícil conseguir un momento para relajarse, habían estado planeando su boda – más tranquila, más en paz.
-nunca pensé que podría sentirme de esta forma – le sonrió a su padre y pasos sus dedos por el lomo del libro, su textura le acaricio las llenas de los dedos – me siento tan libre, papá… Me siento justo como siempre quise sentirme – le susurro, como si el decir eso fuera un pecado.
-te sientes como te mereces – tomo su mano y un nudo se instalo en su garganta al sentir la piel de su hija, en esos últimos días era algo que hacía, sujetaba sus manos y se daba cuenta, cada vez con una mayor alegría, de que su hija era libre – esa es la verdad más simple de todas, te sientes como siempre debiste de sentirte.
-aquí están – ambos miraron como Nicholas, Jeffery y Geoffrey llegaban con ellos y se sentaban a su alrededor – mamá y la abuela se han vuelto locas.
-no se han vuelto locas – su padre intento ser duro con ellos pero la sonrisa que tiraba de sus labios se lo impedía – yo diría que más bien están emocionadas, después de todo – miro a Brigith - ¿Cuántas veces casas a tu hija mayor?
-eso no es ninguna escusa – Jeffery estiro los pies y cruzo los brazos sobre su pecho – me acaban de lanzar una caja entera de listones y todo fue porque les dije que no veía ninguna diferencia entre el color crema y el color hueso.
Todos a su alrededor se rieron de lo que acababa de decir, además de las expresiones que hacía lo hacia solo más divertido para todos.
-¿no deberías estar con ellas? – Nicholas le pregunto a su hermana y ella solo se encogió de hombros - ¿acaso ya te arrepentiste? – el tono divertido en su voz no hizo otra cosa que causarle diversión al escucharlo.
-no, Nicholas, no me he arrepentido – miro el anillo en su dedo – no con él, además – miro de nuevo a sus hermanos y a su padre, su expresión cambiando a la mayor diversión posible – mamá me ha dado toda la mañana libre, ella y la abuela están seguras de que me saldrán canas y arrugas por el estrés y, según lo que me gritaron – miro con una ceja alzada a Jeffery, este se rio al verla – nadie quiere a una novia con arrugas y canas – termino de explicar mientras alzaba los hombros, sus gestos no eran los adecuados para una señorita, pero a nadie pareció importarle y solo rieron con ella.
Conversaron de cosas sin sentido, incluso su abuelo se les unió solo un par de minutos después alegando que lo habían golpeado con una tira de piedras, solo que esta vez fue por sugerir una boda más privada, estaban tan sumidos en sus anécdotas y recuerdos que su mayordomo los sorprendió a todos cuando llego hasta ellos con tres personas más a sus espaldas.
-Milord, - se inclino ante su empleador – el Duque de Leynard, el Vizconde de North y la Señorita MacConnell.
Todos los saludaron y después de ordenar que les llevaran té y algunas pastas se sentaron con ellos, James justo a un lado de Brigith, ella le sonrió - ¿ha que se debe tú visita? – le pregunto solo a sus oídos.
-quería verte, creo que ese es motivo más que suficiente – le respondió con el mismo volumen – además – la miro directamente a los ojos – ya te he extrañado lo suficiente desde la ultima vez que te he visto.
Sintió el calor de sus mejillas – me has visto hace solo dos días, James – le sonrió y él sintió que algo se calentaba dentro de su pecho, siempre pasaba cuando la veía, pero ahora a tan pocos días de la boda el sentimiento había aumentado.
-exacto, ese tiempo es demasiado para no haber visto nada de ti – ella se rio con una risa que le pareció tonta e infantil, pero a James le pareció la más hermosa de todas - ¿estas lista para nuestra boda?
-completamente lista – afirmo – no puedo esperar tres días más.
El solo mencionar lo poco que faltaba los hizo sonreír a ambos, tres días, eso era lo único que los separaba de estar casados, en tres días ella dejaría de ser la señorita Brigith Hargrove, para convertirse en la Vizcondesa MacConnell, le daban cosquillas en el estomago al pensar como se sentiría que la llamaran de esa forma, en las ultimas semanas los detalles de su unión con James se habían visto, hasta el mas mínimo de ellos, su vestido ya estaba listo, el traje de James igual, las ropas que usarían las familias de ambos se habían entregado hace solo un par de días, la lista de invitados se había echo y las invitaciones habían sido enviadas, esperaban a cerca de cuatrocientos invitados al tan esperado evento, la comida y bebidas estaban establecidas, las flores, la decoración y el lugar de la fiesta se estaban preparando en ese mismo momento, y su madre y su abuela se estaban encargando de su ajuar de novia y de que todas sus pertenencias fueran enviadas a su nuevo hogar en la residencia de los MacConnell.
Ya todo estaba listo, incluso ellos dos.
-pues ambos tenemos que esperarlos – James se acomodo en el asiento y asintió hacía ella – es lo correcto, son solo tres días, mi dulce Brigith, esperaría más si fuera por ti.
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-¿te gustaría pasear por el jardín? – James le pregunto a Brigith una vez que los platos del postre habían sido retirados, ella asintió y se retiraron bajo las miradas de sus familias, ambos caminaron por el jardín en silencio los primeros minutos, Brigith pasaba sus manos por todo aquello que veía, una hoja, una flor, el tronco de uno de los arboles, y James la miraba enternecido por su mirada de fascinación hacia todo aquello.
-me maravilla como se siente todo en mis manos, me siento como una niña de nuevo, descubriendo todo a su alrededor – le hablo mientras admiraba un pétalo de rosa que estaba colocado en la palma de su mano - ¿esta mal, que me comporte de esta manera? – lo miro con incertidumbre en sus ojos.
Él negó – no esta mal, se te negó el crecer viviendo de esta forma, solo estas recuperando esas experiencias, es lo mas normal que pudieras hacer después de todos esos años.
-supongo que tienes razón – dejo el pétalo y ambos siguieron su camino, nunca sin alejarse de la casa – se que ya he sentido todo esto – hizo un movimiento con su brazo abarcando todo el jardín – después de todo mis primeros ocho años fueron libres de guantes, pero ha pasado tanto tiempo que simplemente se siente como si fuera todo, de una forma u otra, nuevo y desconocido.
-tal vez lo sea – James la tomo del brazo e hizo que lo enfrentara – tal vez sea algo nuevo, pero te mostrare otra forma de conocer todo a tu alrededor – la giro de forma que su espalda diera con el pecho de él, ella se tenso pero se relajo de inmediato – cierra los ojos – le susurro al oído y ella, al sentir la calidez de su respiración en el cuello, los cerro de inmediato – escucha a tu alrededor, siente como el calor del sol te da en las palmas de las manos – ella sintió como se las sujetaba y las giraba hacia el cielo - ¿lo sientes? – ella asintió a su pregunta susurrada – siente como el viento cálido pasa por entre tus dedos – ella los movió, como si eso incrementara la sensación, todo lo sentía mejor, más fuerte – ahora… Siente esto – le dejo algo en su palma, era pequeño, rugoso y tenia una tersura que la lleno por completo - ¿sabes lo que es?
Lo froto entre sus palmas de forma delicada, sintió que se arrugaba, lo tomo entre los dedos y lo apretó, estuvo de esa forma un momento hasta que pensó saber que era.
-es un pétalo – hablo con el mismo tono de voz, bajo y susurrante, como si temieran que alguien a su alrededor pudiera escucharlos aun cuando no había nadie cerca de ellos.
-muy bien – dejo abiertas las palmas y James le retiro el pétalo, al instante fue reemplazado por algo más, esta vez sintió lo ligero del objeto, era un poco más grande que el pétalo y más frio - ¿Qué me dices de esto?
Hizo el mismo proceso de antes, lo palpo intentando encontrar algo que le diera un indicio de lo que tenia en sus manos, pero esta vez lo llevo hasta su nariz y lo olio, el aroma fue suave y sutil, pero fue suficiente para que se diera cuenta de lo que era.
-es una hoja de naranjo – sonrió ante esa respuesta tan especifica.
-perfecto, ahora otro – quito la hoja y ahora le coloco algo redondo y sentía que le dejaba piedritas en las manos – ¿que es esto?
-ummm, creo que tú te estas divirtiendo a costa mía – ella sintió en su espalda como el pecho de él temblaba ante su risa.
-te aseguro que no, así que dime, ¿Qué es esta vez? – alejo el cabello de su cuello cuando una corriente de aire lo levanto, su aroma le baño el rostro.
Ella se rio y paso sus manos por el objeto desconocido, sus dedos sintieron un poco de polvo y piedritas sueltas, era liso y considerablemente mas pesado que los anteriores, tenia un poco de circunferencia y era tibio al tacto, le tomo un poco más de tiempo pero finalmente supo de lo que se trataba.
-una piedra, eso es lo que es.
-eres la mujer más lista de todas, puedes abrir los ojos – ella lo hizo y se giro hasta enfrentarlo, dejo caer la piedra a unos pasos de ellos - ¿te das cuenta? Tal vez viviste la mayoría de tus años a ciegas, tal vez no sentiste muchas cosas pero eso no impide que puedas hacerlo ahora, sigues teniendo las facultades como para descubrir todo lo que tienes a tú alrededor – la tomo de los brazos y la acerco otro poco a él, ella coloco las palmas sobre su pecho – faltan muchas cosas para que descubras, Brigith, pero no me daré por vencido, me quedare contigo, al igual que siempre, en la luz y en la oscuridad me quedare contigo, te llevare a recorrer el mundo para que lo toques con tus manos, para que lo conozcas con tus manos, ese es nuestro futuro, justo igual a lo que acabas de hacer, sabemos como puede llegar a ser, pero no podemos verlo, pero no por eso nos detendremos y tendremos miedo de vivirlo – ella lo escuchaba atenta y feliz – no me daré por vencido, aun cuando todo a nuestro alrededor se este cayendo a pedazos no me daré por vencido, me mantendré de pie por los dos, peleare y peleare por ti, solo por ti, todo lo que quiero y nada mas es tener una vida junto a ti, y si encontramos problemas en el camino estoy seguro de que los dejaremos atrás.
--nunca te perderé de vista, si me amas como yo te amo, te prometo eso, que el futuro que nos espera será el mejor de todos, y estoy seguro de eso por que lo viviré contigo, y lo viviré feliz y esperanzado de lo que pueda llegar, mañana o dentro de un par de años, nos casaremos en tres días y te prometo que incluso desde antes jure quedarme a tu lado, ya sea en esta vida o en la siguiente, tómame completo, Brigith, soy todo tuyo, siempre lo he sido, y porque te amo en esta vida, te encontrare y te amare en las siguientes, a ti y solo a ti, mi Brigith, mi ladrona de sueños.
Y la beso una vez más, sellando esa promesa y todas las que su corazón tenia resguardadas para ella y solo para ella.
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La Ladrona De Sueños
Fiksi SejarahSolo necesitaba tocarlos con sus manos, solo un roce y sus sueños más anhelados se volvían de ella, el primero que tomo fue el de su nana, y después, fue el de su madre, era solo una niña, así que no lograba comprender que era lo que pasaba, intento...