{°Dolor.°}
Brigith despidió a su familia desde la base de las escaleras, todos se habían ido hacia un lugar que ella no tenia el conocimiento, pero estaba bien, ella apreciaría el momento a solas que se le estaba proporcionando, lo necesitaba, Corina se había ido hacia un par de horas, no había alcanzado a saber de la existencia de esa carta, pero cuando llego su hogar y su hermano le mostro la carta que había recibido de parte de la familia Hargrove sintió que algo malo pasaría ese mismo dio.
Brigith se giro cuando escucho las voces alegres de sus hermanos menores, les sonrió cuando los vio correr hacia ella.
-¡Nuestra nana nos llevara a pasear en los jardines! – Anika grito en cuanto estuvo al alcance de su mano.
-¿de verdad? – miro a Harry y él asintió emocionado con la idea de salir de casa – Bueno, eso es algo bueno, ambos necesitan algo de aire y sol, ¿mamá lo sabe? – miro a la mujer encargada del cuidado de sus hermanos, llevaba en sus manos los sombreros de los niños y una sonrisa en el rostro.
-si señorita – asintió a Brigith y se apresuro a explicarle – su madre me dejo dicho en una cara que sacara a los niños, eso es bueno, llevan muchos días dentro de casa.
-¿en una carta? – eso fue extraño para Brigith, si su madre tenia que dar una orden lo hacia cara a cara y no por medio de una carta – bueno, tal vez estaba apresurada – pensó en voz alta, miro de nuevo a sus ansiosos hermanos pequeños – espero que se comporten, recuerden obedecer a todo.
-lo prometemos – ambos le respondieron con enormes sonrisas en sus rostros, la tristeza de Brigith se disipo al ver la alegría de sus hermanos.
-de acuerdo, pueden irse – ellos caminaron veloces hacia la puerta con su nana detrás de ellos, se rio al ver como esta ultima los detenía en la puerta y les colocaba los gorros en sus cabezas, cuando escucho como la puerta se cerro detrás de ellos tomo un profundo respiro, fue directo a su habitación y se encero en esta, tenia su tejido sobre el sillón y una bandeja con té y galletas en la mesita a un lado de ella, tomo el tejido en sus manos y se sentó para continuar con su tarea.
El silencio se extendía por la casa, a excepción de unos pocos sonidos que hacían los sirvientes durante sus trabajos, paso de esa forma una hora y cuando bajo su tejido para dejar a sus manos descansar escucho un golpe estruendoso afuera de su habitación, frunció el ceño y se levanto, abrió la puerta y salió de su habitación, recorrió el pasillo con la mirada, parecía que todo estaba en orden, tal vez alguno de los sirvientes había dejado caer algo al piso, pensó.
Pero justo cuando giro para volver a su habitación se dio cuenta que el jarrón con flores que estaba al lado de su puerta estaba en el piso, roto y todo su contenido se había esparcido por el piso, frunció el ceño intentando averiguar la razón de ese accidente pero todo pensamiento fue alejado de ella cuando sintió como la tomaban con fuerza del cabello, se tenso y llevo las manos hacia atrás, dos manos grandes fue lo que sintió en la base de su cabeza, intento gritar pero un golpe en sus costillas le saco el aire y le evito hacer cualquier sonido, sintió como la jalaron hacia su habitación, la lanzaron con fuerza al piso y sus palmas dolieron con el impacto en el suelo, respiro con pesadez al mismo tiempo que ha sus oídos le llego el sonido de su puerta siendo cerrada, se giro aun en el piso y sus ojos se abrieron con sorpresa al ver a Cassian de pie frente a ella.
-Buenas tardes, Señorita Hargrove – se quito los guantes y los arrojo al piso, ella siguió la trayectoria de los guantes y pudo ver un bolso de grandes proporciones detrás de los pies de Cassian - ¿Cómo se encuentra?
Ella lo miro sorprendida y asustada - ¿pero…? ¿Qué hace usted aquí? – le pregunto al mismo tiempo que lo vio dar un paso mas cerca de ella – no se me acerque – le ordeno, pero él se rio de ella.
-vamos, ¿no pensara que yo le obedeceré a usted? – alzo una de sus cejas, ella no respondió – la creía más inteligente.
-creíamos que se había ido – susurro he intento ponerse de pie.
-entonces hice bien mi trabajo – se coloco en cuclillas delante de ella y Brigith detuvo todos sus movimientos – ustedes fueron tan fáciles de manipular – se rio y extendió una de sus manos hacia el rostro de Brigith pero ella la hizo hacia atrás – vamos señorita Hargrove – frunció el ceño – la he salvado de vivir en una mentira por el resto de su vida, creo que lo ultimo que me merezco es un poco de cortesía de su parte, no se aleje de mi.
-¿salvarme? – pregunto – hizo todo lo contrario, lo destruyo todo.
El negó con el dedo – no fui yo, según recuerdo su hermano fue el que orquesto todo – la miro tendida en el piso y algo en su mirada cambio – no pienso quedarme en el piso como un pordiosero – la tomo con fuerza del brazo y la levanto con un jalón, ella se quejo he intento alejarse de su toque, pero él no se lo permitió, la golpeo en la mejilla y ella dejo de revolverse – quédese quieta, ustedes las mujeres son tan molestas – la aventó con fuerza al sillón – ahora quédese quieta, ¿quiere? – ella no contesto y eso pareció molestarlo, tomo su mentón con fuerza en su mano, ella sintió sus uñas clavarse en la piel de sus mejillas, se quejo y alejo su mano de un golpe.
-no se atreva a tocarme – lo enfrento, no dispuesta a hacerle creer que podía dominarla.
-en fin – la ignoro – yo solo había venido para llevarme algunas cosas – apunto al saco a un lado de la puerta y ella lo miro enojada – pero pensé, si ya estoy aquí igual puedo llevarme algo mas valioso, ¿no cree? – la recorrió con la mirada y ella sintió asco al ver como la recorrió.
-¿y que es lo que piensa llevarse? – bajo una de sus manos y toco con ella el tejido que estaba haciendo, recordó las pequeñas tijeras que estaban justo debajo de este.
-si he venido hasta tú habitación es algo fácil de adivinar, - ella noto como dejo de tratarla con formalidad y tembló cuando vio que comenzaba a quitarse la chaqueta – me llevare algo que era de James, algo que yo quiero – su voz cambio a una más grave y ella le tuvo miedo – mi querida Brigith, he venido ha llevarme lo mismo que le quite a alguien más hace años – ella negó con la cabeza llena de miedo.
Él se movió con velocidad hasta ella y la sujeto de nuevo del brazo, grito y pataleo pero él la sometió con otro golpe en las costillas, la arrastro hasta la cama y ella levanto con fuerza el brazo, sintió el golpe en su codo y escucho el gruñido de Cassian a su lado pero no la soltó, apretó su brazo con más fuerza y la golpeo en la mejilla la sangre corrió del interior de su mejilla, la arrojo con fuerza a la cama y se subió sobre ella, le sujeto las muñecas con fuerza y ella juro escuchar el crujir de sus huesos.
-¡Maldita sea, quédate quieta! – grito y ella deseo que alguien lo hubiera escuchado, ella le escupió en el rostro – zorra – la golpeo con el puño cerca de su oído, se quedo quieta, un zumbido apareció y vio el cuarto moverse a su alrededor.
Sentía las manos de Cassian sobre ella pero el golpe la había dejado demasiado aturdida, eso hasta que escucho el rasgar de la ropa y sintió el aire en la piel de su pecho, movió sus manos y lo golpeo dos veces en la cabeza, pero él no se detuvo, la hizo girar sobre su estomago al mismo tiempo que rasguñaba su espalda, ella lloro, lo que dijo antes le llego a la cabeza, esto ya lo había echo.
Oh dios, pensó, no permitas que me deshonre de esta forma.
Ella movió sus piernas con rapidez y comenzó a mover su cuerpo de lado a lado, seguía aturdida por el golpe pero no dejaría que la dañara de esa forma, no lo dejaría hacerlo de nuevo, sintió dos golpes más pero eso no la detuvo, lo escucho maldecir a sus espaldas, la giro de nuevo, quería verla, quería ver como la rompía, tomo sus dos manos con una sola y con la otra saco el pequeño frasco de su bolsillo.
-no me dejas otra opción, si tengo que hacerlo contigo dormida eso es lo que hare – ella grito con todas sus fuerzas mientras él destapaba el pequeño frasco con los dientes, arrojo el tapón a un lado y se lo acerco a la nariz, ella movía su cabeza lado a lado de forma frenética, si la quería lastimar de esa forma no lo haría sin luchar - ¡no te muevas, maldición! – le soltó las manos y la golpeo una vez más en el rostro, ambos escucharon el crujido de su nariz y olieron el metal en la sangre.
Ella lloro y se negó a oler lo que sea que le acerco a la nariz, pero estaba débil y llena de dolor, el aroma agridulce le lleno la nariz y la dejo atontada al instante, ella escucho como se reía, lo sintió inclinarse sobre ella, sintió su aliento cálido y rancio en sus labios, ella lo miro y vio, con horror, como él lo estaba disfrutando, la beso con rudeza y le lastimo el labio, ella lucho por alejarlo pero no pudo hacer nada, sintió como le alzaba la falda del vestido y le acariciaba las piernas, lucho por no quedarse dormida, pero sus ojos pesaban cada vez más y solo quería estar lejos de ese horrible momento.
Sintió como sus manos frías y rasposas subían por sus piernas y justo cuando creyó que no había marcha atrás y que ya no tendría nada para entregar, que ella moriría en ese mismo momento se escucho el golpe de un jarrón al romperse y como Cassian caía con fuerza sobre ella, no se movió, sentía todo su cuerpo entumecido.
Recordó cuantas veces deseo ser normal, recordó cuanto quiso no cargar con ese don sobre sus hombros, y recordó como deseo no robar sueños, pero esta vez fue diferente, porque esta vez un nuevo sueño había sido robado, un sueño de llegar pura y sin mancha al hombre con el que pasaría su vida, le habían robado su mayor sueño y no pensó que dolería de esa forma tan desgarradora, nunca pensó que le pasaría a ella en su propia casa.
Dejo que el sueño la llevara lejos de su dolor y cerro los ojos.
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La Ladrona De Sueños
Ficción históricaSolo necesitaba tocarlos con sus manos, solo un roce y sus sueños más anhelados se volvían de ella, el primero que tomo fue el de su nana, y después, fue el de su madre, era solo una niña, así que no lograba comprender que era lo que pasaba, intento...